Hace tiempo que el estudio de la conducta sexual humana suscitó en mí la curiosidad de saber si ésta, así como otros comportamientos, estarán en parte influidos por la existencia de ciertas sustancias llamadas feromonas. No existe demasiada investigación sobre el tema en animales humanos, y buena parte de ella ha sido realizada por laboratorios que se dedican a comercializar estas sustancias, lo cual explica la baja calidad de los estudios y los intentos clamorosamente intencionados por hallar evidencia confirmatoria. Una revisión completa sobre el tema la ofrece, por ejemplo, Hays (2003). A pesar de la escasa evidencia, sin duda la que hay puede ayudar a reflexionar acerca de más de un mito sobre estas famosas sustancias.
Una definición comúnmente aceptada de feromona sería “cualquier sustancia secretada por un individuo y recibida por otro de su misma especie, en el cual provoca una reacción específica tal como una conducta definida o una reacción fisiológica”, como por ejemplo cambios en el ciclo de estro o provocación de conducta de lordosis. Las más comunes entre primates serían segregadas a través de las glándulas sudoríparas. En humanos, las axilas contienen glándulas especiales de gran tamaño, que además muestran diferencias entre hombres y mujeres. El sudor secretado por estas glándulas sirve de nutriente para ciertos tipos de bacterias, que producen variedad de olores. Otras regiones que parecen tener cantidades importantes de estas glándulas son los pezones o las mejillas. En mujeres, se cree que las secreciones de los pezones pueden ser detectadas por los lactantes, como ocurre en otras especies de animales. La saliva también sería un buen lugar para la búsqueda de feromonas, pues muchas otras especies las poseen en ella; así como los fluidos vaginales, que contienen ciertas sustancias de efecto feromonal en otros animales.
En humanos, están bien documentados ciertos efectos conductuales de los olores, concretamente en la conducta de emparejamiento, y sobre todo en el caso de la mujer, que parece ser más sensible a gran variedad de olores y sustancias, especialmente en la etapa fértil del ciclo menstrual. Muchos autores consideran estos efectos como no feromonales porque no se ajustan a la definición: no provocan una “reacción específica”. Por ejemplo, el olor corporal puede proporcionar información sobre el sistema inmunitario del individuo, llevando a la elección preferente de compañeros con un patrón de histocompatibilidad diferente al propio. Esta conducta estaría favorecida por la presión selectiva: parejas con similares patrones de histocompatibilidad tienen mayores problemas reproductivos (nacimientos antes de término, abortos e infertilidad). Un caso clarificador es el de cierta secta endógama estadounidense, en la cual las coincidencias en las parejas son menores que las esperadas por emparejamientos al azar. Los experimentos indican que tanto hombres como mujeres muestran preferencia por olores axilares de individuos con patrones de histocompatibilidad diferentes al propio. Esto no indica necesariamente un efecto directo de ciertas sustancias sobre la conducta, pues dicha preferencia puede ser explicada por una comparación entre el olor propio y el ajeno. Diferentes patrones de histocompatibilidad, por varias razones, darían lugar a olores corporales distintos.
En general, se considera que las feromonas son recibidas por el órgano vomeronasal (OVN), que envía proyecciones al bulbo olfatorio accesorio. La inexistencia de este último en los humanos y la atrofia del OVN fueron considerados durante un tiempo evidencias de la no existencia de feromonas en humanos. Sin embargo, otras revisiones (por ejemplo Baxi, Dorries y Eisthen, 2006) indican que también el epitelio olfatorio puede funcionar como receptor de feromonas, y que éste y el OVN pueden diferir en el tipo de sustancias a las que responden (por ejemplo, dependiendo de la volatilidad de la sustancia), pudiendo ambas recibir tanto olores como sustancias feromonales.
Vemos, pues, que en principio no es descabellado pensar que puedan existir feromonas en los humanos. Principalmente, la investigación se ha centrado en 3 ámbitos: los hipotéticos efectos de las feromonas axilares, de las vaginales, y de la estimulación del OVN.
