La Psicología científica y las pseudopsicologías

Por Carlos J. Álvarez Glez.
Publicado originalmente en ARP-SAPC, 2005

Muchas veces el profano puede confundir la superchería con psicología. El autor nos cuenta las diferencias entre ambas.

La Psicología científica.
La Psicología nace como ciencia en el siglo XIX. Es un momento apasionante donde sesudos filósofos del conocimiento y de la mente convergen con eminentes fisiólogos, intentando despojar al estudio de lo mental de la especulación y la metafísica, para así colocarlo junto a las otras ciencias objetivas. La psicofísica, representada por investigadores como Weber y Fechner intenta medir cuantitativamente lo mental y establecer un puente entre lo físico y lo psicológico. Se rompía de esta forma el viejo dualismo cartesiano según el cual la mente era inabordable por la Ciencia. Llegaron a establecer leyes y fórmulas matemáticas que indicaban cuánto debía aumentar o disminuir una magnitud física concreta (vg. el peso de un objeto) para que el sujeto notara el cambio (la sensación). Es probablemente la primera vez que un proceso mental se mide objetivamente y de forma cuantitativa. Muchas de sus ideas y métodos continúan vigentes en la actualidad.

Luego sería Wilhelm Wundt el que establecería el primer laboratorio de Psicología en Leipzig, Alemania, y daría nombre y “certificado de nacimiento” a la nueva disciplina científica. Desde ese momento, los avances en el conocimiento empírico de nuestros procesos mentales y nuestra conducta fueron imparables. Desde un enfoque correlacional, diferente al experimental de Wundt, surgen los tests y la psicometría, que cuantifican y miden numéricamente factores que hasta ese momento pertenecían al ámbito de lo especulativo, tales como la personalidad o la inteligencia. Los avances estadísticos realizados en este periodo por psicólogos como Pearson o Galton alcanzaron a todas las disciplinas científicas.

La aventura continúa en el siglo XX, donde la Psicología Conductista norteamericana (previamente influida por Darwin y la teoría de la evolución) y la Psicología soviética coinciden en sus planteamientos experimentales y epistemológicos positivistas para alinear a la disciplina dentro de las ciencias naturales. La influencia de un fisiólogo como Pavlov, quien descubrió el reflejo condicionado por casualidad cuando estudiaba los jugos gástricos animales, es innegable. A pesar de los avances del siglo anterior, se niega en este momento la posibilidad de estudiar todo aquello que no se pueda observar y medir, reemplazando como objeto de estudio la mente por la conducta. La introspección como técnica para el análisis de los procesos mentales había entrado en crisis, llevando a la Psicología Experimental a un callejón sin salida.

A mitad de siglo, sin embargo, y debido en buena parte a la aparición de los ordenadores y la computación, aparece la Ciencia Cognitiva, fruto de la convergencia multidisciplinar entre psicólogos, matemáticos, técnicos en computación, ingenieros, neurofisiólogos, filósofos de la mente y lingüistas. En este momento, y gracias a la noción de cómputo, la Psicología Cognitiva recupera el estudio de los procesos mentales pero heredando del Conductismo sus métodos experimentales y la idea de que sólo se puede hacer ciencia a partir de lo empírico y objetivo.
Y así llegamos a nuestros días, donde la Psicología Cognitiva, de mano con las Neurociencias, dibuja un futuro cercano donde los avances en la comprensión de nuestra mente y de nuestro cerebro serán espectaculares. En el campo aplicado, la convergencia de planteamientos conductuales y cognitivos ha dado lugar a técnicas para resolver problemas individuales o sociales y a terapias científicamente probadas, de forma similar a como se hace en farmacología o en la medicina (vg. metodologías de doble ciego, asignación al azar de sujetos y análisis estadísticos inferenciales).

Las pseudopsicologías.
En paralelo con esta emocionante empresa, asistimos perplejos a la proliferación de multitud de pseudopsicologías o “psicologías alternativas”, de tintes posmodernos y New Age que, por un lado, niegan y rechazan el método científico, y por otro, intentan hacerse pasar por “ciencias”. Algunas de estas pseudopsicologías son las siguientes:

1) Parapsicología. El hecho de que la palabra psicología se encuentre en el mismo puede llevar a engaños, algo muy similar a lo que ocurre con los términos astronomía (ciencia) y astrología (pseudociencia). La parapsicología no es ninguna rama ni especialidad de la psicología, ni se imparte como materia en ninguna universidad española. Es cierto que se han realizado experimentos, sobre todo en EE.UU. y en el Reino Unido (en Edimburgo existe un laboratorio de parapsicología en la propia facultad de Psicología), que supuestamente han encontrado evidencia de ciertos fenómenos paranormales como la telepatía o la telequinesis (mover objetos con la mente). Entre ellos cabría citar a Rhine, uno de los fundadores de la parapsicología, Levy, Targ, Puthoff y muchos otros, incluyendo a los más actuales, por ejemplo Honorton y sus experimentos ganzfeld. El ganzfeld es un campo visual y perceptivo homogéneo bajo el cual los sujetos intentan usar sus poderes psíquicos para describir un dibujo u otro estímulo visto por el “remitente” en una habitación distante. De acuerdo siempre a sus autores, parece que esta nueva técnica está dando resultados prometedores. Sin embargo, son muchas las críticas de tipo metodológico y estadístico realizadas por investigadores escépticos como los psicólogos Stokes, Hyman, Alcock y Wiseman.

