Causal reasoning in crows?

He leido hace poco un artículo de Clayton y Dickinson sobre el ya famoso paper de Blaisdell et al. (2006) "Causal reasoning in rats". Los autores se plantean hasta que punto las ratas de Blaisdell poseen conocimiento causal específico de dominiio (como los humanos), conocimiento necesario en la comprensión de los mecanismo implicados en las relaciones causales que aprenden. Argumento que supongo haría sonreír a autores como Ahn, que llevan defendiendo desde hace muchos años que aprender una relación causal está más relacionado con la comprensión de los mecanismos implicados que con la percepción de ciertos patrones estadísticos.
Por cierto, un tipo de cuervo (New Caledonian crow) es el animalito al que mejor se le da esto de comprender los mecanismos causales, incluso mejor que los primates superiores.

Refrescar, refrescar, refrescaaaar...

Pues bueno, muchachos, voy a tomarme una semanita de descanso invadiendo las Galias, que ya me lo merezco. Espero que durante mi ausencia esto no se quede muerto y que escribáis por aquí aunque sea de vez en cuando, caramba.
Así os quiero ver a todos:



Refrescaaar, refrescar, refrescaaaar...

Hacedle caso a Psicoteca, ¿vale? Quiero que cuando vuelva esté toda llena de nuevos mensajes. Avisados quedais.

¿Prisas por tomar unas vacaciones?

Algunos ya están preparando sus vacaciones...



Aprovecho para recomendaros que os suscribáis a esta tira cómica que cuenta las aventuras de una panda de estudiantes de doctorado. Muy a menudo me arrancan una carcajada, lo cual no siempre es fácil.

ChimPacMan

En este enlace teneis a vuestra disposición un video donde podeis comprobar lo habilidoso que puede ser un chimpancé jugando al clásico PacMan (el comecocos). Está en japonés e inglés, pero la imagen lo dice todo... yo aún estoy tratando de subirme la mandíbula.

Oskar.

Los cinturones de seguridad y las tablas de contingencia

Me vais a permitir otra reflexión tonta sobre causalidad. Va a toda velocidad así que espero no haber metido la pata en ningún cálculo. Menos mal que tenemos por aquí a los expertos para vigilarme un poco.

Leyendo el periódico me he topado con una noticia un tanto luctuosa: Tres de cada cinco niños muertos en accidente viajaban sin cinturón. Por tema y por formato se parece mucho a otras, demasiadas, que hemos ido escuchando en los últimos tiempos, como en las últimas vacaciones de semana santa: El 48% de los muertos en accidente de tráfico en Semana Santa no llevaba el cinturón de seguridad.
Pero aunque os pido encarecidamente que toméis todas las precauciones posibles cuando salgáis a la carretera, no quería hablaros del tema de la seguridad al volante. Sólo necesito que os quedéis con la "morfología" de estas noticias, o la estructura lógica de la información que nos están dando (no sé cómo expresarlo, perdonadme). Porque tiene mucho que ver con ese tema tan específico y tan elevado en su torre de marfil que es el aprendizaje de relaciones de causalidad. Así que por favor no os fijeis ahora en el contenido de las noticias, ciertamente desagradable, y quedaos con la forma, que es lo que me interesa en este momento. Vamos al ajo:

"El 48% de los muertos al volante no llevaba el cinturón". Esa es la información que nos dan en una noticia en concreto. ¿Qué conclusiones podemos sacar? Según mi interpretación, más bien pocas y poco informativas. Podemos contemplar la situación como el cruce de dos variables, discretas y dicotómicas: Primero, el hecho de llevar o no el cinturón de seguridad, y por otro lado, el resultado de muerte en accidente (presente o ausente, porque no se admiten grados en eso de pasar al descanso eterno, ¿verdad?). Con el cruce de las dos variables obtenemos una matriz 2x2 (con cuatro celdas) que contiene todas las situaciones posibles:



Esto es una tabla similar a las que solemos emplear en el estudio del aprendizaje de causalidad. Una tabla de contingencia, en la que podemos representar la información de que disponemos acerca de la realidad. Vale, sabemos que el 48% de los muertos no llevaba el cinturón, según la noticia. Entonces la frecuencia de los eventos tipo c es 0,24 (0,48 dividido entre 2, porque la suma de las cuatro celdas nos debe dar el total de 100%). Eso significa, naturalmente, que la frecuencia de los eventos tipo a es 0,52 entre 2 (0,26). Ya es llamativo que haya más muertos que lleven el cinturón que sin él, pero pasémoslo por alto.
Lo verdaderamente curioso es que, como podemos observar, la información que nos proporciona la estadística del periódico es prácticamente inútil, por incompleta. No puedo saber hasta qué punto es importante el uso del cinturón sin que me ofrezcan ningún dato sobre las celdas b y d, las que me dicen qué pasa con los conductores que no mueren en los accidentes: ¿llevan el cinturón esos supervivientes o no? Esas dos celdas constituyen lo que llamamos la tasa base, y claramente son necesarias para saber si el cinturón ha sido efectivo.
Imaginemos la siguiente noticia, por exagerar las cosas: "El 80% de los conductores muertos en accidente no llevaban el cinturón". De nuevo es una información incompleta que sólo nos habla de a y c. Y aparentemente, es un buen argumento para abrocharse el cinturón. Pero, ¿Y si nos dan la información que falta y así descubrimos también que la celda d tiene la misma frecuencia que la celda c? O sea, hablando en cristiano, ¡que el 80% de los que no mueren en el accidente también llevan el cinturón desabrochado! Algo así:



