“Dulces sueños”: lo que nos queda para comprender la conciencia.

Muy cortésmente, la gente de Katz Ediciones me obsequió hace un par de meses con un ejemplar de la obra de Daniel C. Dennett “Dulces sueños: Obstáculos filosóficos para una ciencia de la conciencia”. Debido a mi ajetreada agenda diaria, he tardado bastante en acabármelo y todavía más en atreverme a contaros algo en esta bitácora, pero creo que es lo justo dedicarle algún espacio a este libro.
Lo primero que quiero decir es que, como casi todos los libros de filosofía, o al menos los buenos libros de filosofía, me ha llevado a hacerme mil y una preguntas. Lo de responderlas ya es otro tema, claro. Pero al menos me ha motivado para que leyera cosas sobre la conciencia: he estado trabajándome a Searle (el de "la habitación china"), he descubierto a Glenberg, he releído a Nagel y al propio Dennett, y he visto con otros ojos a Damasio. También he descubierto algunos buenos sitios en Internet, como Conscious Entities. No sé si “Dulces Sueños” me habrá resuelto todas mis dudas sobre la conciencia, pero por lo menos ha conseguido que aumente mi interés y, si quiera indirectamente, mi conocimiento acerca de este asunto.

Dicho esto, vamos al turrón. Reconozco que Dennett es uno de mis autores predilectos. Los que no tenemos las neuronas muy ágiles agradecemos que todo un señor filósofo tenga una prosa accesible y diáfana. Además, se trata de un filósofo que entiende de veras lo que es la ciencia y se posiciona a su favor, de nuevo un punto que hay que reconocerle porque no es muy común en los de su gremio. No sé si estas dos circunstancias habrán contaminado mi influenciable opinión, pero confieso que mi postura en cuanto a la concepción de la mente y de la conciencia coincide bastante con las cosas que he leído a Dennett. Que, de hecho, coincide a su vez (más o menos) con lo que propone Damasio, así que supongo que no estoy tan solo.
Dennett tiene una provocativa visión de la conciencia y de la mente, radicalmente materialista (monista), lo cual saca de sus casillas a muchos. En todos sus escritos se encarga de defender esa postura de forma vehemente y muy comprensible para los no iniciados en eso de los debates filosóficos. Sus argumentos suelen basarse, al contrario que los de muchos colegas suyos, en los descubrimientos de la ciencia experimental, que por lo general entiende e interpreta de manera correcta pero creativa. Con eso podréis haceros una idea de lo que vais a encontrar si leéis un libro de Dennett. Por cierto, él es muy consciente de que su punto de vista puede ser desilusionante. A ello se refiere cuando habla de la “ingrata tarea de explicar la magia”. Pero eso no nos va a detener, claro.

En “Dulces Sueños”, mi filósofo justiciero favorito vuelve a enfrentarse a ese gran problema que es la explicación de la conciencia, recopilando algunas ideas antiguas ya presentes en su bibliografía (véase, por favor, “La Conciencia Explicada”, de 1991), y actualizándolas al calor de los nuevos experimentos neurológicos.
Cobra especial importancia el concepto de la “heterofenomenología” como una necesidad para estudiar la conciencia. Cuando pretendemos explicar y describir nuestras sensaciones subjetivas, nuestra primera intuición es que éstas son intransferibles e inefables, ¿cómo me explicaríais con palabras lo que sentís cuando experimentáis el color rojo? (o ya como decía Nagel, ¿qué se siente al ser un murciélago?). Por eso muchos filósofos y psicólogos adoptan un enfoque fenomenológico, en primera persona, a sabiendas de que nadie sino el propio sujeto puede acceder a esa valiosa información. En “Dulces Sueños”, Dennett defiende un enfoque en tercera persona (heterofenomenológico), más próximo al propio de las ciencias naturales. ¿Hasta qué punto está justificada esa creencia en que nuestras experiencias son únicas e inaccesibles para cualquier observador externo? ¿No podrían nuestras sensaciones “engañarnos”, echando por los suelos nuestro esfuerzo por describirlas en primera persona? Los qualia, las sensaciones y experiencias personales, singulares, son por lo tanto una de las primeras víctimas en este combate por llevar la perspectiva racional al estudio de la conciencia. Y lo digo porque, en las posturas teóricas de muchos filósofos, psicólogos, y también en las teorías más “informales” que sostenemos la mayoría de las personas, la irracionalidad está construyéndose probablemente un refugio al que no renunciará fácilmente.

Una última cosa que me ha divertido de este libro es el repetido recurso a las metáforas y los “experimentos mentales” más famosos en la literatura sobre conciencia. Nos habla sobre los zombies, sobre los robots, nos cuenta la historia de Mary, la científica que no podía ver los colores, e incluso lleva hasta el límite esta conocida historia (“Robomary”, “Mary del pantano”, etc.).