Lo que diferencia a la parapsicología, incluso a la crédula, de otras pseudociencias es que comparte con la ciencia en general y con la Psicología en particular la idea de que el método científico es la mejor vía para la comprensión del mundo, incluidos los supuestos fenómenos paranormales. Y también es preciso reconocer que algunos parapsicólogos son honrados y poseen una buena formación experimental y estadística. Otra cosa bien distinta es que su deseo y ansia por encontrar evidencia de poderes extrasensoriales muchas veces les pierda. Y es que su objetivo de establecer una base científica para la fenomenología paranormal sigue igual ahora que hace veinte años. La mayor parte de sus resultados son imposibles de reproducir (algo fundamental en ciencia) y han sido puestos en entredicho por la Psicología científica debido a sus sesgos y errores metodológicos. Algunos han sido simplemente fraudes. Por otro lado, no existen modelos teóricos para explicar los datos. La definición misma de Percepción Extransensorial o de cualquier otro supuesto fenómeno paranormal es puramente descriptiva (no explicativa, algo también fundamental en ciencia) y se basa en una negación: aquella percepción que NO se realiza a través de los sentidos. Por otro lado, y esto resulta lamentable, la mayoría de personas que se autocalifican como parapsicólogos no poseen ninguna titulación universitaria ni formación investigadora alguna.

2) La terapia de regresión tiene influencias de corte psicoanalítico y fue creada en el siglo XIX por Pierre Janet y hoy es célebre gracias al psiquiatra Brain Weiss. La denominada regresión terapéutica es una técnica según la cual podemos volver hacia atrás en nuestros recuerdos, acceder a experiencias pasadas, para poder cambiar contenidos de tipo inconsciente que penetraron en nuestra mente y que son la causa de muchos males presentes. Según defensores de esta terapia, lo que recordamos no es necesariamente lo que ocurrió, algo constatado de sobra por la Psicología científica, sino una representación de nuestro inconsciente. Resulta curioso que una terapia de corte psicoanalítico como ésta reconozca la falsedad de los recuerdos. Sin embargo, su explicación de lo que se recuerda es aún más curiosa: contenidos inconscientes. Resulta mucho más parsimonioso hablar de falsos recuerdos susceptibles de ser inducidos por la propia terapia que de contenidos inconscientes, como ha demostrado en multitud de experimentos la Psicología Cognitiva y que veremos posteriormente. Éste es, a mi modo de ver, uno de los peligros mayores de este tipo de terapias: confundir recuerdos reprimidos con recuerdos inducidos o falsos.

3) Pero la lista de psicologías alternativas que nada tienen que ver con el estudio responsable de la mente es interminable. Algunos ejemplos actuales y que podemos encontrarnos con cierta frecuencia son los siguientes: la anteriormente mencionada terapia holística, la psicología holística, el análisis transaccional y la psicología transpersonal. Estos tres casos constituyen un grupo de sistemas de diagnósticos y tratamientos en los que se mezclan conceptos psicológicos con otros absolutamente esotéricos, pseudocientíficos, irracionales cuando no delirantes. Estas pseudopsicologías se caracterizan por el empleo de términos ligados a la Nueva Era como crecimiento personal, espiritualidad, el verdadero Yo interior, etc. así como su capacidad para relacionar todo con todo. Sus conexiones con el esoterismo y lo paranormal quedan patentes cuando, en sus publicaciones y páginas web encontramos que es normal hablar de ceremonias chamánicas, conexiones cádmicas, vidas anteriores, etc. En fin, se trata de un cóctel que produce vértigo, donde se mezcla la reencarnación, la influencia de los astros, los poderes mentales, la parapsicología y curiosamente, casi nada de Psicología.

4) Otra pseudopsicología es la programación neurolingüística (PNL), cada vez más popular. Este caso es especialmente delicado desde nuestro punto de vista ya que su nombre suena a disciplina científica: igual que la neuropsicología es una disciplina científica que estudia el sustrato biológico o neurológico de las capacidades mentales, se podría pensar que la PNL tiene algo que ver con la neurolingüística, que estudia las bases biológicas del lenguaje. Nada más lejos de la realidad. La PNL surge en los años setenta de la mano de un profesor de lingüística, John Grinder y de un estudiante de Psicología, Richard Bandler. Uno de sus postulados fundamentales es que los movimientos del cuerpo y la manera de respirar son indicadores claros de cómo las personas piensan. Por ejemplo, un pensador visual (signifique eso lo que signifique) respira a la altura del pecho, mientras que uno auditivo lo hace entre el pecho y el abdomen. La forma en que miramos también refleja lo que pensamos. Otra premisa básica de la PNL es que las palabras que usamos reflejan la percepción interna e inconsciente de nuestros problemas. Si estas palabras y percepciones son inadecuadas y las seguimos utilizando, los problemas persistirán. Si elimináramos lo referente a lo inconsciente y a las palabras, esta última premisa no sería descabellada, y de hecho es la base de las terapias conductual-cognitivas, que emplean tratamientos empíricamente validados y que constituyen la orientación mayoritaria en Psicología clínica. El problema es que enseguida comprobamos cómo se mezclan procesos mentales que son psicológicamente distintos y que la PNL utiliza de forma indiscriminada: hablan de aptitudes, de percepciones, de palabras y frases, de imágenes mentales o de procesos cerebrales como si todo fuera lo mismo. Pero, de nuevo, lo que termina de ubicar a la PNL es el empleo de conceptos y términos Nueva Era como cómo ser felices, desarrollo personal, la magia del cambio, despertando el poder, etc. Sus conexiones con las orientaciones “holísticas” son explícitas, como puede verse en sus links con parapsicología, medicinas alternativas, reiki, shiatsu y todo el entramado genuinamente New Age. Algunos psicólogos científicos, como Cross y colaboradores, sometieron algunos de los postulados fundamentales de la PNL a comprobación empírica. Los resultados de uno de los experimentos no mostraron ninguna correlación significativa entre movimientos de los ojos y verbalizaciones, una predicción de la PNL. En un segundo experimento, llegan a la conclusión de que no existe la más mínima evidencia de que pueda predecirse el sistema de representación preferido por un sujeto a partir de la observación de sus gestos y movimientos.