Significaría que la probabilidad de morir es la misma con el cinturón abrochado que desabrochado. Que el cinto no serviría para nada. Precisamente lo contrario de lo que pretende decir la noticia, ¿verdad? La única conclusión que podemos sacar de esta matriz es que casi todos los conductores accidentados (el 80%) pasan de usar el cinturón, y que la mitad de ellos muere y la otra mitad no.
También podría ocurrir, con esa misma redacción de la noticia, que la información que no nos han contado tuviese un contenido muy distinto (como no nos lo cuentan, somos libres de imaginar lo que queramos):



Efectivamente, según esta otra distribución, que concentra la mayoría de los casos en las celdas b y c, el cinturón es muy efectivo a la hora de prevenir la muerte en un accidente. De hecho, para ser informativa, la noticia debería añadir "... y el 80% de los que no mueren lo lleva abrochado".

De nuevo reitero mis disculpas por no haber buscado un ejemplo un poco más agradable. Al fin y al cabo, todos tenemos algún conocido que ha sufrido un accidente de tráfico (no me extraña, con estas cifras que se manejan es pura verdad estadística que le toque a uno). Pero no os quedéis sólo en el contenido, pensad en la forma de la información que nos llega. Los redactores pretenden con sus noticias convencer a los conductores de la necesidad de ser prudentes y de utilizar mecanismos de seguridad pasivos. Pero sucede que, precisamente por no darnos toda la información necesaria para establecer un buen juicio de causalidad, no llegan a ser lo efectivos que deberían en la comunicación de los datos. O eso me ha parecido hace un momento al leer el periódico.

Por favor, tened mucho cuidado si cogéis el coche estos días. No bebáis, no corráis, no olvidéis poneros el cinturón ni tengáis prisa por llegar. Y buen viaje. A mí aún me quedan unos cuantos días para marchar :-)

La vuelta de la SEPEX

Gilgamesh y el resto de la expedición de voluntariosos psicólogos experimentales ya volvieron del congreso de la SEPEX de esta semana, en Santiago de Compostela, y olé. Ahora llega el momento de contaros un poco cómo ha ido a todos los que no habéis estado allí. Que para eso me leéis, digo yo.

Lo primero de todo: la ciudad, preciosa. Yo no había visitado nunca Compostela, y lo cierto es que por muy bilbaíno que me ponga sigo cayéndome de rodillas cada vez que recuerdo esa dichosa plaza del Obradoiro, la más hermosa que he pisado en mi vida.

En cuanto al contenido del congreso en sí, tal vez lo mejor de todo han sido las conferencias a cargo de Axel Cleeremans, Allan Leslie y Manuel De Vega. O al menos es lo que más he disfrutado. Y especialmente interesante me pareció la charla sobre la teoría de la mente impartida por Leslie, pues se mostró como un auténtico actor de teatro capaz de acaparar la atención del público de toda una sala. Yo al menos no le quitaba ojo, con la boca abierta, oigan. Y además el tema era para darle bien al coco al acabar. Yo ya he concertado una cita con Wikipedia, aunque sólo sea para empezar mi búsqueda de más información.

Por otro lado, además de asistir a la sesión de comunicaciones de aprendizaje asociativo (poco concurrida, por otra parte), aproveché para colarme en las sesiones de otras áreas que me pillaban más lejanas, como el bilingüismo, por ejemplo. Aunque en algún momento acabé perdiéndome (lo cual es normal cuando un lego en la materia intenta meterse en temas tan específicos), creo que llegué a aprovechar aquellos ratos más de lo que imaginaba.

Y por supuesto, como en todo congreso también valoro la oportunidad de conocer gente nueva y, esta vez, de áreas un tanto diferentes a la mía, con lo que la conversación interesante estaba garantizada, o al menos yo puse la parabólica a trabajar un par de veces y hasta me traje anotadas las sugerencias para estudiarlas. Pues "chachi piruli", caballeros y damas.

La siguiente cita es en Málaga, muy pronto. Ya tengo ganas.



Por cierto... ¡Qué duro es eso de estar esperando de pie mientras los demás se ponen las botas con el "catering"! (Es broma).

VI Congreso de la SEPEX

Este miercoles, Gilgamesh iniciará su particular camino de Santiago, sí señores. Como algunos de los colaboradores y seguramente varios de nuestros lectores, acudirá a la convocación ejecutada desde tierras compostelanas. Igual que las meigas y los hechiceros podrían intercambiar recetas a base de ala de murciélago, ojo de sapo y cola de pescado, nosotros hablaremos de neuronas, de mecanismos cognitivos, psicolingüística, bioquímica y a saber qué otras cosas increíbles.



Amigos, nos vemos en el VI Congreso de Psicología Experimental en Santiago de Compostela, del 6 al 8 de julio. ¡Y lo bien que me lo voy a pasar, seguro! :-)