Por Ramón Ordiales
(Publicado originalmente en Homo Webensis)
La inmensa mayoría de las justificaciones de los fenómenos paranormales se basan en “testimonios” más o menos numerosos de personas que afirman haber tenido experiencias extraordinarias.
Debería recordarse a los supuestos “especialistas” en fenómenos paranormales que el testimonio nunca es prueba de nada. Y esto es así por diversas razones. La primera es que cabe la posibilidad de que el testigo o testigos nos estén mintiendo por diferentes motivos; la segunda es porque nadie es completamente objetivo al describir sus experiencias vividas, sobre todo si en esa experiencia se han mezclado sentimientos de gran carga emocional; la tercera y última es que existen numerosos procesos psíquicos que alteran la percepción y/o rememoración de lo sucedido y que impiden una correcta interpretación del suceso, o incluso que fabrican sucesos que, simplemente, nunca han existido.
Con esto no estoy acusando a las miles de personas que día a día afirmar ser testigos de sucesos paranormales de ser “locos” o “histéricos” pero si quiero dejar constancia de un sin fin de fenómenos estudiados en psiquiatría que tienen conexión con numerosas afirmaciones e interpretaciones paranormales y en donde la mayoría de sujetos que lo padecen son personas sanas.
La personalidad también influye en la percepción de lo ocurrido; dos tipos de personalidades cabrían destacarse: La “histérica” que suele vivir con gran emoción lo sucedido desproporcionando hechos sin importancia y la “mistica” que se recrea buscando explicaciones sobrenaturales a cada uno de los acontecimientos de su vida.
Por último, señalar que hay dos tipos de trastornos graves especialmente dados a los fenómenos paranormales:
La Esquizofrenia con muchísimas graduaciones que van desde la desconexión total con la realidad, viviendo el sujeto en un mundo de fantasía, hasta leves formas en donde fantasía y realidad se mezclan levemente en forma de alucinaciones de diverso tipo, sensaciones, manías, etc…
La Paranoia en la que el sujeto, a pesar de tener una vida normal, tiene un “pensamiento extraño” se le ha metido “algo” en la cabeza… Si la paranoia es manía persecutoria pensará que el gobierno le engaña, que los extraterrestres le vigilan, que hay personas o cosas vigilándole escondidas en los armarios, etc… Si por el contrario el sujeto tiene megalomanía, el se creerá un gran mago, sacerdote, salvador, dios, demonio, inventor, etc… pero en cualquier caso se cree dotado de algún “don” especial que le hace superior a los demás y que debe ser digno de admiración, seguimiento y devoción.
Dichas formas de locura extrema no son las únicas que pueden alimentar el fenómeno paranormal. Por eso voy a intentar desglosar diversos tipos de alteraciones, en muchísimos casos leves y sin ninguna consecuencia patológica, que pueden explicar gran parte de los testimonios paranormales.
Para una mejor lectura los voy a clasificar por la naturaleza de la alteración.
Alteraciones de la memoria
Tienen gran importancia clínica, de hecho, son uno de los indicadores más sensibles de disfunción o daño cerebral. Sin embargo existen muchísimas alteraciones de la memoría en sujetos sanos que en un momento dado pueden falsear la evocación y los detalles de un suceso determinado. Está claro que si ha habido cualquier fallo en la memoria los recuerdos y sentimientos evocados tenidos como ciertos no lo serán tanto.
Amnesia Disociativa o Psicógena
Un suceso ha sido olvidado debido a que el sujeto ha experimentado un gran impacto emocional. Un tipo característico es la “amnesia de combate” donde un soldado olvida lo sucedido durante la batalla.
En dicha amnesia, los recuerdos subyacentes quedan “reprimidos” y pueden manifestarse de diversa manera, normalmente recordando en pesadillas los sentimientos de angustia (por ejemplo, una mujer victima de abusos sexuales experimenta a través de alucinaciones que la están violando justo antes o después de dormirse). Aquí las alucinaciones hipnagónicas (ver más abajo) representaría la via de escape a dichas emociones reprimidas.
Un sujeto con semejantes experiencias podría indicar que ha sido violado por extraterrestres, demonios, ángeles o cualquier ente que se le ocurra. Por tanto un experto debería sospechar de cualquier suceso que ocurra al acostarse o despertarse el testigo.
Fuga Disociativa o Psicógena
Es un trastorno próximo a la amnesia disociativa en la que se suman, además de una incapacidad del sujeto para recordar lo sucedido, un viaje lejos del hogar o del lugar habitual de trabajo y un cambio de identidad parcial o completa. En estas circunstancias, el sujeto podría interpretar a partir de vagos recuerdos de luces o sonidos que ha sido “raptado” o “manipulado” o “poseído” por desconocidos que le han abandonado luego en algún paraje lejano. Más angustiosa sería la interpretación de que ha sido “poseído” por algún demonio y le ha hecho deambular por la ciudad.
