El testigo que no hizo nada y el efecto “yo no lo haría”


De nuevo me dispongo a tratar en Psicoteca un tema de actualidad, cosa que no suelo hacer a menudo. Me entristece observar con qué recurrencia el más deleznable racismo sobrevuela las portadas de diarios y los blogs, como ocurrió en el caso del reciente post “Watson contra Watson”. Y si es desagradable ver cómo las tentaciones racistas contaminan las palabras y las opiniones de un brillante científico, peor todavía es cuando esa misma xenofobia se alía con la testosterona y la estulticia para derivar en un acto violento. Hace sólo unos días y tan cerca como en Barcelona, en un tren de cercanías, un animal se entretuvo en maltratar salvajemente a una niña que viajaba en el mismo vagón, por el mero hecho de ser extranjera y estar cerca. Desde que el suceso se hizo público, una grabación en vídeo de la agresión se ha repetido con una saña morbosa cada media hora, en todos los telediarios y en Internet. Y en este tiempo no han parado de oírse voces y comentarios y “yopiensodequés” respecto al asunto, revelando en nuestros periodistas, políticos y tertulianos opiniones a veces menos racionales de lo que nos gustaría.

Watson contra Watson

Estos días ha habido bastante revuelo mediático acerca de unas desagradables declaraciones racistas del premio Nobel James Watson. Prácticamente todos los medios han dedicado al menos un pequeño titular al respecto, y la reacción en la blogosfera ha sido todavía más imponente (Ejemplos: El Pez, BioMaxi). Digamos que yo llego bastante tarde.
Lo que ha sucedido es que el gran genetista, co-descubridor junto con Francis Crick (y la estudiante, injustamente olvidada, Rosalind Franklin) de la estructura del ADN que tan familiar se nos ha hecho ahora, ha abierto la boca para decir, con aplomo, que los “negros son menos inteligentes que los blancos”, y que “cualquiera que haya tenido que trabajar con un negro puede atestiguarlo”. Hay quien defiende al Dr. Watson argumentando que los supuestos exabruptos proceden de una entrevista periodística, y que a saber si donde él dijo equis el entrevistador añadió ceta de su propia cosecha, pero por mi parte no se me hace nada evidente cómo podría haber ocurrido algo así. El racismo de las declaraciones de Watson es inexcusable. Y lo peor no es el prejuicio racista, sino el intento de vestirlo de rigurosidad científica, que por otra parte no cuela. Parece que el dislate ya ha tenido sus consecuencias y el insigne genetista ha sido degradado de sus funciones administrativas en una importante institución de Nueva York, el Centro de Estudios Cold Spring Harbor (lo cual no debe extrañarnos: seguramente lo contrataron por su imagen, la de todo un premio Nobel, y ahora que esa imagen está dañada no quieren verlo relacionado con el centro). Por otro lado, me parece una verdadera pena que, para una de las pocas veces en que los medios generalistas hablan de los científicos, tenga que ser para tratar este poco edificante asunto.

Pero el motivo de mi post es otro bien distinto. Al leer las deposiciones orales del anciano James Watson, no he podido dejar de acordarme del "otro" Watson, John Broadus, el psicólogo. J. B. Watson, considerado hoy el padre del conductismo y en su día un auténtico imán para las mujeres, se hizo famoso con un experimento de condicionamiento emocional que llevó a cabo con su alumna Rosalie Rayner. Me refiero al ya célebre experimento de "Albertito" (1920), que para nuestros estándares éticos actuales es una auténtica barbaridad. Básicamente, lo que mostraron Watson y Rayner es que podían inducir en un bebé, mediante condicionamiento clásico, una fobia adquirida a cualquier objeto que ellos desearan. Hoy nos parece una salvajada, pero en su momento la lectura era bien distinta, y me parece que coloca a J. B. Watson (el psicólogo) en el polo opuesto al que ahora ocupa el genetista James Watson. Me explico a continuación.