5) Rebirthing o renacimiento. Este sistema está relacionado con el anterior por la importancia que conceden a la respiración. Según sus proponentes, la respiración está íntimamente relacionada con el subconsciente. Por ello, es importantísimo saber respirar (¡cómo si nos tuvieran que enseñar a ello!), y una de las cuestiones en las que se enfatiza es en la realización de ejercicios llamados Respiración Circular Consciente. A través de estos ejercicios se somete a la respiración a un control voluntario, con lo cual se convierte en un puente entre las funciones conscientes e inconscientes de nuestro cuerpo-mente (¿?), pudiendo así solucionar todos nuestros males y tener una vida próspera. Hace tiempo, algunos socios de ARP asistimos a unas charlas informativas de esta terapia en Tenerife. Aparte de lo que se nos contó, hicimos ejercicios de respiración en los que se nos pedía al público que inspirásemos y expirásemos muy rápido y fuerte. Muchas personas reportaron luego sentirse “distintas” y “raras”. Tuvimos que ser nosotros los que explicáramos que eso se debía simplemente a la hiperventilación. O sea, que no sólo no son buenos esos ejercicios sino que pueden ser perjudiciales para la salud.

Aparte de la respiración también trabajan la regresión. Los lectores recordarán el caso acaecido hace unos años de la niña de 10 años que murió asfixiada bajo mantas y que llevó a los tribunales tanto a la madre como a las terapeutas del rebirthing. Intentaban hacerla renacer a través de una regresión cuyo objetivo era llevarla al útero materno. Aparte de que esta terapia cuenta en su haber hasta con asesinatos infantiles, huelga decir que el entramado en el que se sostiene se cae por su propio peso y los problemas son obvios: un cúmulo enorme de despropósitos y postulados sin la más mínima base, e indeterminación en toda la teoría. Por ejemplo, qué es el subconsciente, por qué se relaciona éste con la respiración y cómo, etc.

Una de las características de estas pseudopsicologías es el eclecticismo, es decir, la facilidad para mezclar todo con todo, como ya hemos visto. Normalmente, los grandes maestros de la psicología transaccional también son muy buenos en PNL, en parapsicología, etc. Y el rebirthing no es una excepción. En el mismo seminario se nos habló de cursos de milagros, y de la respiración fuimos pasando a planteamientos religiosos y místicos, así como de libros escritos por Jesucristo reencarnado.

6) Grafología. Muchas personas creen que la técnica mediante la cual puede conocerse la personalidad de una persona a través de su escritura está probada científicamente. Sin embargo, los estudios empíricos realizados son contundentes: no existe ninguna relación sistemática entre escritura y características de personalidad. El estudio de Beyersteins en 1992, por ejemplo, analizó 200 estudios grafológicos, llegando a la conclusión de que la grafología no es válida ni fiable. En otros estudios, se ha pedido a diferentes grafólogos que analicen una misma muestra de personas. Curiosamente, todos llegan a conclusiones distintas sobre las personas estudiadas, como expone Tripician en un artículo reciente del Skeptical Inquirer. Por otro lado, existen muchas escuelas de grafología que hacen predicciones contrarias, y se ha comprobado que la interpretación depende mucho de la persona concreta que la realice.

7) Como último ejemplo de utilización ilegítima de conceptos y términos psicológicos no podemos olvidarnos de la larga lista de supercherías y teorías irracionales sin la más mínima base: astrología, lectura del tarot, brujería, quiromancia, etc. Pueden ser consideradas pseudopsicologías porque todas pretenden ser sistemas de psicodiagnóstico, es decir, tienen la pretensión de poder diagnosticar características de personalidad, temperamento y problemas/patologías. Sus practicantes no dudan en acudir a términos psicológicos para ganar más dinero y aumentar la credibilidad de sus prácticas fraudulentas. Es frecuente escucharles sin el más mínimo pudor que lo que ellos hacen es científico con el fin de investir de cierto rigor y fiabilidad a sus prácticas.

8) Es cierto que existen teorías y terapias de tipo psicológico que no pueden denominarse científicas, como el psicoanálisis. Sin embargo, desde mi punto de vista, sería injusto por diversos motivos meter en el mismo saco a esta orientación y a las anteriormente mencionadas. Primero, el psicoanálisis surge dentro de la tradición médica y de la noción de enfermedad mental del siglo XIX. Tanto su nacimiento como su posterior desarrollo transcurren en paralelo y sin ningún contacto con la evolución de la Psicología resumida en el primer epígrafe. En sentido estricto podría afirmarse que el psicoanálisis no es Psicología. Segundo, las teorías psicoanalíticas fueron inicialmente propuestas por eminentes pensadores con una sólida formación para la época, como el psiquiatra Sigmund Freud. Sus contribuciones e influencia, tales como el concepto del subconsciente, de la represión, del superego, etc. son evidentes en el pensamiento moderno en general. De hecho, la influencia del psicoanálisis ha sido mayor en psiquiatría y en otras disciplinas sociales y humanistas que en la propia Psicología, donde como hemos dicho, nunca ha conformado un paradigma en sentido estricto usando la terminología de Kuhn. Como ya se ha comentado, es una escuela que proviene de la medicina, no de la Psicología. Las orientaciones psicoanalíticas han estado representadas de forma marginal, cuando no ausentes, en la Psicología académica, exceptuando algunos países sobre todo latinoamericanos. En tercer lugar, muchas de sus ideas sobre la sexualidad humana probablemente estaban justificadas en los pacientes que Freud trató (mayoritariamente mujeres adultas en plena época victoriana y puritana) y subyacen a muchos problemas psicopatológicos. Conceptos como el de los mecanismos de defensa, la proyección, la negación de un problema o la importancia relativa de la sexualidad se encuentran frecuentemente en la praxis clínica, aunque los términos y las explicaciones puedan ser diferentes desde una óptica científica. Sin embargo, uno de los errores de Freud fue generalizar sus conclusiones a todo ser humano, además de que la mayor parte de sus interpretaciones de lo consciente con respecto a lo inconsciente son absolutamente discutibles y carecen de constatación empírica. Ningún psicoanalista se ha caracterizado por sus simpatías hacia el método científico.