Déja vu, Déja vécu o Déja
Fenómeno muy común que a todo el mundo le acontece varias veces a lo largo de la existencia. Y que es causa de numerosas explicaciones paranormales.
El sujeto tiene la impresión equivocada de haber visto, oído o vivido una situación con anterioridad, cuando en realidad se trata de una experiencia nueva. La mayoría de las personas afirma que habían soñado con esa escena dias o meses antes de que ocurriera y muchas de esas personas creen erróneamente que han conseguido adivinar el futuro. Suele ocurrir más frecuentemente en personas con leves ataques de epilepsia sin mostrar otro síntoma que el “deja vu” con lo que el sujeto afirma una y otra vez que puede adivinar el futuro.
Criptomnesia
También denominada Reminiscencia. Una persona recuerda algo leido u oido en alguna ocasión. El recuerdo evocado no es reconocido como tal y se toma como algo nuevo y original. Una persona que sufre de criptomnesia hace un comentario ingenioso, escribe una melodía inolvidable, sin darse cuenta que está citando (plagiando) mas que hacer algo original. A veces el sentimiento de genialidad es tan profundo que la persona puede desarrollar una megalomanía. Por ejemplo, creerse un genio de la física que redescubre por sus propios médios lo que otros autores han tardado siglos, etc… cuando realmente está recordando sus estudios de hace años.
Confabulación
Falsificación de la memoria que aparece en un estado de conciencia lúcida y habitualmente asociada a una amnesia. El sujeto evoca una historia falsa sobre acontecimientos pasados, generalmente relacionados con su propia biografía y a menudo en respuesta a preguntas sugestivas de un examinador. Parece creer lo que dice, sin ser consciente de sus errores y no se observa intención de engañar al interlocutor, sino más bien de rellenar el hueco producido por su amnesia.
Suele ser frecuente bajo hipnosis cuando se le insta al sujeto a recordar algo que no le es posible hacerlo, lo peor es que esa fabulación inconsciente queda “añadida” a sus recuerdos como un hecho real indistinguible de sus otras vivencias.
Aquí se pone de manifiesto uno de los mayores peligros de las terapias de hipnosis. Los pacientes pueden fácilmente recordar episodios de “abduccion”, “vidas pasadas” y todo tipo de experiencias falsas, y, además, añadir esos recuerdos y emociones a sus recuerdos vitales.
Pseudología fantástica o mitomanía
Es un relato inventado de experiencias personales que supuestamente le han acontecido al sujeto. Son historias aparentemente verosímiles y donde el sujeto es protagonista. Busca el aprecio del interlocutor y ensalzar la estima personal. A veces, el paciente confrontado con la realidad de los datos reconoce que estaba mintiendo, sin embargo, parece inclinado compulsivamente a generar nuevas fantasías que incluso llega a creerse. Se diferencia de la confabulación en que las historias son mucho más elaboradas y que hay una intencionalidad de protagonismo. Una persona con estas características podrá contar todo tipo de experiencias paranormales con fantasmas, ovnis, etc… no solo eso, podría incluso adoptar el papel de un Indiana Jones que ha vivido todo tipo de experiencias recorriendo medio mundo y viviendo peligrosamente. Muchos magufos podrían ser simplemente mitómanos empedernidos y en donde sus seguidores se engargaran de alimentar una y otra vez su ego.
Alteraciones de la percepción
Esta es una de las fases más delicadas del organismo, se trata nada más y nada menos que de la captación de los datos… si la percepción es alterada, los hechos objetivos mismos se ven alterados y el sujeto no podrá darse cuenta de que está viviendo una experiencia falsa.
Traslaciones de la calidad de las sensaciones
Cambios en el brillo, intensidad o color de los objetos percibidos y cambios en la forma percibida (micropsia y macropsia). Pueden deberse a intoxicación o incluso a fiebre. Algunas drogas como la mescalina hace que las partes del cuerpo aparezcan como cortadas o separadas en el espacio.
Extrañeza perceptiva
En esta alteración, lo percibido es reconocido, a nivel consciente, como familiar, pero es “vivido” subjetivamente como algo completamente nuevo, extraño o irreal. No se encuentran alterados ni los elementos de la sensación, ni la aprehensión de su significado, ni el juicio de la percepción en su conjunto; sólo el sentimiento de familiaridad o reconocimiento que acompaña a la percepción. La persona puede elucubrar todo tipo de explicaciones, incluso la presencia de un “manto” o “niebla”. Suele asociarse a ideas de “fantasmas”.
Percepción cambiada del tiempo
El sujeto puede sentir que su percepción del tiempo ha cambiado de manera que éste parece discurrir muy lento, muy rápidamente o cambiar su “tempo”. Puede parecer que el tiempo se ha detenido por completo. Puede asociarse a ideas de presencia de entes sobrenaturales.