Durante principios del S. XX se vivió en Norteamérica una exaltación positivista del descubrimiento científico, que quería aplicarse a diversos ámbitos de la vida. Particularmente, el desarrollo de la biología estaba extendiendo la creencia en que gran parte de las características de los seres humanos son heredadas: la inteligencia, la estatura, la fuerza, la belleza. La Nature, lo innato, triunfa sobre la Nurture, lo aprendido. Las ideas del inglés Francis Galton (primo de Charles Darwin) derivaron en lo que se llamó la eugenesia, que caló fuerte en gran parte de los países occidentales (en Europa y en EE.UU.). La eugenesia consiste en la mejora de la raza humana mediante la selección de los mejores ejemplares, al estilo (guardando las distancias) de la selección darwiniana que opera en el mundo natural. Así se crearon instituciones para recluir, expulsar o esterilizar a los ejemplares "más débiles": inmigrantes de países no anglosajones o nórdicos, "débiles mentales", enfermos. La inversión educativa siguió un elitista sistema, de manera que se concentró en los estudiantes que provenían de una estirpe educada, evitando hacer el gasto en los hijos de las personas sin educación o con retrasos mentales. El razonamiento era el siguiente: si la inteligencia se hereda, entonces es mejor invertir en los estudiantes hijos de abogados o médicos notables, en vez de en los hijos de padres poco inteligentes, o pobres, o de una raza "inferior".

Tal era el panorama durante buena parte del S. XX en EE.UU. Entonces aparece J. B. Watson (el psicólogo) y, tras fundar intelectualmente el conductismo, sorprende con declaraciones como la siguiente:


"Dadme una docena de niños sanos, bien formados, para que los eduque, y yo me comprometo a elegir uno de ellos al azar y adiestrarlo para que se convierta en un especialista de cualquier tipo que yo pueda escoger -médico, abogado, artista, hombre de negocios e incluso mendigo o ladrón-, prescindiendo de su talento, inclinaciones, tendencias, aptitudes, vocaciones y raza de sus antepasados".

Es decir, no importa tu linaje genético. Cualquier persona, sean cuales fueren las capacidades intelectuales de sus progenitores, puede llegar a lo más alto (o, como contrapartida, lo más bajo) si recibe la atención adecuada en forma de una educación muy particular basada en el condicionamiento. Mediante las nuevas técnicas de modificación de conducta, tanto el niño blanco como el negro pueden llegar a amar los libros, o aborrecerlos (aquí me acuerdo, también, de aquella fascinante novela, "Un mundo feliz").
Lo que estoy planteando es que, en la escala Nature/Nurture, de lo fundamentalmente hereditario a lo fundamentalmente aprendido, tenemos un Watson en cada polo. El biólogo, poniendo el acento en la genética. El psicólogo, relegando la herencia a favor del aprendizaje y la tabula rasa. No sostengo que ninguno de los dos tenga razón al 100%, pero me parece un apunte interesante para tomar consciencia de ese péndulo histórico que va de un extremo a otro. ¿Dónde lo tenemos hoy?

NOTA: Adelanto la publicación de este post para que no pierda la actualidad.

Imagen alojada en la Wikipedia

PERCEPCIÓN DEL SONIDO

¿Para qué sirven nuestros dos oídos? ¿Por qué tenemos dos? ¿Alguien lo sabe? ¿Qué ventaja tiene tener dos?
La respuesta tal vez nos venga al pensar en el murciélago. Un animal que es capaz de moverse en el espacio mediante el sonido. Y es que el sonido nos da información espacial, sobre donde están las cosas.

EXPERIENCIA
Siéntate y cierra los ojos en un lugar con muchos sonidos. ¿Eres capaz de saber de donde proceden los diferentes sonidos con los ojos cerrados?