Es probable que algún colega que trabaje en Psicología clínica o aplicada en general argumentaría que es muy fácil hacer una crítica a aquellas ramas de la Psicología no científicas, como el psicoanálisis, desde una perspectiva académica, desde la investigación de laboratorio. Que tendría que salir a la calle y que no es lo mismo los experimentos sobre microprocesos en contextos controlados realizados por los científicos cognitivos que la vida real y la Psicología aplicada, donde lo importante es que las cosas funcionen y se resuelvan los problemas de las personas. Sin embargo, la historia del conocimiento ha demostrado que el método científico es la mejor forma de avanzar sobre seguro y que ha supuesto el mayor aporte de cosas que funcionan. En este sentido, son muchas las investigaciones sobre la eficacia de los tratamientos psicológicos que ponen en duda el valor terapéutico del psicoanálisis y otras orientaciones no científicas. Entre ellos cabría destacar el amplio estudio llevado a cabo en 1995 y 1996 por la División de Psicología Clínica de la Sociedad Americana de Psicología. En esta investigación se evaluaron un gran número de tratamientos para muchos desórdenes mentales. Las conclusiones de su publicación sobre tratamientos psicológicos empíricamente validados son contundentes: los más efectivos son, sin ningún género de dudas, los conductuales y los cognitivo-conductuales. Es decir, precisamente aquellos que se basan en teorías científicas sobre el comportamiento y que están rutinariamente sometidos a validación empírica. Aún así, el psicoanálisis continúa vigente, siendo la orientación predominante en algunas facultades de Psicología, sobre todo latinoamericanas. Por otro lado, los desvaríos de algunos neo-psicoanalistas como Lacan y su interpretación errónea de conceptos científicos han sido expuestos por Sokal y Bricmont, en su excelente obra Imposturas intelectuales. Pero repito: a pesar de no ser una orientación científica creo que al menos algunas ideas psicoanalíticas no merecen el mismo tratamiento que las terapias alternativas aquí expuestas. Por lo menos habría que considerar al psicoanálisis como una teoría filosófica curiosa y no carente de interés sobre la mente humana, además de reconocer su influencia en el pensamiento moderno en general. Las críticas de la Psicología científica a esta teoría deben encuadrarse en otro contexto distinto de la crítica a las paraciencias. Lo mismo podría decirse de muchas tendencias fenomenológicas y humanistas, algunas emparentadas con el psicoanálisis, las teorías del niño interior, algunas tendencias mínimamente serias del análisis transaccional o las terapias gestálticas. Por cierto, de éstas últimas hay que destacar la nula relación que tienen con la escuela de la Gestalt, desarrollada a principios del siglo XX en Alemania por psicólogos como Wertheimer, Koffka o Köhler, una de las orientaciones explícitamente científicas dentro de la Psicología, y cuyos trabajos sobre la percepción visual o sobre el pensamiento son ineludibles en cualquier libro de texto de Psicología. Entre estos trabajos habría que destacar las investigaciones con primates no humanos de Wolfgang Köhler sobre el insight y la resolución de problemas en chimpancés, realizadas en la primera estación primatológica del mundo en el Puerto de la Cruz (Tenerife) a principios del siglo XX.

Psicología “transpersonal” e hipnosis regresiva
Aunque anteriormente hemos aludido a la psicología transpersonal y a las terapias de regresión, para finalizar nos detendremos un poco más en el empleo de la hipnosis regresiva.

Resulta sumamente peligroso cuando los pseudocientíficos de la mente, estos elementos reaccionarios que reivindican una vuelta al oscurantismo, a la superchería y a la incultura, son psicólogos/as titulados/as. Es obvio que en todas las profesiones hay garbanzos negros, bien sea por oportunismo o por incapacidad. La formación científica no es fácil, y hacer ciencia requiere, aparte de una licenciatura, muchos años de preparación en metodología, matemáticas, diseños de investigación, etc. Es mucho más fácil leerse unos pocos libros de opiniones sin atisbo de crítica sobre hipnosis, poderes paranormales o astrología, como hace la autodenominada psicología transpersonal. Hace poco, uno de estos psicólogos transpersonales, quien además suele salir en programas de asuntos paranormales en televisiones locales, impartió unas conferencias en Santa Cruz y en el Puerto de la Cruz. Uno de los temas que trató fue la regresión hipnótica, según la cual podemos regresar al pasado o…¡a otras vidas! Aparte de engañar al público e ir en contra del código ético del psicólogo (según el cual sólo se aplicarán técnicas empíricamente comprobadas), el conferenciante fue más allá: la regresión hipnótica puede curar o ayudar a curar el cáncer. Afirmaciones como ésta no requieren más comentario sino una actuación judicial. No es ya sólo una cuestión de mantener hipótesis falsas y absurdas, sino de un peligro enorme contra la salud pública. El problema es que la hipnosis es uno de los temas que más mitos, creencias erróneas o leyendas urbanas sobre la mente humana ha generado.

