Gilgamesh y el resto de la expedición de voluntariosos psicólogos experimentales ya volvieron del congreso de la SEPEX de esta semana, en Santiago de Compostela, y olé. Ahora llega el momento de contaros un poco cómo ha ido a todos los que no habéis estado allí. Que para eso me leéis, digo yo.
Lo primero de todo: la ciudad, preciosa. Yo no había visitado nunca Compostela, y lo cierto es que por muy bilbaíno que me ponga sigo cayéndome de rodillas cada vez que recuerdo esa dichosa plaza del Obradoiro, la más hermosa que he pisado en mi vida.
En cuanto al contenido del congreso en sí, tal vez lo mejor de todo han sido las conferencias a cargo de Axel Cleeremans, Allan Leslie y Manuel De Vega. O al menos es lo que más he disfrutado. Y especialmente interesante me pareció la charla sobre la teoría de la mente impartida por Leslie, pues se mostró como un auténtico actor de teatro capaz de acaparar la atención del público de toda una sala. Yo al menos no le quitaba ojo, con la boca abierta, oigan. Y además el tema era para darle bien al coco al acabar. Yo ya he concertado una cita con Wikipedia, aunque sólo sea para empezar mi búsqueda de más información.
Por otro lado, además de asistir a la sesión de comunicaciones de aprendizaje asociativo (poco concurrida, por otra parte), aproveché para colarme en las sesiones de otras áreas que me pillaban más lejanas, como el bilingüismo, por ejemplo. Aunque en algún momento acabé perdiéndome (lo cual es normal cuando un lego en la materia intenta meterse en temas tan específicos), creo que llegué a aprovechar aquellos ratos más de lo que imaginaba.
Y por supuesto, como en todo congreso también valoro la oportunidad de conocer gente nueva y, esta vez, de áreas un tanto diferentes a la mía, con lo que la conversación interesante estaba garantizada, o al menos yo puse la parabólica a trabajar un par de veces y hasta me traje anotadas las sugerencias para estudiarlas. Pues "chachi piruli", caballeros y damas.
La siguiente cita es en Málaga, muy pronto. Ya tengo ganas.
Por cierto... ¡Qué duro es eso de estar esperando de pie mientras los demás se ponen las botas con el "catering"! (Es broma).
11 comentarios:
Buenas tardes,
Hace tiempo lei a uno de sus colaboradores, quizá de aquellos sicologos que comentan aquí mismo, que actualmente se sabe que no se desaprende, sino que se reaprende. Sin embargo Mario Bunge en su "Ser, saber y hacer" (edición 2002)dice que "aprender es, en términos neuronales, reforzar las conexiones entre las neuronas que constituyen sistemas neuronales en la corteza cerebral. Y desaprender, u olvidar, consiste en el debilitamiento de dichas conexiones, por ejemplo, por desuso. Esta tesis del uso y desuso fue formulada hace más de un siglo por Tanzi y Lugaro, recogida por Ramón y Cajal, redescubierta y refinada por Donald Hebb, y confirmada experimentalmente en el curso del último medio siglo".
Me agradaria en sobre manera que alguien se tomara la molestia de aclarar esto.
Saludos.
Hola Anónimo.
Te daré la explicación que comunmente se suele usar. Durante el entrenamiento de adquisición el animal aprende una determinada información, como la relación entre dos estímulos, y eso implica una asociación excitatoria a nivel neuronal. O sea, una asociación que produce respuestas. Durante un entrenamiento de extinción (es decir, cuando uno se expone a una información que contradice lo aprendido anteriormente, dicho así en sencillo) lo que sucede es que se va creando una asociación inhibitoria que contrarresta esa asociación excitatoria anterior. Llega un momento en que deja de emitirse respuesta (la asociación inhibitoria ha "vencido" a la excitatoria), y decimos que la conducta se ha extinguido. Pero eso no quiere decir que la información se haya borrado "de la cabeza": fenómenos como la recuperación espontánea lo demuestran. Es posible que, más que desaparecer la asociación entre entidades neuronales, lo que suceda es que se vea contrarrestada por asociaciones inhibitorias de signo opuesto.
Más o menos creo que me he explicado, pero si no lo has entendido pregúntame, que a veces parezco un libro cerrado.
