Adivino tu pensamiento

En esta entrada voy a proponeros un juego práctico de psicología. Es una experiencia que se puede hacer en casa, con amigos o familiares, o la chica (chico) del bar del sábado por la noche.

Es un juego de ilusionismo, lo que se suele llamar vulgarmente aunque a muchos no nos guste: “un truco”. Os invito pues a que juguéis a ser mentalistas una vez más. Lo que haremos esta vez será simular que somos capaces de leer el pensamiento. Y si algo tiene de especial este juego respecto a otros, es que se basa en nuestro comportamiento.

Como es un juego de magia, voy a explicarlo tal y como se explican los juegos, primero comentaré “el efecto”, es decir, lo que tendrá que ver el público. Luego comentaré cuál es la explicación para que podáis probarlo.

Efecto (o lo que la gente verá)

Este juego consiste en adivinar una carta que otra persona ha elegido, para lo cual se le pide que piense en una carta de la baraja. La que quiera. Una vez que la ha pensado, se le pide que la repita mentalmente una y otra vez.

Justo después, con un papel y un bolígrafo a mano, se pide a esta persona que dibuje 5 casillas en el papel, de tal forma que dentro de las mismas se puedan escribir 5 nombres diferentes. Una vez hecho esto, se dice a nuestro voluntario que escriba el nombre de 5 cartas, entre ellas ha de estar el nombre de la carta pensada.

Después de escritos los nombres de las cartas, escribimos nosotros una predicción en un papel.

Finalmente se le pide a la persona que identifique cuál era la carta que había pensado (tachando por ejemplo las que no son, que quede solamente la casilla con la carta pensada sin tachar). Curiosamente nosotros ya habíamos escrito en el papel el nombre de dicha carta para sorpresa de nuestro voluntario.

Explicación

Lo bonito de este juego y esta es la razón de que lo describa aquí, es que es un juego muy simple de hacer con un poco de práctica y que se basa solamente en observar el comportamiento del otro.

Pedimos que piensen una carta y que la repitan mentalmente. Más tarde se pide que se escriba en un papel el nombre de 5 cartas entre las cuales esté la escogida. El tiempo que se tarda en pensar una nueva carta suele ser mayor que el de recordar la carta elegida que hemos repetido varias veces mentalmente, y que tenemos por lo tanto ya pensada, decidida y lista para ser escrita.

Es decir, que este juego se basa principalmente en lo siguiente: que elegir una carta nueva es un proceso cognitivo en el cual normalmente usamos más tiempo del que empleamos en recordar una carta que ya hemos elegido y que además hemos estado repitiendo una y otra vez hace unos momentos. Simplemente.

Así que para saber qué carta ha elegido nuestro amigo, lo único que hemos de hacer es ver cuál es el nombre que tarda menor tiempo en escribir. Con un poco de práctica, no mucha, seremos capaces de saberlo. A veces puede pasar que dudemos entre dos. En estos casos podemos utilizar un papel y escribir la predicción de espaldas. Así sin que nos vean podemos escribir dos predicciones, una por cada lado del mismo.

Entonces el juego “destapado” consistiría en pedir a una persona que piense en una carta, y que se la imagine una y otra vez. Que la repita mentalmente. Luego con un papel lo suficientemente grande y un bolígrafo, que divida la hoja en 5 casillas, y que escriba el nombre de 5 cartas entre ellas la pensada.

Es en ese momento, en el que nosotros nos fijaremos a ver el nombre de qué carta tarda menos en escribir. Después de conocer el nombre de la carta, hacemos nuestra predicción en un papel, avisando eso sí de que lo vamos a hacer (y con todo el teatro que le queramos echar), y tras hacer esto pedimos que identifiquen la carta por ejemplo tachando las que no son. Finalmente mostramos nuestra predicción.

Cosas por las que puede salir mal el juego

He de decir que este juego me ha salido 3 veces mal. Una vez, no pedí a la persona que repitiese mentalmente su carta. Lo volví a hacer y salió de nuevo mal. La tercera vez me di cuenta de que me faltaba la parte de la repetición mental. Lo hice de nuevo pidiendo que repitiese mentalmente la carta. En esta tercera ocasión acerté. Y es que hay personas que les puede costar recordar el mismo tiempo que elegir una nueva carta, de ahí la importancia de repetir mentalmente el nombre para facilitar más este proceso.

En otra ocasión, se imaginó el voluntario que la explicación estaba en los tiempos que uno tarda en escribir los nombres de las cartas, y manipuló los mismos de forma intencionada, con lo cual no pude adivinarla. Aunque estuve dudando entre dos, una de las cuales era la correcta. Así de todas formas no consiguió despistarme tanto.

En la tercera ocasión no sé cuál fue el motivo del fallo. En cualquier caso os animo a que lo probéis por vosotros mismos, si alguno se anima que deje comentario relatando su experiencia. Un saludo ;)