El uso de procedimientos similares a la hipnosis para cambiar el comportamiento se remonta a la más remota antigüedad, y existe evidencia de su uso en el antiguo Egipto, en la Grecia clásica o en la antigua China. El comienzo de la evolución del concepto de hipnosis moderno habría que situarlo en Mesmer, un médico vienés del siglo XVIII y padre del magnetismo animal, quien creía que los trances hipnóticos que observaba en sus pacientes eran debidos al magnetismo irradiado por su persona. Había descubierto, sin saberlo, el poder de la sugestión. En el siglo XIX, la hipnosis sería vista por Charcot (maestro de Freud) como un producto de la enfermedad mental que él llamaba histeria. Posteriormente, la hipnosis sería utilizada por Freud para recuperar experiencias traumáticas, aunque la abandonaría más tarde al descubrir que no era necesaria.

Existe la creencia generalizada de que la hipnosis es algo así como un estado especial de consciencia, diferente al sueño o la vigilia, en el que la persona pierde su voluntad convirtiéndose en una especie de marioneta. Además, se piensa que a través de la hipnosis se puede viajar al pasado y recuperar nítidamente recuerdos ocultos, reprimidos, pudiéndose revivir situaciones pasadas. Ésta es también la visión que de la hipnosis tienen las pseudociencias de la mente. Pero la evidencia aportada por las investigaciones científicas de la hipnosis nos dice que todo esto es sencillamente falso. El llamado trance hipnótico no existe.

Por ejemplo, la Psicología científica ha demostrado que la regresión hipnótica no es real, no existe como tal. La hipnosis es un estado donde personas sugestionables lo son aún más, provocando que el sujeto hipnotizado actúe según sus creencias y aquello que el hipnotizador le dice. Se establece así una situación de role-playing donde cada uno desempeña su papel. Por ejemplo, se sabe que nadie haría cosas bajo hipnosis que no haría en un estado no hipnótico o que no quisiera hacer. En el caso de la regresión, no está viajando literalmente al pasado, sino recreando o imaginando que está allí, porque así le ha sido sugerido por el hipnotizador y porque desea hacerlo.

Como se dijo anteriormente, se ha comprobado de sobra en multitud de experimentos que la hipnosis no incrementa el recuerdo ni su precisión, y que sin embargo, aumenta la posibilidad de generar y recuperar recuerdos falsos. Científicos cognitivos como Loftus o Spanos han demostrado que es relativamente sencillo inducir recuerdos falsos mediante hipnosis (y también sin hipnosis). Éstos y otros investigadores han denunciado y demostrado empíricamente la recuperación mediante hipnosis de recuerdos de rituales satánicos que jamás sucedieron, abusos sexuales que no existieron, abducciones por seres extraterrestres, contactos con fantasmas y espíritus, “visitas” a vidas pasadas, etc. Por tanto, podemos afirmar de acuerdo con la más que amplia bibliografía científica, que la regresión hipnótica no existe, y que el uso de la hipnosis no tiene sentido más allá de su empleo como método de relajación o con el fin de inducir una sugestión que puede ser beneficiosa, como hace minoritariamente la Psicología clínica cognitivo-conductual (aquella que utiliza procedimientos empíricamente validados).

Conclusión
El camino desde el ancestral “estudio del alma” hasta las actuales ciencias de la mente, la conducta y el cerebro ha sido largo, intenso y apasionante. No ha sido una senda fácil. Pero los avances que están teniendo lugar en la actualidad y los que se perciben para un futuro cercano son estimulantes. Por eso, creo que es fácil entender que no podamos permanecer impasibles ante aquellos oscuros personajes que, movidos por intereses de enriquecimiento personal a costa de la salud de los otros, pretenden hacernos retroceder a una nueva edad media de superstición, sinrazón e irracionalidad, desdeñando así la auténtica aventura del conocimiento.

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Cita estudios que demuestren las afirmaciones que haces. Que demuestren cómo con las enseñanzas de Lao tsé se cura la gente. Pero estudios donde aparezcan cifras y datos, no historias mágicas de hadas y duendes. Entonces dudaré de la posible eficacia de cualquiera de las cosas que propones. Mientras tanto seguiré pensando lo mismo. No es que sea dogmático, es que intento ser realista.
Antes sentía gran interés por lo chamán, por la filosofía oriental y todas esas cosas. Al final he llegado a la conclusión de que detrás de todo eso no hay nada. Solamente una bonita historia para contar y hacernos creer en algo que no existe.
En vez de una historia mágica danos datos.
Dices que la mujer se cura porque se cree que se va a curar. Eso se llama sugestión. Yo sí creo en la sugestión.
Dices que a los pacientes occidentales les cuentan que tienen un virus y como es abstracto el concepto, no lo sienten cercano y no se curan.
A esto yo te contestaría que no es lo mismo conseguir que una mujer dilate en un parto, como lo que hace el chamán ese de tu historia, que curar un virus.
Como te entre un virus ni chamán ni nada. A ver que hace el chamán ese con pacientes infectados por virus...
Si lo único que hace el chaman es conseguir que una mujer dilate en un parto y por sugestión. Que está muy bien, oye. Pero de eso a sacar la conclusión de ahí, de que los pacientes occidentales no se curan porque los médicos no se inventan historias fantásticas, vamos...
Y dices que la gente se cura con el psicoanálisis, precisamente porque está contado en lenguaje cercano, simbólico, que la gente lo siente en experiencia, como la vida.
Pues los estudios dicen que la gente no se cura con el psicoanálisis. Vamos a aclararnos. Pero además no solamente un estudio. Es más, el mismo Freud reconoció en los útlimos años de su vida la conclusión a la que había llegado: dijo que el psicoanálisis no servía para hacer terapia.
Conoces estudios que dicen lo contrario, te invito a que los cites. Yo no los conozco. Pero que no sean cuentos para antes de dormir...