En humanos se han encontrado diversas sustancias potencialmente feromonales en el sudor axilar, y los efectos de algunas de ellas han sido puestos a prueba en diversas investigaciones. Algunos estudios han encontrado resultados positivos tales como el incremento de sentimientos de atracción hacia miembros del sexo opuesto, o el incremento de la conducta de sumisión en mujeres en período de ovulación. Sin embargo, la mayoría cometen graves fallos metodológicos, como la ausencia de grupo control y la no utilización de sustancias de olores similares o del enmascaramiento para descartar efectos directos del olor, como por ejemplo reacciones afectivas derivadas del aprendizaje. Los estudios que sí incorporaron dichos métodos de control no encontraron efectos significativos de posibles feromonas. A pesar de esto, muchas empresas no dudan en vender estas sustancias como potenciadores del atractivo sexual.
Una vía específica de investigación con este tipo de moléculas es la de la sincronización del ciclo menstrual en mujeres mediada por las feromonas axilares. Se parte de la hipótesis de que mujeres que conviven juntas acabarán sincronizando sus ciclos menstruales. Diversos estudios hallan evidencia de este fenómeno en múltiples contextos (residencias universitarias, parejas de lesbianas, miembros de la misma familia, etc.). El mismo fenómeno ha sido encontrado en otras múltiples especies. Sin embargo, muchos de los estudios en humanos han sido criticados por errores metodológicos, lo cual resta credibilidad a la evidencia. Otros estudios muestran que la longitud del ciclo menstrual de la mujer puede variar con la exposición a olores axilares de otras mujeres, y acelerarse con la interacción repetida con hombres. Sin embargo, en general puede considerarse que la evidencia es insuficiente para afirmar que existe un efecto claro.
En cuanto a las feromonas vaginales, llamadas copulinas, se sabe que tienen una poderosa influencia en la conducta de apareamiento de otros animales. Sin embargo, se carece completamente de evidencia de este hecho en humanos. Tales sustancias se encuentran en mujeres, pero probablemente tengan otro tipo de funciones. Además, el hecho de que la ovulación en la mujer sea encubierta (lo cual tiene una sólida explicación evolutiva) apoya la idea de que tales efectos no existen en nuestra especie. Esto, al igual que en el caso anterior, no impide que algunos se planteen la idea de comercializar productos basados en estas moléculas.
Por último, están los estudios de estimulación del órgano vomeronasal, o más correctamente de sustancias que estimulan las células de dicho órgano. En mujeres, se ha comprobado que las células del OVN reaccionan a la androstadediona (una sustancia axilar), y que la exposición a esta sustancia enmascarada por otros olores provoca cambios en el sistema límbico, evaluados por neuroimagen, así como en la temperatura y la conductancia de la piel. Estudios conductuales encuentran una reducción de estados afectivos negativos. En hombres, se ha hallado un patrón de respuesta fisiológica semejante ante el estratetraenol (una sustancia presente en la orina de las embarazadas), aunque no de la respuesta conductual, que parece ser opuesta. La reflexión sobre las posibles causas evolutivas de estos resultados hace que parezcan bastante coherentes y probables. Esto podría sugerir que, a pesar de su atrofia, el OVN podría tener ciertas funciones de recepción de sustancias en el ser humano, aunque el efecto también podría estar mediado directamente por la mucosa olfativa. Cabe señalar que estos estudios carecen también de grupo control, aunque el número de individuos sin OVN es importante (es frecuentemente dañado en cirugía nasal); y que además son escasos, por lo que sería útil contar con más réplicas. No obstante, siguen siendo la evidencia más clara de existencia de feromonas en el ser humano, lo cual también ha llevado a su pronta comercialización.
Esta breve revisión de la evidencia acumulada hasta hoy en día permite sacar muy pocas conclusiones. Es difícil discriminar las publicaciones serias y rigurosas de las propagandísticas, y buena parte de los estudios están subvencionados por compañías que comercializan productos con un supuesto efecto feromonal. Podríamos decir que, de existir, el efecto de posibles feromonas en humanos sería bastante discreto y sutil, lejos de los increíbles resultados que nos venden algunas empresas. Se puede comprobar además que es una forma de influencia en la conducta de los semejantes que tiene poca importancia en los simios del Viejo Mundo, en contraste con los del Nuevo Mundo, lo cual también apoya la idea de que su valor es escaso en nuestra especie, para la cual existen muchas otras claves (principalmente visuales) para la elección de pareja.
