El observador

Hace poco nos contaba Fernando en psicoteca cómo estamos preparados para ver caras en seguida.
La cosa no acaba con las caras.



Lo cierto es que lo que se perciba tiene mucho que ver con el observador. Nuestro cerebro se encarga de procesar la información que recibe de los receptores y darles un sentido. Esto quiere decir que aquello de lo que somos conscientes es una construcción que pretende representar la realidad, sin ser ella misma.
Nuestra percepción se ve influida por el procesamiento que hacemos, debido en parte a nuestra experiencia previa.
Esto queda patente en algunas ilusiones vistas por aquí, como la de la ambulancia. O esta casa que se parece bastante a las que nos quieren endosar a los jóvenes :).
Pero sin duda una ilusión que merece la pena ver es esta que me he encontrado. Esta bailarina giratoria, no gira hacia ninguna dirección concreta. La dirección hacia la que gira depende del observador. De cómo procesa nuestro cerebro la información.
Cuesta cambiar la forma de verla, pero siguiendo las instrucciones que aparecen en este blog podemos verla girar hacia un sentido u otro dependiendo de “nosotros mismos”.
Al principio, la veremos girar en un sentido o en otro. Dicho sentido nos costará cambiarlo, sin embargo podemos lograrlo. ¿Cómo? Aprovechando los momentos de ambigüedad de la figura durante el giro. ¡Suerte y paciencia!


3 comentarios:

Fernando Blanco dijo...

¡Yo no consigo verla girar! Diablos, me pasa como con las láminas "en 3D" que se hicieron tan famosas. Será que no sigo adecuadamente las instrucciones.
Lo que echo en falta, Héctor, es que nos cuentes el mecanismo que produce la ilusión, que a mí me está intrigando. Así quedaría el post mucho más completo. ¿Te atreves?
Por cierto, una cosa que también me llama la atención de estas ilusiones (aunque yo no las vea) a partir de figuras ambiguas es que tienen una presentación "en alternancia": o sea, ves la bailarina girando a un lado, o a otro; ves la chica joven o la anciana en la otra famosa lámina ambigua... Y siempre acabas percibiendo las dos cosas, pero una después de otra, siguiéndose en el tiempo. Esto es interesante porque nos revela una de las características indispensables de la conciencia, la unidad. La conciencia es unitaria, no puedo ser consciente de una cosa y de su opuesto simultáneamente. Por eso, cuando me presentan figuras ambiguas, voy alternando las dos interpretaciones alternativas de las mismas. No podemos con todo a la vez, lo cual es bastante razonable.
¡Un saludo!

Anónimo dijo...

Umm, lo que pasa es que tengo pensado otro post para más adelante y si entro más en detalle tendría que decir cosas del otro post.

De todas formas si te animas tú ya sabes.

Para conseguir ver a la bailarina girando en uno u otro sentido tienes que valerte de los momentos en que la figura es más ambigüa e intentar hacer un esfuerzo por cambiar la forma de percibirla. A mi me costó un rato, pero al final lo logré.

Bueno, Fernando ¡Un saludo!

PD: He mandado lo del logo en otro correo, ya me contaréis que opináis, ¿ok? bueno...:)

Esscarolo dijo...

Es complicadillo, yo la conseguí cambiar de sentido algunas veces cerrando los ojos un instante.

Está muy bien hecho, qué imaginación tiene la gente para inventar estas cosas.

Saludos.