Anónimo dijo...

hola
yo le puedo asegurar que hay psicologos transpersonaes ke son muy serios y uno de ellos es el dr manuel almendro considero ke el mejor de españa ke si obtiene resultados con gente ke ha visitado toda clase de psicologos como es mi caso el imparte un curso basado en el preoceso hofman de la cuadrinidad lo ke si e aseguro ke este psicologo si es muy serio y seria injusto juzgar lo ke no se conoce ademas le aseguro ke fui testigo de gente con todo tipos de enfermedades mentales como personalidad limirofe , perosonas maniaco depresivos o bipolares en fin con muchas dolencias salir de ese hueco vale la pena ke investigue y luego comente ke estaba ekivocado
saludo

Anónimo dijo...

Respecto al tema ese de la cienciología lo desconozco, así que no diré nada al respecto, que lo comenten otros.
En lo que se refiere al AT, me gustaría decir que siento simpatía por el AT. No sé que evidencia empírica apoya los resultados con este tipo de terapia, y por lo tanto soy prudente al respecto.
Lo que me parece bastante subjetivo son las interpretaciones secundarias que se hacen en este tipo de corriente. Es decir, todas las que hacen un guiño a interpretaciones de corte psicoanalítico.
Sin embargo, la tipología que se propone en AT, así como el análisis de las transacciones, desde mi punto de vista podría ser útil.
Lo que creo es que siempre que se utilice cualquier tipo de terapia, tiene que haber estudios serios que la avalen. La pregunta que me hago es: ¿los hay sobre AT? Y si los hay ¿qué dicen exactamente?

Anónimo dijo...

Se puede dividir lo que creo y lo que no. Apoyado en términos cientìficos, y estadísticas y datos. Y que muestran sus muestras, que son eso. De ahí la generalización. Cierto que hay práctica empírica y de un caso sacan generalizaciones. ¿Y, qué son los estudios de caso, en la clínica? Y será científico o no pero es conocimiento y experiencia acumulada. No me sirve mucho la línea que traza.

Anónimo dijo...

No es una pregunta retórica. Realmente pregunto por si alguien me puede dar referencias de estudios sobre el tema. Lo que pasa es que la AT me parece que puede ser útil en algunos aspectos y estaría bien que alguien daría referencias de estudios sobre el tema.

Anónimo dijo...

Realmente no se si la psicologia es actualmente una real ciencia como Thomas S. Khun define que es una ciencia. Lo que si reconozco, porque he estado sentada en ambas sillas (paciente y psicologa clinica) es que realmente quien decide lo que clinicamente es meritorio o ayuda al paciente es realmente el/la paciente, no una definicion creada socio-politcamente de lo que es hacer psicologia clinica. Ademas si estas terapias alternativas son irracionales, me pregunto quien dijo que el comportamiento y sentimientos humanos tiene algo de racional?

Fernando Blanco dijo...

[Anónima]
no se si la psicologia es actualmente una real ciencia como Thomas S. Khun define que es una ciencia
[Gilgamesh]
Bueno, algunos pretendemos hacer de ella una ciencia, que de eso se trata, ¿no?

[A]
me pregunto quien dijo que el comportamiento y sentimientos humanos tiene algo de racional
[G]
Que la mente humana o el comportamiento sean a veces irracionales (y es una afirmación que hago mía como estudioso del aprendizaje humano) no quiere decir que el método que empleemos para acceder a esa mente o para tratar sus problemas también tenga que ser irracional. De hecho, tenemos más garantías de éxito si adoptamos una metodología sistemática y racional, ¿me equivoco?

[Anónima]
"quien decide lo que clinicamente es meritorio o ayuda al paciente es realmente el/la paciente, no una definicion creada socio-politcamente de lo que es hacer psicologia clinica"
[Gilgamesh]
Quien debería decidir lo que clínicamente funciona es el cinjunto de los pacientes, pero en un análisis objetivo en el que se controlen ciertas variables, como la tasa base de aparicición y recuperación espontánea de la patología, por ejemplo. No pido más. En cuanto a lo de las definiciones sociopolíticas, me parece desviar la atención, nadie habla de algo parecido, o te he entendido mal.

Anónimo dijo...

"Realmente no se si la psicologia es actualmente una real ciencia como Thomas S. Khun define que es una ciencia"

Según el diccionario de la "Real Academia de la Lengua" la Psicología es una ciencia. Y según el ministerio la psicología está dentro de las ciencias experiementales y de la salud. A nivel internacional solamente una corriente psicológica está reconocida como ciencia: la cognitivo comportamental.
Y si uno va a mirar al diccionario lo que significa la palabra ciencia, podrá darse cuenta de que por lo menos esta última corriente cumple con lo que aparece en la definición.
Por convenio sí es una ciencia, entendiendo la definición que se da en lenguaje castellano a la palabra ciencia. Como entendemos que un autobús es un autobús. No hay mucho que decir ahí, está bastante claro. Si a alguien no le gusta la definición de ciencia y le gustaría que significase otra cosa, que proponga cambiar el significado de la palabra.