Pues nada más, os recomiendo que leáis a Dennett. Si no os convence, al menos os divertirá un rato (ah, y en ese caso, haced el favor de contarme dónde flaquea, lo agradeceré).

8 comentarios:

DLuque dijo...

Ctugha tuvo el placer de profundizar con Dennett hasta el fondo de una mina , literalmente.
Probablemente en ese momento estuviese germinando un nuevo libro.

Anónimo dijo...

jeje, claro que los conozco: Dennet, Searle, Lowe, Brentano etc... y los unicos que me irritan son el matrimonio de los Churchland, son materialistas eliminativos frente al "problema mente-cuerpo", los Churchland son los que mas discuten con searle, a ellos les tiró el argumento de la habitacion china,siempre se las manda a guardar como el mejor.
los conoci de golpe... sin sopechar que existian...estaban ahi amontonados en 3 extensos apuntes de la "catedra de Problemas Epistemologicos de la psicologia" ( 1° año de la carrera de psicologia,de la UNC).
Por mi parte te recomiendo el libro de Searle "El redescubrimiento de la mente" su discurso es fresco y realista, me gusta como trata a a la conciencia. Dennet coincide con Searle en el rechazo a la teoria Computacional sobre intencionalidad...Aun asi Dennet es mas "Intrumentalista" que Saerle en sus concepciones, pero ambos son realistas y sensatos.- todavia tengo que rendir el final de esta catedra, de hecho tu posteo me lo hizo recordar,jeje,¿que cosa de locos no?. y te digo que no a cualquiera le engancha estos temas, para mi es un buceo exquisito.Saludos!

Fernando Blanco dijo...

Sr. Luque, me sigue anonadando la fotografía de Joni con Dennet. ¡No entiendo ni jota! ¿Qué hacía Daniel Dennett en un pozo bajo la tierra? ¿A eso le llaman bucear en "el subconsciente"? ¿Se habrán hecho psicodinámicos?

Cande, yo no había leído mucho sobre conciencia hasta estos últimos meses. Sólo a Dennett, a Damasio, algo de Manuel de Vega y alguna cosa suelta más. He tenido la suerte de hacer un amigo al que estas cosas le chiflan y me ha recomendado muchas lecturas que me han dejado de piedra. Y en esas sigo... ;-) ¡Gracias por pasar por aquí!

DLuque dijo...

Gilga, la pregunta es: ¿Qué hacía Daniel Dennett en un pozo bajo la tierra CON CTUGHA? Ctugha, si tienes un momento libre (que escribir una tesis no es para tanto), responde a esta interesante cuestión.

Pedro Garrido dijo...

Hola: tengo alguna pregunta al respecto de este problema de conciencia. Sólo he leído alguna cosilla pero no me he metido afondo en el tema. Me gustaría saber, ahora que lo tienes fresco, si Dennett menciona los experimentos de Llinás (esa onda que parece que recorrería cada 20ms el cerebro desde la región rostral a la caudal y que daría lugar a "cuanta" de conciencia). A damasio sí lo he leído y su hipótesis del marcador somático me parece muy acertada.
Por u´ltimo otra pregunta: ¿cómo explica Dennett los actos volitivos? Porque ahí suele encontrarse el quid de la cuestión.
El problema de los qualia a mí no me parece tan complejo como algunos se empeñan en plantearlo. Yo veo la concienca más como una función del cebrero que ha aparecido con la evolución y, por tanto, como un proceso que obdedece a unas reglas generales, si bien, dentro de esas generalidades hay matices (que serían los qualia).

Me parece muy intereante esta bitácora. La seguiré con interés. Un saludo.

Anónimo dijo...

Un interesante artículo sobre un tema importante. La verdad es que atrae mucho mi atención y recojo la recomendación de cande sobre el libro de Searle "El redescubrimiento de la mente", además de ponerme como "deberes" el leer a Dennett.
Me queda mucho por descubrir!

Un saludo del Clan!

Anónimo dijo...

Si me gustó El error de Descartes, ¿me gustará este libro?

Fernando Blanco dijo...

Niha, son libros bastante distintos, principalmente en el estilo. Además, aunque los dos traten en realidad sobre cuestiones filosóficas, con Dennett esto es mucho más evidente (pues las discusiones que relata tienen lugar en ese campo de batalla). Eso sí, te sigo recomendando el libro de Dennett porque es francamente entretenido.

Brainy: Perdona por haber tardado en contestar, no había leído este comentario hasta ahora. Pues bueno, que yo recuerde Dennett no menciona los experimentos de Llinás.
Sobre los qualia, lo cierto es que he acabado siendo bastante escéptico, pero la imagen que mejor representa mi conocimiento al respecto es una interrogación enorme con el punto cayendo sobre mi cabeza :-P
Sobre tu pregunta acerca de la concepción dennettiana de los actos voluntarios, no me siento lo suficientemente seguro como para responderte sin miedo a meter la pata hasta la rodilla.

¡Un saludo!