Referencias:
Hays, W. T. S. (2003): Human pheromones: Have they been demonstrated? Behavioral Ecology and Sociobiology, 54, 89-97.
Baxi, K. N., Dorries, K. M., Eisthen, H. L. (2006): Is the vomeronasal system really specialized for detecting pheromones? Trends in Neuroscience, 29 (1).
Rantala, M. J., Eriksson, C. J. P., Vainikka, A., Kortet, R. (2006): Male steroid hormones and female preference for male body odor. Evolution and Human Behavior, 27, 259-269.
Feromonas en el ser humano
Publicado por
Sergio
03 julio, 2009
/
Etiquetas:
Animales,
Biología,
evolución,
neurociencias,
Psicofisiología
32 comentarios:
Gran entrada aunque un pelin densa. Muy interesantes las feromonas :)
estoy d acuerdo, considero que es un articulo muy interesante. a mi por lo menos me ha gustado.
A mi ya me daba la impresión de que esto de las feromonas era un timo. Felicidades por el articulo
Bueno, para los que no lo sepan habréis notado que esta entrada está escrita por Sergio, y es que desde hace no mucho dos personas más se han unido al equipo de psicoteca: Sergio y Cous. Daros a los dos la bienvenida al blog de forma pública.
¡Buena entrada! Desde luego interesante. Sobre lo que has comentado del sistema inmunológico hay un artículo que se puede consultar online aquí sobre el tema. A ver qué opinas. Un saludo ;)
Antes de nada, quisiera disculparme por mi prolongada ausencia de Psicoteca: algunos ya sabéis que estoy trabajando en una universidad extranjera, con todo lo que conlleva, pero es que además estas últimas semanas me he dejado caer de nuevo por Bilbao y por la universidad para rematar algunas cosas de trabajo (un par de experimentos), papeleos, y ver a mis amigos y familia. Llevaba 6 meses sin ver mi tierra así que esto está siendo a la vez hermoso y duro (por sentir la distancia como realmente es), pero sobre todo lo demás, agotador hasta la extenuación (nunca había tenido la agenda tan repleta). Hasta aquí mis excusas, prometo que tengo ideas de artículos que algún día escribiré para vosotros.
A continuación, quiero dar la bienvenida a nuestros nuevos colaboradores y felicitarlos por esta primera entrada. Una revisión rigurosa y bien documentada de un tema que a muchos nos interesa.
Desde hace ya mucho tiempo podemos encontrar en algunos anuncios alusión a las famosas "feromonas". Mi impresión era de puro escepticismo, no podía creer que ya hubiese algo demostrado al respecto y no se hubiera publicitado más, y en medios más dignos de credibilidad que una revistilla generalista o un anuncio en un periódico junto al horóscopo. Ahora, gracias a la revisión de Sergio, compruebo que efectivamente "poco hay que rascar" en este tema: de los estudios realizados no se pueden sacar conclusiones a favor de la existencia de feromonas humanas.
...Aunque le pese a quien se haya dejado una pasta en una colonia que supuestamente iba a dejar rendidos a sus pies a todos los miembros del sexo opuesto y que, lamentablemente, no funciona ;-)
Como siempre, toca investigar más. ¡Al tajo!
En este tema hay poco que rascar, y es probable que nunca haya demasiado. Es lo malo de las temáticas con interés empresarial, como los fármacos: suelen estár bastante distorsionadas por motivos económicos. Un ejemplo que nos muestra que incluso la supuesta evidencia científica hay que mirarla con mucho cuidado.
Pero no hay que perder la confianza: siempre hay científicos serios interesados en la investigación rigurosa y no tanto en su cuenta bancaria. Sólo hay que aprender a filtrar.
Gracias a todos por los comentarios.
Interesante, accesible y riguroso, así da gusto.
Y además práctico. No me gasto un duro más en el desodorante ese del anuncio :-)
Enhorabuena por el artículo
Jajaja...:D
No voy a preguntar qué desodorante es...:D
"La reflexión sobre las posibles causas evolutivas de estos resultados hace que parezcan bastante coherentes y probables."
Sí, esa es la especialidad de la Psicología Evolucionista (y la sociobiología) que siempre encuentran una bonita (y simple) historia que haga parecer que sus chapuceros estudios parezcan serios.