"no una definicion creada socio-politcamente de lo que es hacer psicologia clinica"

Que las personas se guíen por otros procesos que no sean de razonamiento lógico, no significa que las personas sean irracionales ni que el método para estudiarlos tenga que ser irracional. De hecho el funcionamiento de las personas es racional. Racional quiere decir que se establecen causas y consecuencias o relaciones funcionales entre variables que es más correcto.

"...quien dijo que el comportamiento y sentimientos humanos tiene algo de racional?..."

Yo lo digo, y lo "puedo demostrar".
Pero los métodos que pretenden ser "irracionales" no son irracionales, por lo menos la mayoría.
Yo puedo decir que el motor de mi conducta son las pulsiones como decía Freud. ¡¿Acaso eso no es un argumento racional?! Veo que no hay claridad de conceptos. Ahí claramente se establece una causa para la conducta, que es la pulsión. Por lo tanto este es un argumento racional para el funcionamiento del ser humano. Hay una causa y consecuencia. Es racional.
Y que una persona en un momento determinado actúe por sus emociones y no por ningún argumento lógico también es racional. La causa de que actúe así son las emociones y a su vez pueden estas tener una causa conocida.
¿No se quiere tener un sistema racional? ¿Y qué buscan todas estas teorías?
Si actua por sus emociones el psicoanálisis por ejemplo puede argumentar que es por un recuerdo incosciente que tenía desde niño...
¿Eso no es buscar una causa a lo que sucede?¿No es eso racional?
Un método racional es aquél que busca las causas, y no solamente los métodos científicos lo hacen. Los métodos que llamáis irracionales tb buscan las causas. Son métodos racionales tb os guste o no (lo cual no quiere decir que sean científicos).

"...realmente quien decide lo que clínicamente es meritorio o ayuda al paciente es realmente el/la paciente..."

Quién descubre (y no decide) lo que realmente ayuda al paciente son el terapeúta y el paciente. Los dos juntos. Y esto es así siempre y cuando exista un terapéuta, es decir, que no es auto terapia. Y hay muchas formas de hacerlo, la pregunta es si todas son acertadas o lo son algunas más que otras.
Hay personas convencidas de que aquello que le dicen las cartas es lo que le va a pasar, y pueden creerse que es verídico. Y hay gente que tira las cartas que puede llegar a creerse que es realmente capaz de predecir el futuro.
Cuando no se pone nigún control al final la opinión de los actores adquiere gran influencia.
De eso luego se hace un método de conocimiento "racional"sobre por ejemplo como predecir. Y se le atribuyen causas. Eso no quiere decir que ese conocimiento sirva para algo.
Puede ser que sí o que no, pero nunca lo sabremos.
La ciencia nunca nos hará estar seguros de qué funciona y qué causas están detrás de algo. Pero es un esfuerzo por arrimarnos. Claro que es más fácil y a muchos les puede gustar más otras formas de hacer.

Anónimo dijo...

Aikikai:
Respecto a la dualidad científico-humanista, no sé qué quiere decir este texto exactamente con eso. Hace un tiempo se llamaba humanista a la ciencia, porque era lo hecho por el hombre. Lo demás provenía del conocimiento que Dios daba.
Humanista hoy día se suele asociar a estudios de letras. Yo no pido que la filosofía sea ciencia. Para eso ya está la ciencia. Y me parece bien que exista conocimiento "no científico".
La pega es por ejemplo que un filósofo quiera curar un cáncer con el método socrático, dialogando con sus pacientes.
¿Se puede curar un cáncer con el método socrático?
Él asegura que sí, y sus discípulos tb. Se les pide que lo demuestren pero dicen que la ciencia no es el único conocimiento válido, y que lo suyo es lo que realmente funciona para estas cosas. Naturalmente todo esto al mismo tiempo que se hacen de oro con gente crédula que les confía su enfermedad.
Yo sí veo una dualidad entre inventarse las cosas e intentar saber si son ciertas. Requiere un poco más de esfuerzo, eso sí.
La dualidad entre Fe y Razón no la comparto. Creo que es irreal. Uno se puede inventar lo que quiera y argumentarlo muy bien.

Ramón Maceiras López dijo...

En otras palabras, lo único "científico" es lo que usted hace, y todo lo demás es pseudo...

Menudo científico es usted.

Ramón Maceiras López dijo...

En otras palabras, lo único "científico" es lo que usted hace, y todo lo demás es pseudo...

Necesitan urgentemente una cura de humildad.

Saludos

Fernando Blanco dijo...

Sr. Ramón, proteste lo que quiera y llame "poco humilde" al autor del artículo. Pero no ha dado un sólo argumento para apoyar su opinión, así que, mientras tanto, para mí no tiene ninguna credibilidad.
Ya sabe cómo puede convencerme de mi error, con argumentos.

Anónimo dijo...