Ilusiones afectivas
Es un estado afectivo especial el que determina su producción. Un niño asustado en la oscuridad puede ver en las sombras de la habitación personas amenazantes. Durante el periodo de duelo es muy frecuente que una viuda reconozca a su marido muerto entre la multitud.
Pareidolias
Ocurren en una proporción importante de la gente normal. Su aparición es más frecuente en los niños que en los adultos. Consisten en imágenes creadas por nuestra imaginación trabajando sobre elementos de la realidad, en cierto modo amorfos o imperfectos. Son las imágenes que nos parece ver en los contornos y claroscuros de las nubes, y sobre las manchas y desconchones de la pared. Un caso típico son las personas que dicen ver el rostro de Jesucristo en una pared de una casa o en el suelo de una habitación. Las pareidolias se vuelven más intrincadas y detalladas cuanto más nos fijamos en ellas, llegando a convertirse en una obsesión.
Imágenes eidéticas
Se trata de imágenes que aparecen en el espacio exterior, como las percepciones, siendo además sensibles y corpóreas como si interviniesen los órganos de los sentidos. Poseen evidencia objetiva, pero realmente son imaginadas por el sujeto. Estos fenómenos son frecuentes en la infancia, comienzan a disminuir a los 15-16 años y sólo un 7% de los adultos muestran fenómenos eidéticos. En algunas personalidades histéricas o muy sugestionables también se puede dar; sería éste el caso de pseudo-apariciones religiosas o de tipo paranormal.
Alucinaciones
Son fenomenológicamente hablando, el tipo más significativo de percepción engañosa y el más grave. Existe un amplio abanico de alucinaciones que abarcan todo tipo de percepciones.
De aquí destacaríamos principalmente las que ocurren al acostarse o levantarse ya que son comunes en la población sana y pueden provocar estados de pánico.
Alucinaciones hipnagógicas e hipnopómpicas
Estas percepciones visuales, auditivas, táctiles o cualesquiera, aparecen cuando se está a punto de dormirse (hipnagógicas) o se está despertando (hipnopómpicas). En esos momentos hay una marcada disminución del nivel de conciencia y no tienen porqué tener un significado patológico. Se ha visto con mayor frecuencia en casos de ansiedad, depresión y estados febriles. Podría decirse que la mayoría de casos de alucinaciones se producen en la cama y bajo estas circunstancias. De ahí que no deberían tenerse en consideración aquellas experiencias paranormales vividas por sujetos antes y después de acostarse.
Alucinaciones visuales y auditivas
Son infinitamente variables en su contenido, y está claro que no siempre el sujeto es consciente que está sufriendo una alucinación, por lo que caben infinitas interpretaciones paranormales de su experiencia
Autoscopia
Consiste en la experiencia de verse a sí mismo y reconocerse. La persona se encuentra e interactua de frente consigo mismo. A veces cree que es un yo del pasado, del futuro o de otra realidad. La interpretación paranormal es evidente. También se ha descrito la autoscopia negativa, en la que el sujeto se mira en un espejo y no ve a nadie.
Alucinaciones de la sensibilidad superficial
Destacan las hápticas o de tocamiento. El sujeto cree que un ente o espíritu la está tocando, pegando, acosando o incluso violando.
Alucinación extracámpica
También se le llama alucinación de presencia. Estas alucinaciones se experimentan fuera de los límites del campo sensorial, el sujeto puede contar: “Sé que hay alguien detrás de mí todo el tiempo y se mueve cuando yo lo hago. Aunque no lo he visto nunca siento su presencia”. Si la sensación es más o menos permanente, el sujeto interpreta que hay un espíritu con él, o un ángel de la guardia o un fantasma.
Alteraciones del yo
Desde el punto de vista psicológico el “yo” es la experiencia de uno mismo.
Desdoblamiento del “yo”
El sujeto vivencia la propia escisión, nos dice que es a la vez dos “yos”. Se trata de dos “yos” que coexisten sin conexiones entre ellos. Hay que diferenciar esto del desdoblamiento de personalidad, donde existe una conciencia alternante (no se vivencian ambas personalidades al mismo tiempo). El desdoblamiento del yo también hay que diferenciarlo de las alucinaciones autoscópicas, donde el paciente ve a otra persona exactamente igual que él en el espacio exterior.
Invasión del espacio interior por un yo extraño
El sujeto cree que otro yo se ha metido en él, así por ejemplo dicen: “hay otro en mí”, ” yo soy el que era más otro”. Está claro que la interpretación más usual es la de un demonio o espíritu que le invade.
Disociación del yo
En este caso no existe desdoblamiento sino que el sujeto experimenta que unas actividades psíquicas le pertenecen, y otras le son impuestas. Esto le lleva a interpretar que está siendo manejado desde el exterior en contra de su voluntad.
Heautoscopia
Es una experiencia aterradora donde se ve la vivencia de un doble corpóreo en el espacio exterior. Es un auténtico desdoblamiento físico, y a veces también puede ser un desdoblamiento psíquico, cuando el doble corpóreo tiene actividad psíquica y actúa con total libertad e independencia.