Gran comentario, Anónimo.
Un argumento sólido y contundente, aportando datos concretos y huyendo de vaguedades.
Menos mal que la ciencia seria tiene defensores como tú.
[ironic mode OFF]
Buena respuesta pasabaporaquí, me he echado un par de carcajadas al leerla :)
Luego me he arrepentido, a estas cosas lo mejor es no entrar al trapo. Pero bueno, por lo menos sirvo de mal ejemplo :-)
Va, no te fustigues, que tampoco has robado un banco...Si te sirve de algo, a mí me ha servido para echarme un par de carcajadas :)
Igual el anónimo se anima y da datos más concretos ;)
@ pasabaporaqui, no pretendía ser un argumento simplemente era un comentario. En cuanto a los argumentos sólidos contra la PE son tantos que no creo que en los comentarios sea el lugar para exponerlos, además pensaba que al ser éste un blog sobre psicología ya los conoceríais, aunque eso no implique que tengáis que estar de acuerdo.
Yo daré datos más concretos. No los añadí a la entrada por no hacerla todavía más farragosa. Espero que esta explicación haga que el sr. Anónimo se replantee su comentario.
En el caso del estratetraenol, parece razonable que, si un macho es capaz de detectar que una hembra está en estado de gestación, su respuesta afectiva sea negativa, ya que supone que dicha hembra ya no está disponible. No tiene sentido comenzar un cortejo sobre una hembra que viene con un regalito extra que no contiene nuestros genes y que sin embargo nos costará recursos.
En el caso de la androstadediona, la cosa es algo menos evidente. Por lo visto, es posible que altas cantidades de esta sustancia sean indicativas de un sistema inmunitario fuerte, lo cual conviene a la hembra por dos razones: la probabilidad de que el macho muera es menor (se asegura su mantenimiento y el de su prole), y sus descendientes heredarán esta fortaleza. Parece lógico que la selección natural favorezca este método de detección.
Ahora bien, una cosa es que sea razonable, y otra que esté sobradamente demostrado que exista en humanos. Los estudios parecen apuntar a que así es, pero como ya he dicho antes, en estos temas nunca se es demasiado cauto.
En cuanto a la crítica generalizada contra la sociobiología y la psicologia evolucionista, no tiene pies ni cabeza. No son explicaciones fáciles para justificar los resultados de estudios chapuceros. Son modelos complejos de la realidad que muestran un notable éxito a la hora de explicarla y predecirla, y se ajustan bastante bien a la evidencia empírica. Y, al fin y al cabo, ése es un objetivo lícito de la ciencia, ¿no?
"En el caso de la androstadediona, la cosa es algo menos evidente. Por lo visto, es posible que altas cantidades de esta sustancia sean indicativas de un sistema inmunitario fuerte..."
¿Es posible o hay datos que indiquen que esto es así? Porque como posible, también sería posible que altos niveles de androstenediona, en hombres, sean indicativas de lo contrario.
"En cuanto a la crítica generalizada contra la sociobiología y la psicologia evolucionista, no tiene pies ni cabeza."
¿Has leído de primera mano algunos de los argumentos de los críticos de la PE y de la sociobiología aplicada al ser humano? No me refiero a cualquier crítica, sino a la de gente muy seria como Lewontin.
"Son modelos complejos de la realidad que muestran un notable éxito a la hora de explicarla y predecirla, y se ajustan bastante bien a la evidencia empírica. Y, al fin y al cabo, ése es un objetivo lícito de la ciencia, ¿no?"
Y las críticas a ese modelo, si están bien fundamentadas ¿no son lícitas? En cuanto a las predicciones, pues no sé ¿se han encontrado los cientos de miles de módulos genéticamente determinados que proponen? ¿se han encontrado pruebas de que la evolución en humanos en los últimos 100.000 años se ha reducido muchísimo? eso por citar sólo dos de los pilares básicos del paradigma de la PE.
Sergio, Anónimo (por cierto, te agradecería que firmaras con un nombre, no necesitas registrarte, pincha en "nombre/URL" en el formulario de comentarios): me parece un tema interesante el que estáis debatiendo, sobre la psicología evolucionista y su estatus de ciencia rigurosa.
