Información, marketing y pseudociencias

Acabo de leer en Amazings un par de artículos cuya lectura recomiendo aquí. Son este y este otro. Lo cierto es que leer este par de entradas me ha recordado algo que tenía pendiente de escribir por aquí. Así que ahí vamos con un par de apuntes sobre marketing, información, persuasión y pseudociencia.

Las personas informadas son menos influenciables. Si alguien es conocedor de un tema y sabe por ejemplo que algo no funciona, será más difícil que podamos venderle ese “algo”. La información que tiene el receptor relacionada con el contenido de un mensaje lo hace menos influenciable frente al contenido de este mensaje. Eso es al menos lo que dice la psicología social en lo que a persuasión se refiere si no recuerdo mal. En concreto cuando se analizan las características del receptor. Es por eso que es necesario informar sobre las pseudociencias, para que los receptores del marketing pseudocientífico sean menos influenciables.

Helena Matute, Miguel Ángel Vadillo y Ion Yarritu publicaron hace no mucho tiempo una investigación sobre cómo la información no sesgada puede hacer que la gente no caiga tanto en la ilusión pseudocientífica. Comentan más sobre el estudio aquí, en este artículo de Magonia. Esto coincide en cierto modo con la teoría clásica de la persuasión, donde un receptor del mensaje informado será menos influenciable.

Seguramente ocurrirá al contrario. Una persona desinformada será posiblemente más complicado hacer que entre en razón. Alguien que se cree informado, pero que la información que conoce es falsa, será posiblemente más resistente a aceptar los datos reales. Por eso no solamente es importante informar, sino hacerlo antes en el tiempo. En eso se basa el concepto de la inoculación. La inoculación se conceptualiza en psicología como una especie de vacuna ideológica. Ideas antes de la llegada de otras ideas, ¿para qué? Para que no se reciban igual las segundas ideas.

Un ejemplo de este fenómeno lo podemos encontrar en algunas creencias personales muy arraigadas en nuestras vidas, a las que podemos haber sido expuestos desde niños y que de no ser así nos parecerían ridículas. Frente estas ideas tan bien arraigadas, le cuesta mucho penetrar al pensamiento racional.

O intenten convencer por ejemplo a un astrólogo experto de que la astrología no funciona. La desinformación a la que ha estado sometido, el tiempo invertido en esa actividad, el peligro de su auto-concepto personal (si he creído en esto soy idiota), el dinero invertido en libros…etc…Todas ellas son cosas que harán más difícil la aceptación de la realidad. Eso por no hablar de que si lo ha aplicado con gente…¿asumir de pronto que se han contado cosas que no son ciertas a un montón de personas? Suponiendo que se haya hecho sin querer y con buena intención, no es fácil asumir para alguien que se tiene a sí mismo como “buena persona e inteligente” algo así.

Cada día salen nuevas formas de terapia pseudocientífica además de las que ya tienen un largo recorrido, que proponen soluciones ilusorias para los problemas más diversos. ¿Qué es verdad y qué una ilusión? La información científica es una necesidad que podría llegar a salvar vidas.

El mensaje de esta entrada: ¡INFORMA! No te quedes callado si ves a gente que cae en las redes de la pseudociencia...¡Infórmales! Que ellos decidan, pero no en la ignorancia sino informados. Al menos eso me gustaría que hicieran por mí y eso es lo que intento hacer yo por los demás. Te invito amigo lector a hacer lo mismo, en la calle, en el día a día...donde puedas.