Un saludo y gracias por pasar por Psicoteca.
Hola nuevamente, Gilgamesh,
Antes de continuar comento que desde hace meses suelo pasearme por estos lares para informarme.
Volviendo y siguiendo con lo referente a la asociación inhibitoria; ¿entonces el desuso no produce olvido? Puesto que, lo menos en la práctica, hay actividades o saberes que se olvidan casi totalmente.
Hola Anónimo:
A ver, parece haber una distinción clara entre la extinción (que es lo que yo te he explicado y que probablemente está asentada sobre asociaciones inhibitorias) y el olvido (que podría funcionar con otros mecanismos). La diferencia más evidente es que mientras el olvido sucede por el mero paso del tiempo (lo cual no quiere decir que sea un proceso pasivo, hay experimentos que muestran que los estímulos pueden afectar y dirigir el olvido), la extinción requiere de un nuevo entrenamiento que entra en contradicción con lo anteriormente aprendido (en el caso del condicionamiento pavloviano, la adquisición es la presentación de ensayos EC-EI y la extinción sólo muestra ensayos EC, sin EI).
¿Que cuál es el mecanismo del olvido? Pues aquí me salgo de mi terreno de conocimiento, así que no aseguro que mi saber esté actualizado, pero normalmente se utiliza la metáfora de la “huella”. La experiencia se registra en forma de “huellas” más o menos profundas que se van debilitando, y que son más difíciles de recuperar en el futuro cuanto más tiempo pasa desde su creación y cuanto más débiles fueron en el momento de su creación. Muy lógico, ¿no? Aun así hay hipótesis del olvido que lo conceptualizan como un fallo de recuperación más que un “borrado del disco duro”. De todas maneras te recuerdo otra vez que no soy ningún experto en el tema.
Sí te puedo recomendar el manual que utilizamos nosotros en nuestra universidad: Domjan, M. (2004). Principios de aprendizaje y conducta. Madrid: Thompson.
Si lo consigues en la biblioteca, tiene un capitulillo muy corto dedicado a la memoria y otro a la extinción. También hay otros libros muy accesibles sobre el tema de la memoria. Durante mi licenciatura usábamos el de Baddeley, A. (1998). Memoria humana: Teoría y práctica (no recuerdo ni la editorial). Por supuesto, si sabes buscar Internet está lleno de información, e incluso si pasas por aquí en otro momento puede que alguien, con más conocimiento que yo, haya dejado algún comentario más.
Un saludo, y gracias por venir ;-)
Es cierto, las sesiones de aprendizaje fueron poco concurridas, y además estábamos los mismos que suelen trabajar específicamente en estos temas.
Aun así ya digo que yo aproveché para explorar algunos temas desconocidos para mí, que me encantaron.
El tema del olvido es muy interesante. Creo que hoy día no se ha podido mostrar que el olvido, entendido como borrado de la información, exista. Parece ser que cuando "olvidamos" una información, lo que está pasando es que no la "encontramos": un problema de recuperación.
Bueno, y con respecto a la SEPEX...hay que ir a la SEPEX! Estimados colegas que nos vemos en otros foros y congresos, ¡hay que ir a la SEPEX! ¡está muy bien!. Las sesiones de aprendizaje fueron muy pocas y los asistentes fueron también muy pocos, esto no puede ser!
Hola nuevamente,
Siguiendo a Dluque, ¿eso quiere decir que el cerebro tiene capacidad para mantener guardada información de toda la vida?
Usuario anónimo,no se si hay algún autor que defienda que el cerebro tiene una capacidad ilimitada de memoria. La cuestión interesante es que una gran cantidad de información que creíamos olvidada puede ser recuperada si se utilizan las adecuadas claves de recuperación. Así, es difícil discernir entre cuando olvidamos algo "realmente" o cuando carecemos de las claves de recuperación adecuadas.
:o ¡Por la Sagrada Familia! ¡Maravilloso!
¿Alguien de ustedes, conocedores, podria ahondar en este maravilloso tema aquí mismo o redactar un post o algo, algo? :o
Me nace otra pregunta súbica a partir de tu penultima declaración, ¿qué o quien es lo que no encuentra la información? Es decir, ¿quien o qué la busca?
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