DE FECHNER A LOS POLITONOS

En la entrada de hoy, Héctor vuelve a la carga con otro articulillo, esta vez sobre percepción auditiva.

DE FECHNER A LOS POLITONOS

En un post anterior sobre historia de la psicología, contamos cómo algunos científicos se dedicaron a investigar los fenómenos físicos en relación con la experiencia interna de las personas. Entre otros podemos encontrar a Fechner y Weber. Pues bien, lo que vamos a contar en este post es una evolución de aquellas investigaciones pioneras.

Existen unos silbatos especiales para perros, que muchos habréis conocido o incluso utilizado alguna vez. Dichos silbatos emiten un sonido con una alta frecuencia, de este modo los perros pueden oírlo y los seres humanos no. Los perros son capaces de oír en una frecuencia mucho más amplia que los humanos. Estos sonidos agudos son aversivos para los perros, de tal modo que los silbatos se pueden utilizar como herramienta para dispensar castigos en un procedimiento de adiestramiento.
En esta página tenemos alguna explicación sobre las ondas sonoras y sus frecuencias...

Bueno, por otro lado, parece ser que cuando uno envejece los sonidos de frecuencias más altas dejan de ser audibles. Es decir, que cuando somos jóvenes el oído humano tiene un rango determinado de frecuencia de audición, pero al hacernos mayores ese rango se acorta “por arriba” impidiendo que podamos oír las frecuencias altas, que cuando éramos jóvenes sí que oíamos.

¿A dónde quiero ir a parar? Basándose en esta circunstancia, Howard Stapleton creó un artefacto que sirve para emitir sonidos con una frecuencia de 17Khz. Esta frecuencia es inaudible por la mayoría de las personas de más de treinta años, debido a esta pérdida de amplitud de frecuencias audibles que acontece con la edad, pero a los jóvenes puede resultarles incluso molesto. Como se puede uno imaginar, el sonido de tan alta frecuencia, al ser tan agudo, es muy aversivo.
Este artefacto se creó en Gran Bretaña con la finalidad de utilizarlo, entre otras cosas, para “ahuyentar” a los adolescentes que se acercan a los centros comerciales en horario escolar (o sea, es un remedio para los “novilleros”). Además también se le pensaron aplicaciones un poco más “bienintencionadas”, como la señalización de lugares peligrosos, como las obras. Es en definitiva una propuesta para modificar el comportamiento juvenil a través de un estímulo aversivo que no pueden llegar a discriminar los adultos mayores.

Algunos links sobre el sonido anti-jóvenes aquí, aquí y aquí.

Sin embargo a este descubrimiento técnico se le puede dar otro uso muy diferente del que se había pensado inicialmente… Y es que a ingenio, no nos gana nadie. Siguiendo las modas actuales, el sonido en cuestión ha sido incorporado como tono para el teléfono móvil. Así los adolescentes pueden tener su teléfono encendido y recibir mensajes durante las clases en el colegio sin que sus profesores se enteren, ya que no pueden oírlo. Podemos encontrar una página comercial sobre el tema aquí.

Por último, si uno quiere saber si se está haciendo viejo puede ver si “pasa la prueba” de este sonido. En los siguientes enlaces aparecen diferentes gamas del sonido, desde 15 Khz a casi 18 Khz. Empezad por la frecuencia más baja, y a ver dónde os perdéis…

Sonido a 15102 Hz
Sonido a 16000 Hz
Sonido a 16961 Hz
Sonido a 17959 Hz.

PD: No te quejarás de enlaces esta vez, ¿eh Fernando? ;P
Artículo de Héctor Mediavilla

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo el último a veces no lo oígo...

Fernando Blanco dijo...

¡Yo los oigo todos! :-)

Anónimo dijo...

Estás hecho un fiera Gilgamesh, jeje ;)
Vaya nuevo look que te nos has echado...