El título de esta entrada dice casi todo lo que se pretende decir en el texto. Que las personas son inocentes hasta límites que difícilmente se puede llegar a sospechar. Y es que en este mundo hay gente dispuesta a creer en muchas cosas que a priori no son verdad e incluso que son difícilmente creíbles. Pero presentadas de la forma adecuada se puede convencer. Y si por ejemplo usamos un truco de ilusionismo en vez de para entretener para intentar engañar al prójimo, con eso de que ver es creer, la gente puede llegar a creerse cosas que difícilmente creerían sin la aparente prueba visual. Y no solamente gente de a pie, sino incluso científicos. Por eso la importancia de conocer sobre cómo nos comportamos, sobre lo crédulos que podemos llegar a ser, sobre ciencia, y sobre algunas de las trampas y lo reales que pueden parecer. Os dejo con un par de vídeos que seguro os darán qué pensar sobre cómo los estafadores pueden sacarle el dinero a la gente y cómo un ilusionista teatrero puede engañar a las personas si pone cara de serio cuando dice que lo que hace es de verdad. Dale a la persona adecuada la idea adecuada presentada de la forma adecuada y conseguirás que haga lo impensable, por ejemplo que te dé su dinero…triste pero cierto. Por eso creo que es importante la labor de personas como James Randi. Como dicen los expertos en marketing, el posicionamiento de un producto se libra en una batalla de percepciones en la cabeza del consumidor. Lo que la persona perciba y crea, influirá en lo que haga, en lo que compre…