Un día me dio por asistir a un breve curso de grafología que era gratis (sino no hubiera ido), para curiosear qué contaban a la gente allí. Por supuesto no tenía ninguna intención ni de identificarme como profesional de la psicología, ni de montar ningún jaleo. Simplemente me pareció interesante curiosear. Es una pena que hayan pasado unos cuantos años, ya que no puedo recordar exactamente todos los detalles, pero lo cierto es que aquel cursillo no tenía desperdicio.
Lo que supuestamente allí se enseñaba era “grafopsicología”, y la persona que impartía el curso se hacía llamar a sí mismo como “grafopsicólogo”. Eso sí, cuando le pregunté con tono inocente a ver si era psicólogo, me respondió que no, que él era autodidacta. Cualquiera hubiera pensado con ese nombre, que se trataba de un profesional de la psicología, pero nada más lejos de la realidad.
De forma muy inocente, seguí haciendo preguntas, más que nada para enterarme un poco de sus opiniones. “¿Sirve esto de la grafopsicología para hacer selección de personal?”. Según esta persona no solamente era útil para este fin esta técnica, sino que había participado en diferentes procesos de selección utilizándola.
“¿Y qué opina usted sobre la astrología? He sabido que se emplea en procesos de selección también. ¿La astrología sirve para hacer selección de personal?”
La respuesta que me dio fue algo así: “Bueno, si es un astrólogo serio yo creo que sí que puede servir para hacer selección de personal”.
Seguí haciendo algunas preguntas más, y lo cierto es que no tenían desperdicio las respuestas. Lo peor de todo es que con eso de que era supuestamente “grafopsicólogo” (título que se concedía esa persona a sí misma) allí todo el mundo se creía todas las cosas que iba contando como si fueran 2+2=4. Y es que me dio por preguntar a la gente a ver qué les parecía todo aquello, y todos o casi todos los asistentes estaban de acuerdo con que la escritura era una magnífica forma de conocer la forma de ser de los demás. Este curso se pagó con dinero público, o al menos su organización dependía de instituciones públicas. De ahí su carácter gratuito. Y junto con este curso se podían encontrar otros como “lectura del tarot”. Por supuesto también pagados con dinero de todos.
Hace poco hablando con un grupo de amigos, salió este tema de la grafología, y lo cierto es que hay mucha gente que cree que esta técnica realmente funciona. Sobre todo cuando hay psicólogos titulados que no tienen problema en decir abiertamente que funciona estupendamente sin ningún tipo de pudor…
Pero realmente la grafología no funciona. Es un método pseudocientífico que no se sustenta en la evidencia empírica. Hay algunas cuestiones que parece que podrían determinarse mediante la escritura de una persona, como el sexo o el nivel socioeconómico de quien escribe. Pero poco más. La pretensión de intentar conocer la personalidad de los demás mediante su escritura es una fantasía que carece de fundamento. Cuando lo comento por ahí la gente se sorprende bastante, y aunque se lo digas yo creo que muchos no les convence. Les parece tan raro que algo tan difundido y aparentemente tan útil sea realmente humo, que no es fácil creerlo. Y si conocen a su amigo que es psicólog@ también y les ha dicho que funciona a las mil maravillas…pues al final se queda aparentemente en una diferencia de opinión entre dos profesionales y parece casi evidente que el que se equivoca soy yo. ¿Cómo no va a funcionar con todo lo que se usa?
A día de hoy no es una técnica validada que sirva para evaluar la personalidad de las personas, y por lo tanto no debiera usarse ni para selección de personal, ni para ningún otro fin.
Es más, se han hecho numerosos estudios que no encuentran relación entre la personalidad de los evaluados y las conclusiones a las que llegan los grafólogos. Y tampoco se han encontrado relaciones entre el rendimiento laboral y los resultados de los análisis grafológicos. La conclusión que deben sacar de todo lo que estoy comentando aquí: no debiera usarse la grafología para nada.