Y SEGUIMOS…
Sí efectivamente. Como habrás podido comprobar podemos saber en cierta medida, dónde se encuentra “algo” por el sonido. ¿Pueden hacerlo las personas sordas de un oído?
Sí también pueden. Pero tienen dificultades si el sonido no tiene mucha duración. ¿Por qué? Porque necesitan mover ligeramente el oído y tomar dos referencias.
Es el hecho de la diferencia producida entre el efecto del sonido en un oído y en el otro lo que nos permite conocer la situación espacial. Nuestro cerebro “calcula donde deben estar las cosas” por la diferencia de sonido entre nuestros dos oídos, y así lo percibimos.
Un sordo de un oído debe oír una vez, girar un poco la cabeza y escuchar de nuevo.
Así en base a estas dos tomas, nuestro cerebro es capaz de la percepción espacial a través del sonido también.

APLICACIONES
Esto da pie a mejorar la forma de oír a través de diferentes aparatos. Todos conocemos el sistema “mono” de altavoces. Es simplemente sonido a través de un altavoz. Algo más sofisticado sería hablar de sonido stereo. El sonido stereo consiste en grabar el sonido por dos canales independientes. Así al escucharlo, generará en nosotros cierta sensación espacial, ya que hay una pequeña diferencia entre lo que oímos por un oído y por el otro. El stereo se identifica fácilmente por las dos marcas que tiene en vez de una sola en su conector MINI JACK.
Un sistema mucho más sofisticado es la HOLOFONÍA.
Es una ilusión auditiva. Si oímos sonido tal y como si las cosas estuviesen ahí, nuestro cerebro creará una ilusión espacial. Identificará esos sonidos en el espacio y así los percibiremos. ¡Como si estuviesen ahí mismo! Puede que este sea el futuro de los aparatos domésticos que usan auriculares. Desde luego ya me gustaría poder oír mis canciones favoritas con este sistema.

Para conseguir el sonido se usa un muñeco que tiene los micros de grabación a la misma altura donde están nuestros oídos.
Aquí pongo un mismo sonido con las tres técnicas. Juzgar por vosotros mismos cual os gusta más. Para escucharlas hay que usar auriculares y cerrar los ojos mientras lo oímos, ya que el sentido de la vista puede influir en la percepción de los sonidos. Así que ojos cerrados y auriculares. A este sonido se le llama sonido de la caja de cerillas.

VERSIÓN MONO
VERSIÓN STEREO
VERSIÓN HOLOFÓNICA

Y ya puestos os voy a poner también esta página en la que encontraréis fácilmente la espectacular ILUSIÓN DE LA PELUQUERÍA. ¡Es sorprendente! Sobre todo cuando parece que nos ponen una bolsa de plástico cubriendo nuestra cabeza…

Y dedicado a todo el mundo, pero especialmente para los chicos, este maravilloso SUSURRO DE MUJER

ACTUALIZACIÓN
En el link de holofonía se encuentra este link que voy a poner. Pero como está dentro e igual mucha gente no lo pincha pongo el link directo AQUÍ. Lo pongo porque es importante para quien quiera conocer más concretamente la percepción del espacio a través del sonido. Así entrará más gente a mirarlo supongo...:)

El mágico número siete

ResearchBlogging.orgSiete colores en el arco-iris, siete enanitos intentando ligar con Blancanieves, siete maravillas entre las que no se incluyó a la Alhambra, las siete llaves del guardián al que cantaban Helloween... El número siete tuvo también su protagonismo, desde el punto de vista ya histórico, en la psicología cognitiva, gracias a uno de los artículos con el título más evocador y sexy que he tenido el gusto de leer: “The magical number seven, plus or minus two: Some limits on our capacity for processing information” [El mágico número siete, más o menos dos: Algunos límites en nuestra capacidad de procesar la información], de George A. Miller (1956; no confundir con el otro George Miller). Pero la cosa va más allá de la anécdota con el número siete y su “mágico” influjo en la cognición, pues este artículo supuso uno de los hitos principales en el nacimiento de la psicología cognitiva como disciplina y en la instauración de la fructífera metáfora del cerebro como un ordenador.