Éxtasis
El individuo sano tiene capacidad para distinguir perfectamente los límites físicos entre el “yo” y el “no yo”. Cuando esto no es así se producen gran cantidad de experiencias sobrenaturales de las que destaca el éxtasis que es un ensanchamiento del yo que llega a fusionarse con la naturaleza, el mundo, dios y lo absoluto.
La apertura del yo
Donde se tiene la sensación de percibir el pensamiento de otras personas. El sujeto está convencido de conocer el pensamiento de otras personas, y de poder influir directamente sobre ellos sin necesidad de que ellos estén presentes.
Transitivismo
El sujeto piensan que otros experimentan o hacen aquello que en realidad sienten o realizan ellos mismos.
Apersonificación
Ciertos sujetos creen vivenciar ellos mismos lo que ven u oyen en otras personas. Por ejemplo el sujeto ve poner una inyección a un tercero, y se queja de ser pinchado él mismo.
Delirios
Consideramos a los delirios como una alteración cualitativa del pensamiento, de carácter patológico e inaccesible a la argumentación lógica.
Delirio de posesión o de embarazo
Se basa en la certeza de estar poseído por otro cuerpo. Aparece en esquizofrenicos, histericos y a veces puede tener un substrato cultural (Vudú). Si es tribuido a un ser demoniaco se denomina demonomanía.
Percepción delirante
Es la atribución de un significado absurdo a un objeto. Por ejemplo un sujeto afirma que ver un perro significa que el fin del mundo es inminente, o un cochecito de niño significa que lo van a matar. No existe ningun proceso de elaboración del significado del objeto percibido, lo que daría lugar a una interpretación, sino que la vinculación objeto-significado absurdo se da en el instante mismo de la percepción.
Ocurrencia delirante
Se trata de una certeza súbita de caracter delirante, sin que medie percepción alguna.
Por ejemplo, el sujeto cree de repente que sabe que va a ocurrir una desgracia.
Interpretación delirante
Consiste en la valoración delirante de hechos, ideas, actuaciones u otros fenómenos psíquicos correctos. El sujeto establece conexiones entre varios acontecimientos independientes y le da una interpretación falsa.
Recuerdos delirantes
Es dar un significado nuevo a un recuerdo, de forma que el sujeto interpreta el pasado con una configuración delirante.
Fuente original de este artículo:
Ordiales, R. (2004). Psicología de los fenómenos paranormales. Homo Webensis. http://www.homowebensis.com
12 Memory-Enhancing Hacks That Work Like Magic (P)
Hace 7 horas
13 comentarios:
Sé que hay infinidad de blogs y páginas hispanos dedicados a combatir lo paranormal o sobrenatural, a diseccionar fenómenos que se analizan como aberraciones del intelecto y a clasificarlos a modo de embustes velados o patentes. Ahora bien, confiando en su buen hacer podríamos incurrir en un autoengaño no menos grave, que es la falacia cartesiana de considerar inexistente todo lo que no es analizable por mí aquí y ahora. Quien así actúa no sólo contraria a la fe, sino al avance del conocimiento objetivo. De manera semejante, erraba por negligencia el astrónomo ptolemaico al despreciar todas las observaciones que contradecían su sistema; y desbarraba con cierto dolo intelectual al torturar y desfigurar a éste para hacerlo acorde con la realidad.
Hablaré a propósito de la demonología y de los casos de exorcismo, presentes en algunos medios de comunicación y piedra de escándalo para los escépticos más sectarios, que lo son sólo de nombre. Porque, antes de enfrentar este tipo de supuestos, lo primero que debe preguntarse uno es si cree o no en los demonios. Si no cree en ellos, es racionalmente imposible que encaje en una cadena de fácticos una interpretación que los presuponga: la excluirá por sistema. Sin embargo, nadie puede demostrar que los demonios no existan, tal y como están definidos, a saber, como agentes psíquicos sin cuerpo craso. Luego la actitud pretendidamente escéptica no está bien fundamentada si no abandona o justifica el apriorismo.
Mi punto de vista, resumido en pocas palabras, es que, a partir de determinada cantidad de indicios ciertos, es más antieconómica y, por ende, más milagrosa la explicación ordinaria que la extraordinaria. Dejando al margen la Biblia (Mc. 16:17) y mi condición de creyente, aplicaría sin dudarlo la Navaja de Ockham en favor de los soi-disants escépticos si no hubiera posesiones, o si éstas pudieran explicarse mejor desde el aparato conceptual psiquiátrico. Pero el problema es que las hay y se explican de forma insatisfactoria.