Aquí debo reconocer que ciertas ramas de la antropología y de la psicología, basadas en la biología evolutiva, me producen un sentimiento ambivalente. Por un lado, son hipótesis atractivas, emocionantes y evocadoras. Por otro lado, todo lo que tienen de excitante lo suelen tener, a menudo, de especulativo. Estoy pensando en gente muy solvente y respetable como Desmond Morris o Steven Pinker. Y donde creo que fallan casi todos es en el poder predictivo, como ha señalado Anónimo, además de en el carácter (voy a añadir que quizá necesariamente) especulativo. Ejemplo:
1. Observación: Las mujeres en Occidente llevan el pelo largo.
2. "Explicación" evolucionista: El pelo largo es signo de salud y eso las hace atractivas para los machos humanos.
Ahora bien... ¿Y si las mujeres, por lo que sea, llevasen el pelo habitualmente rapado? La "explicación" de la antropología-psicología evolucionista sería diferente pero igualmente exitosa: "llevan el pelo corto para mostrar las orejas: orejas pequeñas correlacionan con buena salud, que es lo que buscan los machos".
...Siempre habrá una explicación posible para concluir que los rasgos actuales se deben a selección pretérita. Mi crítica es que con esto no explicamos nada. La evolución es un camino de contingencias, sencillamente no tiene mucho sentido preguntar "por qué", eventualmente siempre daremos con alguna respuesta, pero no habrá forma de ver si es correcta.
Que quede claro que no estoy pretendiendo desacreditar al campo en su conjunto, y nunca diría que es una majadería ni chapucero (globalmente). Me gusta leer sobre PE y hay muy buenos trabajos al respecto. Sin embargo, creo que conviene estar alerta para separar el grano de la paja, pues hay mucha "mala ciencia" en este campo. Y no soy el único que piensa así.
De todas formas, si Sergio quiere seguir con la discusión y tiene buenos argumentos, estoy dispuesto a cambiar de idea ;-)
Hola Fernando, me alegra verte por aquí.
Como siempre coincido en gran parte con lo que dices, es cierto que por la propia naturaleza de las variables que se trabajan en la Psicología Evolutiva (históricas, y por tanto inaccesibles) se pueden cometer muchos excesos y puede ser tentador “salirse del tiesto” y afirmar más de lo que se puede afirmar.
Pero en lo que no estaba de acuerdo con el primer Anónimo que comentó es que la investigación que se ha presentado aquí se pueda meter en ese saco como él/ella pretendía dar a entender.
La revisión que presenta Sergio, hasta donde he visto, se basa en experimentación y observación perfectamente anclada en el nivel biológico o psicológico, manipulando variables reales. Tratar de dar más apoyo a esos datos a través de un análisis de las hipotéticas condiciones de supervivencia de la especie me parece un complemento (ojo, un complemento) muy necesario.
En ocasiones a lo mejor no aporta mucho, pero para mí es como cuando en el colegio hacíamos “la prueba de la resta” para ver si la habíamos hecho bien. Si después de hacer un experimento no cuadrase con lo que sabemos por ejemplo del hábitat en el que evolucionó una especie o algunas otras condiciones, sería una razón para replantearse el experimento y seguir buscando. Lo encontrado debería encajar con la explicación evolutiva. Que cuadre no es garantía de nada, pero si no lo hace, al menos da que pensar.
Y por otra parte, conociendo estas limitaciones, me parece que tiene también un valor heurístico, puede contribuir a dar nuevas ideas de por dónde dirigir la investigación basada en variables más fácilmente contrastables.
Personalmente, no le tengo mucho aprecio (intelectual) a gente como Desmond Morris o Wilson, me parece que a sus teorías les hace falta base psicológica, pero sí creo que hasta cierto punto señalan en una dirección que es necesario tener en cuenta.
Pasabaporaqui, ¿te parecen buenos ensayos los que se presentan en el artículo cuando para casi ninguno de ellos había grupo control, incluyendo el de la androstenediona?
Sergio,
"En el caso del estratetraenol, parece razonable que, si un macho es capaz de detectar que una hembra está en estado de gestación, su respuesta afectiva sea negativa..."
¿Y si se trata de su pareja y es un hijo suyo? Más bien parece una desventaja porque esa respuesta negativa podría llevar a abandonarla, con lo que las probabilidades de supervivencia del retoño disminuirían considerablemente.