Soy terapeuta y creo que la psicologia tiene muchas ramas interesantes que pueden ser efectivas dependiendo de la habilidad del terapeuta e independientemente de que estén demostradas cientificamente, obviando, claro está, una transformación del paciente debido a la utilización de su superioridad de terapeuta sobre el paciente (es decir utilizar el prestigio como terapeuta para mentir al paciente, o lo que es lo mismo saltarse a la torera el código deontológico). Por otra parte, yo como terapeuta novel, utilizo el método cognitivo conductual. Creo en esta terapia, porque me parece que va a la esencia de otros metodos terapeuticos. No creo que un buen terapeuta cognitivo conductual tenga que ser exclusivamente científico porque su sensibilidad como terapeuta debe permitirle observar el lenguaje del paciente para lograr una buena alianza terapeutica, cosa que solo la experiencia ý no la teoría y la supervisión (siento discernir en este punto con otros terapeutas) le dará.
Creo que lo que ocurre muchas veces en la psicologia es que existe un auténtico corporativismo de defensa de sus métodos.Me parece muy gratuito llamar cuentos de hadas a los meditadores, y chamanes, me parece soberbio, al margen de que yo no utilize sus métodos. Tal vez los chamanes sean, más científicos de lo que nos creemos, lo único que ocurre es que no existen analisis cientificos de las estrategias que utilizan para entrar en trance etc (aunque tal vez los haya). Lo que es evidente cientificamente es que los chamanes no suelen padecer depresiones ni esquizofrenias, al menos no tanto como los occidentales. Tal vez porque geneticamente están menos predispuestos, o tal vez porque su cultura impide que se desarrollen. Lo cierto es que la fé es en última estancia lo que cura, sea está fe adquirida empiricamente, o sea porque uno cree en la fuente que opina. De todos modos que la fe sea lo que cura, no implica que el cancer pueda ser curado mendiante la fé, aunque tal vez un día los cientificos descubran que hay algo de verdad en ello. En el fondo lo científico no es más que una pauta que siempre se cumple hasta que se descubre la excepción y hay que cambiar de pauta.

Anónimo dijo...

Me da pena ver que despúes de un simple seminario de rebirthing se hagan semejantes apreciaciones devaluativas (mec. de defensa según el sicoanálisis)de un método empíricamente estudiado.
Me encantaría que se pudieran informar más sobre las nuevas visiones de la sicología (en especial la TRANSPERSONAL) las cuales poseen un fuerte argumento desde disciplinas tan complejas como la física cuántica, teoría general de sistemas y de la cibernetica, además de la antropología y otras ciencias sociales.
Dsde luego estamos ante un nuevo paradigma y como siempre sucede ante el peligro del paradigama amenazado surgen este tipo de escritos que intentan sostener rígidamente los pilares en que se sostienen. Sino preguntenle a los seguidores de Copérnico o Newton como vivieron este cambio.
Por último, les recomiendo lean sobre Lo Transpersonal, en especial a Ken Wilber, erudito de nuestros tiempos....
Desde la sicología trasnpersonal podrán descubrir lo que Einstein quería, conocer los pensamientos de Dios. Pero lamentablemente se perdió en apreciaciones lógicas y racionales. Desde mi punto de vista le falto mirar hacia oriente estudiar sus filosofías...

Abrazos

Sergio ; )

Anónimo dijo...

chispas viejo me sorprende tu estilo es obvio que en todas las ciencias hay determinada tipo de gente la culta y la que se aprovecha pasando por los ignorantes que apenas saben algo y se muestran como profetas en esto hay que tener mente abierta y de igual forma una imaginacion chingona si no preguntale a einstein o es un pseudo tambien jajajajajajaja

Anónimo dijo...

Interesante tus comentarios.

Estoy de acuerdo en que muchos de estos pseudpsicoterapias pueden charlatanería, ya todo mundo se cree salvador de almas.

Desde mi punto de vista existe una prostotución enorme de muchas doctrinas orientales y métodos de intervención terapéutica(por mencionar algunas), y esto es algo que se ha engendrado por el desconocimiento y la falsa trascendencia de muchos de sus "gurues". Esto se ha vuelto un serio problema.
Yo he participado en grupos de estos, en donde las personas terminan por perder su autonomía y autocrítica, lo que me parece muy muy grave para el desarrollo del individuo.

Por otro lado. Aunque Ken Wilber es considerado como un teórico transpersonal (por gran parte de su trabajo) lo cierto es que él mismo ya no se considera en esta categoría; el más bien habla de psicología integral. No descalifica "la psicología científica" (como le has llamado), pero tampoco el psicoanálisis ni el humanismo, ni incluso lo traspersonal, todo lleva una justa medida.
El ser humano no se desarrolla sólo en un aspecto cognitivo y racional, también está el emocional, el social, el indivudual y el espiritual, aunque este último sea duro de digerir para muchos porque, según los "científicos calificados", no es tangible al método científico. Pero, digo yo, la ciencia ha terminado demostrando, que aspectos, como la meditación, por poner sólo un ejemplo, tiene importantes cambios en las funciones cerebrales, es decir, lo se ha logrado medir sus resultadis con un método medible.

Finalmente, están los planos interpretativos y los planos objetivos. Si una persona sufre depresión, el mero uso de medicamentos no le va a curar
su enfermedad, y es aquí donde el nivel interpretativo interviene, ambos tienen una función en la curación.

El problema no es tanto dividir los métodos terapeúticos, sino más bien integrarlos conforme los individuos, las circunstancias y el contexto.

En fin, mi opinión
Saudos

Anónimo dijo...

Kaler; a la luz de todos los comentarios, creo que todos tienen en parte aserciones y equivocaciones. Cuando uno se mete en lo racional, en lo logico hallas un tesoro pero si descuidas o ignoras lo subjetivo dejas de ganar dos tesoros. Y es igualmente inverso. La ciencia no puede abarcar a todo el ser humano porque esta limitada y el ser humano es muy subjetivo tambien. Asi que; porque no bajamos la guardia un poco y somos mas abiertos al abordar al complejo y unimultifacetico ser humano

Kaler dijo...

Ya lo hice; KALER