Es preciso aclarar que una posesión no es un fenómeno religioso, esto es, cultural en sentido propio. Es -salvo que se presuponga fraude- un estado de consciencia alterado y destructivo. Lo religioso, en cambio, entra en la esfera de lo consciente no patológico; de lo moral y lo inmoral, si se quiere, aunque las inmoralidades recurrentes puedan presentar rasgos enfermizos. Lo dicho también vale para el caso límite. Los accesos místicos son potenciaciones momentáneas del intelecto, experimentadas con emoción dentro del orden; no espasmos de una psique amputada y fuera de madre.
Así pues, las facultades mentales y la experiencia religiosa pueden estudiarse sin solapamiento en sus respectivas disciplinas. Mas las posesiones, si son auténticas, no caen en el ámbito de investigación de ninguna de ellas. La cuestión, entonces, es: ¿se trata de ataques histéricos, de una sobreactuación histriónica? ¿O más bien de un endemoniamiento que obliga a presuponer la existencia de un agente psíquico extraño?
Creo que el modo más fácil de averiguarlo es interrogando a esa persona. Existen respuestas que un histérico no puede dar, o no es coherente que dé. Si bien uno puede pararse y decir: "El poder de la mente nos es desconocido. Es posible para un ser humano trastornado el conocer el comportamiento típico de un demonio según la demonología y reproducirlo fielmente durante períodos muy dilatados en el tiempo; y es posible también que se deje sugestionar sólo ante símbolos religiosos, mostrando una mezcla de fobia y apaciguamiento alternativos, propios de personalidades desdobladas". Pero a mí este proceder típico, por lo demás asintomático e intratable desde la ortodoxia médica, me parece más increíble desde una perspectiva estrictamente psiquiátrica que el hecho mismo del endemoniamiento. Es abusivo presuponer tanto poder en la mente, expresado en acto sin más a través de estímulos vulgares. Y es absurdo hablar de conspiración a esta escala.
Por este motivo, entre otros, creo en los demonios; igual que creo en los ángeles; igual que creo en los milagros; igual que creo en Dios. No atento contra la lógica en ninguno de estos puntos y, dentro de los datos que se me aportan, empleo la Navaja.
Es justo lo que hacen los exorcistas cuando rechazan casos que, bajo la apariencia de endemoniamientos, son meros trastornos explicables por vía psicoanalítica o desde cualquier otra forma de prospección neurológica. No actúan como el curandero que entra allí donde debería estar el médico, proponiendo remedios en su lugar, sino que van al caso perdido, al que excede a la metodología. No ya a la técnica, como curar un cáncer, algo que será posible en el futuro, sino -insisto- a la metodología, es decir, a los presupuestos mismos de aplicabilidad de una rama del saber.
La paradoja que señalo en mi escrito es que los "escépticos" presuponéis un gran poder en la mente de aquellos que en apariencia sufren una alteración psíquica. Yo le concedo menos poder a esa mente y contemplo la plausibilidad de postular otra distinta, de naturaleza demoníaca.
Te pondré un ejemplo. Si un niño de seis años y -según se cree- sin más educación que la normal para su edad, al que yo interrogase convenientemente, fuera capaz de explicarme la teoría de la relatividad y mecánica cuántica avanzada, yo tendría dos opciones para juzgar su actitud: a) es un genio incomparable, mil veces mayor que cualquiera del que se tenga noticia o b) alguien le ha "soplado" la lección para que la recite de memoria. A medida que avanzara en mi interrogatorio contaría con más motivos para inclinarme por la opción "a" o por la "b", dependiendo de la agilidad y coherencia que mostrara en sus respuestas.
Volvamos a los endemoniados. Si una presunta "posesa" de escasa edad y con síntomas lo bastante graves y seguidos como para desestimar la hipótesis del fraude, responde de forma solvente, en pleno desorden psíquico, a preguntas que es prácticamente imposible que sepa un lego en demonología, puedo pensar que: a) efectivamente está posesa, o b) su mente tiene una capacidad de deducción sobrehumana, angélica.
Perdonad que os diga, pero a mí lo segundo me parece más milagroso. Y es lo que vosotros, "escépticos", creéis; porque tampoco podéis demostrarlo.
[Irihc]
Sin embargo, nadie puede demostrar que los demonios no existan, tal y como están definidos, a saber, como agentes psíquicos sin cuerpo craso...
[Gilgamesh]
Hasta aquí te he leído. Efectivamente, nadie puede demostrarlo. Por lo tanto no es una cuestión científica. Por lo tanto no es objeto de estudio de la ciencia. Por lo tanto no lo vamos a discutir aquí. Buenas noches :-)
Esto es nuevo: como es indemostrable que algo no existe, debe existir. ¿Dónde me he perdido? Yo que creía que debía mostrarse la existencia de algo para que su existencia fuera aceptada. Este tipo saber darle vueltas de tuerca a todo. Al menos, hay que felicitarle por no haber hecho gala de ninguna de las numerosas tendencias (xenófobas, anti-gay, y machistas) de las cuales hizo gala en nuestro antiguo foro de discusión). No podemos demostrar que no las haya reprimido, por lo que necesariamente debe de haberlas reprimido.