“APE dijo...
Pasabaporaqui, ¿te parecen buenos ensayos los que se presentan en el artículo cuando para casi ninguno de ellos había grupo control, incluyendo el de la androstenediona?
Hola APE, no sé si eres el anónimo, de todas formas, te doy una respuesta general:
Primero. Sergio ha presentado una revisión de lo que hay, y de ahí concluye que no hay evidencia. Hasta ahí perfecto ¿qué otra cosa se puede concluir? Como no manejo el tema, me fío de que su revisión ha sido buena y que haya mencionado todos los estudios relevantes Si algo se ha pasado y tú lo tienes a mano, nos interesaría a todos saberlo.
Que sería mejor tener más datos y mejores controles lo compartimos todos, pero creo con la información que ha presentado, sus conclusiones (ausencia de evidencia) son pertinentes.
Segundo (por si eres el anónimo, no lo sé) los estudios que ha presentado (mejores o peores, pero son los que hay) se basan en experimentación que manipula variables actuales, y las variables más “remotas” (las que se han vinculado a la Psicología Evolucionista) las utiliza como auxiliares. Ni las utiliza para extraer evidencia ni pretende haber demostrado nada en ese terreno: solamente las utiliza como un marco más amplio en el que colocar con perspectiva las piezas del puzzle que ha encajado.
Creo que es necesario diferenciar ambos tipos de uso. El que se hace aquí, por coherencia y por la prudencia en las afirmaciones, creo que es científicamente válido.
Tercero. Creo que hay que tener en cuenta, a la hora de criticar, el contexto en el que se presenta la revisión. Evidentemente un texto así no está hecho para una revista de impacto, ni falta que hace. Cumple otra función, que es la didáctica, y la cumple bien. Yo estoy metido en la investigación básica y hasta ayer no tenía ni idea de este tipo de investigaciones (cosas de la especialización). Me imagino que lo mismo les puede pasar a muchos lectores.
Identificar esta revisión con toda la Psicología Evolucionista con todos sus posibles excesos (que no los niego), además sin aportar datos concretos, es deshonesto con el público al que va dirigido este tipo de posts.
¿Crítica? Por supuesto que sí, toda la que haga falta, pero vamos a jugar con las mismas reglas, es decir, ciñéndonos a la evidencia concreta disponible, a lo que se ha afirmado o dejado de afirmar en el artículo (y no a lo que otros psicólogos evolucionistas han podido decir respecto a otros temas) y teniendo en cuenta en qué contexto estamos.
Saludos
Pasabaporaqui, sí soy el anónimo de antes. En primer lugar, yo no he criticado la entrada, solamente hice un comentario a una frase en concreto y te aseguro que no pretendía provocar, entre otras cosas porque no creía que hubiese muchos partidarios de la PE entre los seguidores del blog. Intentaré explicarme mejor, cuando Sergio habla de los estudios sobre la estimulación del OVN comenta, según he entendido, que no son en absoluto concluyentes (ni muy rigurosos añadiría yo) pero que la explicación evolutiva que le dan hace que resulten atractivos, de ahí mi comentario. No entiendo que consideréis mi comentario como una crítica al artículo de Sergio, cuando él mismo dice que no se puede sacar mucho de esos estudios.
OK, por mi parte aclarado ahora.
Pero enterderás que cuando en abstracto se hacen afirmaciones como
"Sí, esa es la especialidad de la Psicología Evolucionista (y la sociobiología) que siempre encuentran una bonita (y simple) historia que haga parecer que sus chapuceros estudios parezcan serios."
si se queda ahí y no dices nada más, das a entender que equiparas el post con la PE y lo llamas chapucero...
Por lo menos ésa es la impresión que me dio.
Por otra parte, me parecería interesante saber más sobre PE y sus críticas.
Saludos
Pasabaporaqui, hay un libro que me parece muy interesante y ameno (además es bastante cortito) titulado "A la Sombra de Darwin" en él hablan sobre sociobiología y PE.
Aquí puedes leer algunas críticas a la PE
http://www.niu.edu/phil/~buller/research.shtml
OK, gracias.
A ver si le echo un vistazo a los artículos de Buller, los resúmenes tienen buena pinta.
