“Era verano, y estábamos todos disfrutando de unas buenas vacaciones en un campamento en el norte de España. Uno de esos donde los adolescentes pasan el verano. Sí, uno de esos donde se organizan actividades y uno se lo pasa pirata.
El edificio donde residimos durante aquellos 15 días era un viejo caserón. Se parecía bastante a los que salen en las películas de terror. Dada esta circunstancia, a los monitores se les ocurrió organizar un pasaje del terror. Una buena idea, ¿no?
Se organizó un grupo, escogiendo unos chicos al azar, y esos serían los actores del caserón encantado. A los demás nos tocaba la difícil y agotadora tarea de disfrutarlo.
Una vez pasadas unas semanas, ya con todo preparado, llegó la noche de la gran velada. Nos organizaron en grupos pequeños y comenzó la vuelta por todo el caserón.
El caso, es que nada más empezar la atracción, te hacían esperar unos 5 minutos en la más absoluta oscuridad en un cuarto hecho de piedra que era un poco tétrico.
A uno, mientras estábamos allí a oscuras, no se le ocurrió otra cosa que gritar con todas sus fuerzas tras pasar medio minuto. Gritar como si estuviera muy asustado. ¿Os imagináis? Empezaron todos a gritar (sobre todo se oían voces de chicas), y de los cinco minutos que estuvimos allí se pasaron unos 3 minutos gritando :)
El caso es que lo que fue un grito para asustar a la gente de nuestro alrededor, resultó ser un grito que duró 3 minutos…”
Y ¿a qué viene este cuento? Pues viene muy bien para hablar sobre las masas. ¿Qué son las masas? Son agrupaciones de personas con gran número de individuos. Y es que las personas en masa nos comportamos de forma ligeramente diferente. ¿Cómo de diferente? Cuando formamos parte de un “gran grupo” las cosas cambian ligeramente para muchos. Y es que el comportamiento de una masa es en cierta medida arriesgado. La masa pierde el miedo a las consecuencias negativas de sus acciones en gran parte, lo cual es algo muy peligroso. Los individuos están dentro de un “gran grupo”, así que en cierto sentido se encuentran en el anonimato. A esto le añadimos una cierta impulsividad que aparece favorecida en los integrantes de una masa y tenemos una mezcla explosiva. También se da un cierto contagio emocional en los integrantes de la muchedumbre. Por eso es importante no asustar a una masa. No sé donde fue, pero a alguien se le ocurrió gastar una broma pesada gritando en alto la palabra “bomba” en un lugar lleno de gente. La gente empezó a asustarse y hubo quien murió por la broma. ¿Os imagináis lo que tiene que ser eso? Todo el mundo corriendo para salvar su vida…¿O pensáis que alguien se va a acercar a ver si la amenaza es cierta?
En las masas, suelen verse también comportamientos de imitación. El comportamiento de los demás en la masa es imitado, y es además una fuente de información importante.
Aquí podemos ver un vídeo interesante sobre el tema.
Y por cierto, acordándome de este post que escribió Fernando, sobre un tema también de psicología social, he encontrado este vídeo sobre una experiencia en la calle que puede ser interesante para ilustrar lo dicho por él. Este es el vídeo. Afortunadamente no tardan mucho en ayudar a la chica. Aunque también podemos ver quienes pasan de largo…
Bueno, esto es todo para este post. Lo dicho aquí lo podréis observar en alguna ocasión seguramente en el futuro. Al contrario que en otros post, en este por razones evidentes NO PROBÉIS, sólo OBSERVAR cuando ocurra de forma espontánea.
Saludos
2 comentarios:
ESTA PADRE LA HISTORIA ME EMOCIONE UNPOCO LA HUBIERAN TERMINADO Y UBIERA ESTADO SUPER PADRE.
SI TERMINENLA Y DESPUES LES DARE UN COMENTARIO MEJOR. O K
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