Hola!
No sé si estoy respondiendo bien, quiero decir, si esto saldrá correctamente y se podrá leer y todo eso. Soy Oscar Iborra, que he vuelto a darme una vuelta por psicoteca.
El artículo de Ordiales es sin duda un excelente compendio de explicaciones psicológicas para explicar fenómenos que en muchas ocasiones son considerados paranormales. Lo que me gustaría saber es cuál la evidencia empírica que apoya esa clasificación. No conozco todos los estudios que apoyan inequívocamente que esas explicaciones son así, y no hay más duda.
Que no se me malinterprete, que no estoy metiendo cizaña. Conocer cómo el cerebro produce todas esas experiencias es algo fascinante (personalmente me interesa mucho la neurobiología de la experiencia mística).
Lo que ocurre es que como el artículo está publicado originalmente en homowebensis, una página de la red de ARP, pues no es de extrañar que sólo haya palabras y palabras y pocas referencias a datos, artículos, páginas de investigadores, etc. Para quienes no conocen a la gente de ARP, puede cometer el error de confundirlos con científicos, y nada más lejos de la realidad.
¿No hay foro que no saturéis los de ARP? ¿No descansáis? Por Dios, esos artículos eternos de vuestros blogs, bla bla bla...
En fin, que el tema es MUY INTERESANTE (recalco que no es ironía), pero hay que discutirlo con cierto nivel y, cuando se hable de estas cosas, no viene mal acompañarlo con un poquito de neurociencia, por ejemplo. Y que conste que lo del nivel no lo digo por mi, que soy un pringaillo!!!
Un abrazo
Oscar Iborra
Hola Oscar, muchas gracias por participar en Psicoteca, te animo a que vuelvas por aquí. Ahora sólo voy a hacer un par de comentarios con respecto a tu intervención.
Preguntas acerca de la “evidencia empírica que apoya esa clasificación”, refiriéndote a la lista de psicopatologías humanas que ha descrito en su artículo R. Ordiales. Bueno, no soy la persona más indicada para hablar del tema, puesto que siempre os recordaré mi ignorancia supina en cuanto a psicología clínica y psicopatología se refiere. Precisamente, mi mundo es el de los datos, lo empírico. Pero sí te puedo decir que los psicopatólogos (me refiero con esta palabreja tan macarrónica tanto a los psicólogos como a los neurólogos como a los psiquiatras entendidos en el tema) no hablan por hablar. Realizan ensayos, pruebas, experimentan con fármacos y, en fin, conocen el funcionamiento de muchas de las patologías aquí descritas. O sea, que no las pongo en duda, ellos saben más que yo.
Ahora bien, ¿hay pruebas para concluir inequívocamente que los fenómenos paranormales se deben a estas patologías? Difícilmente. Lo digo porque estamos mezclando dos mundos: el sobrenatural, inaccesible al método científico (y prácticamente invulnerable al argumento racional porque conlleva un discurso infalsable), y el científico propiamente dicho, que tiene sus limitaciones y sus restricciones. ¿Todos los “abducidos” del mundo podrían ser diagnosticados de una psicosis, por ejemplo? Lo dudo mucho. Pero es que, con todo mi respeto, dudo también de que ese fuera el objetivo de Ramón en su artículo. Creo, y espero no errar, que sólo pretendía ofrecer una explicación alternativa para ciertos fenómenos, una alternativa no sobrenatural y perfectamente racional. Si sacamos la navaja de Occam, amigos, ya sabemos por dónde cortar. Entre una hipótesis racional y sencilla y otra que requiere del concurso de fuerzas sobrenaturales y desconocidas, lo mejor es quedarse con la primera, al menos de momento (y subrayo ese “de momento”, recuerda que el conocimiento científico SIEMPRE es provisional).
En cuanto a lo de esa manía por la ARP, no sé qué es lo que habrán hecho estos señores. Por lo poco que conozco su trabajo, no me han dado ningún indicio de mala práctica. Si quieres referencias a datos, artículos, etc., seguro que alguien que domine del tema te podrá dar montones. Otra cosa es que tú los aceptes o no, y es que ahí está el problema la mayor parte de las veces. Me sorprende lo crédula que puede ser la gente con algunos temas (léase OVNIs, fantasmas, y otras estupideces en la onda “Iker Jiménez”) y lo escéptica que se muestra con otras (argumentos racionales y científicos, referencias, datos empíricos). Parece que la visión sobrenatural se acepta sin gran esfuerzo, sin necesidad de muchas pruebas, pero la del científico es “difícil de tragar”. Parece como si los científicos viviéramos únicamente para engañar al personal, y por eso todos están a la defensiva. No sé, chico. Personalmente, pienso que la postura ideal del científico está en el justo medio entre la cerrazón del escéptico absoluto (ése sería un dogmático, un religioso) y las tragaderas de ballena del crédulo. Deberías plantearte si cuando pides datos es porque de verdad los necesitas o vas a hacer uso de ellos, o simplemente porque esperas que no te respondan, en una excusa para no moverte de una posición pre-establecida (eso es un dogma).