Saludos
-A Gilgamesh: "La evolución es un camino de contingencias, sencillamente no tiene mucho sentido preguntar "por qué", eventualmente siempre daremos con alguna respuesta, pero no habrá forma de ver si es correcta."
El ejemplo que pones es bastante banal, y estoy de acuerdo contigo en que la PE es un área del conocimiento en la que banalizar es fácil, porque es también fácil encontrar una explicación post hoc que en realidad no diga nada. Sin embargo, muchos modelos basados en PE tienen bastante éxito. La psicología de los sistemas de conducta de Bolles, a pesar de no estar exenta de críticas, es capaz de explicar muchos hallazgos empíricos de forma bastante satisfactoria. Y sí es posible, en muchos casos, comprobar que los modelos de la PE son correctos, al menos en un plano predictivo. Por ejemplo, si postulamos que la respuesta de una rata ante un estímulo aversivo (p. ej. un depredador) dependerá de la proximidad de éste, podremos predecir que la respuesta ante un EC dependerá de la longitud del intervalo entre EC y EI durante la fase de entrenamiento. Y justamente esto es lo que se encuentra en el laboratorio.
-A APE (ex-anónimo): "Y las críticas a ese modelo, si están bien fundamentadas ¿no son lícitas? En cuanto a las predicciones, pues no sé ¿se han encontrado los cientos de miles de módulos genéticamente determinados que proponen? ¿se han encontrado pruebas de que la evolución en humanos en los últimos 100.000 años se ha reducido muchísimo? eso por citar sólo dos de los pilares básicos del paradigma de la PE."
Por supuesto que las críticas bien fundamentadas son lícitas, y bienvenidas sean. Insisto en que por supuesto que hay gran cantidad de "mala ciencia" en este campo. En cuanto a lo de que la evolución se ha reducido muchísimo, me consta que hemos atenuado en gran medida las presiones selectivas, sin embargo eso sólo podría comprobarlo un genetista con estudios del ADN, y no tengo información al respecto, la verdad. Por aquí llegamos a un punto muerto.
En cuanto a mis ejemplos, son sólo especulaciones, así que no los tomes demasiado en serio, eran sólo ejemplos. Sin embargo, imagínate (y además creo que es el caso) que se encontrara una correlación clara entre intensidad del olor corporal, o concentración de una sustancia, y fortaleza del sistema inmune. Imagina además (como es posible que sea el caso, aunque con reservas) que existe relación entre este olor o sustancia y ciertos cambios de conducta en otros individuos. Imagina (como según ciertos estudios es el caso) que esta conducta se ajusta justamente a lo que predeciría un modelo PE basado en la selección de pareja por la fortaleza del sistema inmune. Si lo miramos así, no me parece tan descabellado.
Pero coincido contigo en que no es suficiente sólo con formular una explicación especulativa. Es necesario que los datos empíricos apoyen consistentemente dicha hipótesis (lo cual no implica que no pueda haber explicaciones alternativas, en eso consiste la ciencia).
-A Pasabaporaqui: "La revisión que presenta Sergio, hasta donde he visto, se basa en experimentación y observación perfectamente anclada en el nivel biológico o psicológico, manipulando variables reales. Tratar de dar más apoyo a esos datos a través de un análisis de las hipotéticas condiciones de supervivencia de la especie me parece un complemento (ojo, un complemento) muy necesario."
Creo que pasabaporaqui expresa lo que quiero decir en este párrafo con gran claridad. Siempre es necesario un apoyo empírico derivado de la manipulación de variables o de su covariación, no es suficiente con la mera especulación. Como también plantea, estas teorías son útiles para buscar evidencia confirmatoria (da solidez a la evidencia hallada), y por su valor heurístico.
Por último, gracias por las críticas. Siendo sincero, apenas había oído hablar de planteamientos tan críticos con la PE. A partir de ahora, estaré ojo avizor y seré más crítico con lo que lea dentro del campo.
Saludos.
Pasabaporaquí siempre se las arregla para hacerse entender en pocas palabras Sergio.
Fernando, yo estoy más con las posturas mantenidas aquí por Sergio y pasabaporaquí, creo que sí que es interesante plantearse este tipo de cosas tb en términos evolutivos.