La revolución “corporeizada”

Blogging on Peer-Reviewed ResearchEmpezamos bien, inventando “palabros” o recurriendo a traducciones un tanto carpetovetónicas como la del título del post, pero no se me ocurre nada mejor, y creo que no hay más remedio que recurrir a terminologías un poco extrañas cuando uno se introduce en un campo de estudio relativamente novedoso y no tiene mucho conocimiento aún.
Han pasado ya algunos meses desde que leí el influyente artículo de A. M. GlenbergWhat memory is for” [“Para qué sirve la memoria”], que en realidad ha cumplido ya la friolera de diez años (desde su publicación en Behavioral and Brain Sciences en 1997). A través de dicho trabajo, empecé a tomar contacto con una nueva (para mi bisoño punto de vista) forma de abordar el estudio de la mente humana, con un énfasis muy especial en su dimensión corporal y ambiental, y bien enmarcada en la selección natural y la evolución biológica (¡bravo!). Hoy podríamos llamar a esta perspectiva “embodied cognition” (¿cognición “corporeizada”?), y de ahí ese palabro extraño en el título del post. Aquel paper gozó del no tan usual honor de suscitar toda una avalancha de comentarios, críticas y otras reacciones de numerosos personalidades en la psicología cognitiva (recuerdo especialmente un comment del gran Manuel De Vega). Hasta tal punto que estos comentarios acabaron ocupando en la revista una cantidad de páginas muy superior a la del artículo original que los provocó. Entonces, así es como se me presentó, cuando la conocí, la perspectiva de la embodied cognition, envuelta en la polémica. Debo decir que las respuestas de Glenberg a aquellas críticas me parecieron juiciosas y bien argumentadas… ¡al menos tanto como las propias críticas cuando las leí en primer lugar! Pero eso es lo más divertido.
Desde aquel día he estado leyendo frecuentemente acerca del asunto, y puedo decir que, finalmente, el revuelo inicial ha acabado calmándose en gran medida, y la embodied cognition se ha convertido en un campo con cierta estabilidad (link al laboratorio de Embodied cognition de Glenberg), fértil en investigaciones e imaginativo en sus propuestas, si bien el sano escepticismo sigue muy presente en la comunidad científica. En este post me gustaría contaros algunas cosas muy básicas sobre el tema, sólo como introducción, y mencionaré un par de experimentos que me parecen reveladores.

SABER DE TU OPINIÓN

Hola. Soy Héctor. Abro este post sobre la charla de hoy día 10 de octubre en la Universidad. Lo pongo para que quien quiera pueda dejar su opinión sobre la misma, ¿que os ha parecido lo que os he contado...? Lo cierto, es que entre una cosa y otra no ha dado tiempo a mucho, y tampoco ha ayudado que entrase la tuna a cantar de repente xD
Pues eso, que si se pasa alguien de los presentes, podéis dejarme vuestro comentario con lo que queráis decir.

Y para todos os pongo el enlace del Museo de la Ciencia. Está en los enlaces de este mismo blog, pero os lo pongo aquí para haceroslo más fácil, ya que hemos estado hablando hoy de esto.

Espero que os animéis a pasaros por aquí a menudo y por el museo de la ciencia. Saludos...

Héctor

APRENDIZAJE OPERANTE



Este es “golfo”. Me estoy refiriendo al perro de la foto. Es el perro de un amigo. Hace poco estuvimos en la playa y observé como mi amigo le había enseñado a su perro a sentarse y a levantar la pata. Justo después le dio una galleta. Esto hizo que se me ocurriera este post.

Un animal, si le recompensamos al realizar una conducta, es probable que la repita. Edward Thorndike formuló lo que se llama la LEY DEL EFECTO.
Viene a decir eso precisamente. Que si a una conducta le siguen consecuencias reforzantes, esa conducta tendrá más probabilidad de repetirse. Sin embargo, si a una conducta le siguen consecuencias aversivas, la conducta tendrá menos posibilidades de volverse a repetir.

Este principio sirve para adiestrar a los animales. Lo podemos ver muy bien en este VIDEO.