Un saludo, Oscar, a mí también me parece muy interesante tu punto de vista y creo que puede surgir un debate bonito. ¡Vuelve por aquí!
Fernando.
Uqbar, si te refieres al contenido del artículo de Ramón, te diré que, efectivamente, son hipótesis. ¿Y qué? En ciencia es natural proponer hipótesis. Lo interesante es que estas hipótesis basadas en la psicopatología no requieren echar mano de lo sobrenatural, como sí lo hacen las hipótesis basadas en lo paranormal. Por lo tanto, son preferibles desde el punto de vista de la parsimonia, hasta que vayamos reuniendo más información y se encuentren casos críticos que las refuten.
No esperes encontrarte en ciencia con muchas hipótesis “probadas”. Todo conocimiento científico es provisional, y sólo las hipótesis (o más bien los conjuntos de hipótesis organizados en un “andamiaje”) con mucha aceptación (y eso conlleva mucha corroboración empírica) suelen acabar llamándose “teorías”.
Si con eso de “probadas” no te refieres a “demostradas”, sino más bien a “puestas a prueba”, te diré que sí que se han puesto a prueba: para eso están las investigaciones neurológicas, los experimentos... Sabemos que las personas con amnesia tienden a “fabular” para rellenar los huecos que tienen en su memoria, por ejemplo. Así explicamos que un amnésico crea haber sido abducido sin tener que recurrir a una hipótesis “sobrenatural”, poco parsimoniosa (pues conlleva la aceptación de un montón de otras subhipótesis poco probables). ¿Que si se ha investigado a ver si los abducidos declarados presentan algún síntoma amnésico o de otro tipo? Pues lo desconozco, como digo soy un ignorante en ese área, pero probablemente sí se hayan llevado a cabo estudios a ese respecto.
¿Que pueden ser hipótesis tan acertadas como las paranormales? Claro que sí, nadie niega esa posibilidad. Pero hablamos de probabilidades. Tenemos dos hipótesis explicativas de un mismo fenómeno: “hoy he llegado tarde al trabajo”. La primera es sencilla, y no requiere de la introducción de muchos elementos ni la violación de ninguna ley natural conocida: “...porque me he parado a comprar el periódico”. La segunda es mucho más compleja: “...porque venía levitando y entonces me crucé con un extraterrestre que me habló del fantasma que pintó las caras de Bélmez”. Y está claro cuál es la más probable. No digo que la otra sea imposible, claro.
Imagínate dos fenómenos cualquiera A y B. Me da igual el contenido de A y de B. El caso es que, a priori, sin tener más información, siempre será más lógico decir que es más probable que se vaya a dar A o B por separado que A y B juntos (esto lo investigaron Kahneman y Tversky, no recuerdo la cita pero la puedo buscar).
¿Ideas psicoanalíticas refutadas? Bueno, en primer lugar, me temo que pocas ideas psicoanalíticas han sido refutadas. Ése es precisamente el problema, que el psicoanálisis no es una ciencia, no tiene un contenido falsable, y por su propia naturaleza no puede ser refutado así como así. Podría dar mil pruebas en contra de la interpretación de un psicoanalista, y él siempre podría contra-argumentar, huyendo hacia lo infalsable.
Por otro lado, tienes razón en algo. Advierto en los estudiosos de la psicopatología en general (no me refiero a Ramón en concreto) cierta querencia por las interpretaciones psicoanalíticas, lo cual no me gusta un pelo. En fin.
El problema es que las explicaciones que proporciona la ciencia no ofrecen garantías, son provisionales, son humildes, son contrastables y, por tanto, falsables. Ése es el problema, porque las explicaciones científicas raramente "ponen" al ciudadano de a pie. Lo que realmente gusta es todo aquello que se salga de lo normal... y la ciencia trata de decirnos que los resortes de nuestro mundo son a veces "asquerosamente" sencillos. En ciencia, lo paranormal no cabe, porque la ciencia estudia lo normal. Lo paranormal es el bebedero de patos de aquellos que, o bien han decidido racionalmente que la ciencia se queda corta en su búsqueda de la verdad, o bien no tienen aptitudes (analíticas, hipotéticas, creativas...) suficientes para llevar a cabo un trabajo científico de calidad.
Corolario: prefiero ser un simple, si eso me mantiene agarrado a la realidad.
Puede ser que las sugerencias paranormales sean ciertas. Pero si en el futuro el destino de la humanidad es conocer la existencia de demonios, no creo que sea yo quién lo investigue. Que lo hagan aquellos que crean en ellos.
Opiniones sobre el tema, cada cual que haga la que quiera. Esto es un país libre.
Puede que algunas de las explicaciones que dan los científicos de los fenómenos paranormales se queden un poco cojas. Y las demoniacas tb. No he profundizado en ninguno de los dos temas.
La realidad puede no ser ninguna de las dos. Es probable que falten datos para inclinarse por cualquiera de ellas.
Sin embargo me inclino más a creer las de índole científico, porque el método de trabajo que utilizan ofrece ciertas ventajas para acercarse a la verdad. Sin embargo no debemos olvidar que los cientificos no son objetivos totalmente al investigar.
De todas formas todas las explicaciones de índole paranormal me despiertan cierta desconfianza, porque las personas que se dedican a estudiar estos fenómenos, la mayoría parece que desean con todo el alma que sea verdad lo que defienden. Eso me hace dudar de la objetividad de los datos de tales fuentes.
Habría que añadir, que personas por interés podrían ser capaces de manipular la realidad haciendo que parezca lo que realmente no es.
Recuerdo una discusión que tuve con un psiquiatra. Él decía que había personas que podían llegar a tener una gran memoria (lo presentaba como un proceso de memoria). Decía que había personas que eran capaces de memorizar de tal modo que les decías un día del año y te respondían en qué caía. Incluso de los últimos años. Dijo también que estas personas solían montar espectáculos para que la gente los viera.
Yo le argumenté que muchas de estas personas que se dedicaban a hacer esto en espectáculos eran ilusionistas. Que puede que hubiese gente que lo haría realmente, pero que otros no.
Se mostró excéptico ante este hecho.
Existe sin embargo un género de la magia que se llama "mentalismo". Es lo que hace el señor Blake por televisión, para que nos entendamos. Pues bien, en uno de los libros clásicos de este género aparece cómo simular este fenómeno de habilidad mnésica.
Combiene recordar que hay personas que son capaces de hacer ver que vuelan y otras que podrían hacernos creer sin despeinarse que estamos siendo visitados por seres de otro planeta.
Ante tales hechos, no se nos puede pedir credulidad ante cualquier historia de forma gratuíta. Prefiero afiliarme al método científico, siendo consciente de sus limitaciones.
impresionante la bitácora, y la conversación. Aqui nuestro granito de arena, a propósito de un experimento sobre los deja vú
http://www.mobuzz.com/shows/3030.html
Saludos!
Me resulta interesantísimo tu blog, soy estudiante de psicopedagogía y pienso seguir psicología, por tanto todo lo que hallé me ayuda muchísimo en mis estudios. Te agradezco muchísimo y si es posible de enviarme información a mi correo electrónico leonarosana@hotmail.com me será de mucha ayuda. Un abrazo muy fuerte.
Graciela Rosana.
Buenas noches a todos, hace una hora un hijo mío tocó a la puerta de mi cuarto, al abrir estaba él y mi novia a un lado de él. La cosa es que me informó mi hijo de que mañana va a tener su examen de karate y punto.
Ya cuando quise llamar a mi novia (soy divorciado) por su nombre, pues no estaba, enseguida le hablé por teléfono a su casa y allá estaba ella. Nadamás quería contarlo, pues entré a GOOGLE para ver si me entero cómo se le llama a eso.
Ojalá y esto que me acaba de pasar no sea nada premonitorio de que algo malo le pueda suceder, pues hace cinco días ella tuvo una fuerte opresión en el pecho y casi se cae mientras estaba en su trabajo, además de que no podía respirar, eso le duró como 30 minutos; ella ya se fue a checar al médico y ya están sacándole estudios. Su estado de salud ahorita es bueno. Gracias por leerme, ojalá alguien me pueda decir si me VOY A VOLVER LOCO, jeje, o de qué se trata esto que me pasó.
No creo, ni creeré en las supuestas evidencias paranormales, no soy científica ni psicologa ni pretendo serlo, lo poco que he leido ha sido mi único respaldo para opinar, quizás cambie mi opinión en algún momento pero lo dudo. He notado que gente que sufre aquello de lo paranormal han sido personas que han llegado a pasar algún trauma, una baja de estima, o depresión, algunos en su empeñamiento de sentirse especiales comienzas a ver cosas que desean ver, aunque bien no lo admiten y otros si, por que de alguna manera se están enfrentando a sus demonios internos. Eso creo yo, lo he visto por gente que conozco y de repente les surge esas cosas por la necesidad de algo, cosa que no podría explicar pues en si aunque he intentado ayudarles con compañía y tratarles de subir el estima parecen obsesionados con el asunto. Una chica que conozco recién de internet es sordomuda y dice ver cosas raras pero también muestra una obsesión por ello y siempre se menosprecia y tiene un gran resentimiento al mundo.
Creo que todo tiene que estar en la mente. Y si existe algo por ahí como dicen algunos hasta no ver no creer.
jaaj este sitio tiene años no me habia dado cuenta XD
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