Y para quien tenga curiosidad, hay vídeos sobre la caja de Skinner que los psicólogos usan en los procedimientos experimentales: AQUÍ Y AQUÍ.


EXPERIENCIA

Puedes probar tú también con tu mascota. Intenta imitar a la chica del vídeo que adiestra a su perro. ¿Qué resultados obtienes?
También puedes observar cómo se comportan nuestras mascotas. Cómo son capaces de aprender por ellos mismos este tipo de actos…


ALGO MÁS SOBRE APRENDIZAJE INSTRUMENTAL

No sólo los animales cambian su forma de actuar en función de las consecuencias. Las personas también. AQUÍ hay un video muy interesante sobre el aprendizaje y la conducta. Y también tenemos este otro AQUÍ.
Ambos se complementan muy bien. Contienen alguna imprecisión por ser videos antiguos. Pero prácticamente, la totalidad de los videos es correcta. Merece la pena verlos.


ALGUNAS COSAS SOBRE LAS QUE REFLEXIONAR

Imagínate el efecto que pueden tener las siguientes acciones en las siguientes situaciones.

Por ejemplo, unos padres que tienen un hijo adolescente al que no dejan salir por estar castigado. Su hijo se enfada, se pone un poco agresivo y grita. Los padres, viendo que se puede romper el ambiente familiar, al final deciden dejarle salir.

O en una situación de pareja. Imagina que tu pareja se enfada contigo mucho y para disculparte haces algo que agrade mucho a esta persona.
Da que pensar, eh?


SOBRE EL SISTEMA ECONÓMICO

Podemos observar este principio en acción en el funcionamiento de nuestro sistema económico. Hay varias razones para que vayamos a trabajar. Pero una muy importante es que nos pagan. ¿Se te ocurre por qué los comerciales trabajan a comisión?


LAS MÁQUINAS TRAGAPERRAS

Otro ejemplo clásico suele ser el de las máquinas tragaperras. Es curiosa su similitud con la palanca que usan las ratas en “la caja de Skinner”. Es como si fuese una adaptación calcada de la misma en humanos. Sólo que esta máquina está en un bar.
Lo cierto es que es un problema para las personas que tienen dificultades para dejar de jugar.

NUEVO VIDEO DE NATIONAL GEOGRAPHIC

En los informativos de la tele están anunciando un nuevo vídeo de National Geographic. Para todos los que tengáis el canal, lo van a emitir el día 21 de octubre a las nueve de la noche. Debe de ser un documental novedoso sobre el cuerpo humano que usa mini cámaras para grabar dentro del organismo e imágenes virtuales. Además, como novedad incluirán conocimientos sobre el cerebro y la importancia de éste para la vida mental y el comportamiento. Los que tengáis el canal ¡que lo disfrutéis!

ILUSIÓN HORIZONTAL-VERTICAL

A veces las cosas no son lo que parecen. Un ejemplo de ello es una ilusión muy simple llamada ilusión horizontal-vertical. Consta solamente de dos líneas, una vertical y otra horizontal. La podemos encontrar AQUÍ. Como se puede apreciar la línea vertical parece más grande que la línea horizontal, sin embargo son iguales.


EXPERIENCIA

Haz la prueba. Fabrícate la tuya en un folio y observa la impresión que te da. ¿Parece más larga la línea vertical? Sin embargo, "sabes que son iguales". Las has dibujado tú mismo...


LOS VASOS

Este efecto se acentúa aun más, si la línea horizontal además de ser horizontal, es una línea curva formando una circunferencia. Y es que muchos de nosotros no calculamos adecuadamente la longitud de las circunferencias. Podemos hacer una sencilla comprobación comparando la altura de un vaso con la longitud de su borde superior.


Haz la prueba. Coge un folio y rodea la circunferencia de los bordes superiores de un vaso (o una jarra como la de la foto). Haz una marca y comprueba como al estirar el papel y compararlo con la altura del vaso, su longitud es mayor de lo que parecía al principio.