APE: No soy lector habitual de estudios que lleven el "nombre de psicología evolucionista". Así que no tengo una visión amplica com para poder valorar cuánta mala ciencia hay en este campo. Me encantará ver las críticas que se hacen al respecto ;)
De todas formas varias cosas a considerar. Lo primero, que cuando se están estudiando nuevos temas y tan complejos como la selección de pareja en humanos es lógico plantearse hipótesis evolutivas y que las cosas puedan no queden muy claras con dos experimentos. Otra cosa es que estén mal diseñados...es otro cantar. P
Este tipo de críticas reciben por ejemplo algunas investigaciones neurocientíficas a veces por las mismas razones comentadas. Pero de esto no se libran otros campos de la ciencia, ¡ojo! Que a veces para que avance la ciencia hay que especular un poco y plantear hipótesis.
Si nos vamos a aspectos mejor conocidos, la explicación evolutiva es un buen complemento como dicen por aquí. Por ejemplo, algunos aspectos del aprendizaje son compartidos por una cantidad enorme de seres vivos. Si a eso le añadimos el valor evidente que dichas formas de aprender tienen para la supervivencia...blanco y en botella.
Hola APE,
He estado leyendo algunas cosas y en particular uno de los artículos que enlazaste de Buller, algo así como “Psicología evolucionista, el nuevo paradigma del emperador” (inglés)
http://www.niu.edu/phil/~buller/research/tics.pdf
y creo que ahora lo entiendo un poco mejor, gracias.
Buller parte de que hay dos acepciones de psicología evolucionista: la primera sería como “área de investigación”, es decir, como un campo en el que buscar relaciones entre variables psicológicas en función de variables relacionadas con las presiones de selección de la especie. Un campo que estaría delimitado por el tipo de preguntas que se hacen y no por el tipo de teorías que se utilizan para encajarlas.
Según él hay un segundo tipo, que al parecer algunos autores (p. ej. Cosmides) han relacionado con una teoría que defiende (más o menos) que en función de los distintos problemas evolutivos nuestro cerebro se han desarrollado “módulos” específicos para cada uno. Por ejemplo, la infidelidad supondría un problema diferente para los machos y las hembras, y por lo tanto los mecanismos de detección y actuación ante ella serían diferentes para hombres y mujeres.
Personalmente sólo había oído hablar de la primera acepción, y por eso me chocaba tanto que se criticase. Pero Buller presenta algunos estudios del segundo tipo y casi te echas las manos a la cabeza, porque las conclusiones se pasan veinte pueblos con respecto a los datos de los que parten. Buller critica que (además) tienen problemas metodológicos, pero a mí lo que me parece peor es lo que hemos criticado por aquí antes, que utilizan variables exclusivamente conductuales (y exclusivamente humanas, para más inri, nada de estudios comparados) para extraer conclusiones evolutivas. Por ejemplo, hay un estudio donde preguntan a hombres y mujeres qué les parece peor, si la infidelidad puramente sexual o puramente sentimental; como hay diferencias, de ahí concluyen (según Bulles) nada menos que debe haber un diseño diferente para la “mente” de hombres y mujeres a ese respecto. Que no digo yo que no pueda haberla, pero aparte de los problemas metodológicos que señala Bulles, ¡es que están las diferencias en el aprendizaje! Claramente con esos datos no se pueden establecer esas conclusiones. Lo leía y no podía creer que eso fuera serio.
En fin, que entiendo perfectamente que haya todas esas críticas que mencionas. Si es que hay que tener un cuidao…
Saludos
P.D. me encanta estar de vacaciones :-)
Hay otra cosa que me chirría cuando leo ciertas cosas de Psicología Evolucionista, y es esa tendencia a ver adaptaciones en todo, en cualquier manifestación humana no sólo biológica sino también cultural, social, etc. Y el problema aquí, que creo que no lo ha dicho nadie aún, es el panadaptacionismo (creo que era S.J. Gould quien lo criticaba en uno de sus ensayos): creer que todo rasgo es fruto de la adaptación es un error. Como dije, la evolución es un camino de contingencias, y a veces se puede seleccionar un carácter sin que sea evidentemente ventajoso, por cientos de motivos que además son difícilmente demostrables.
"...esa tendencia a ver adaptaciones en todo, en cualquier manifestación humana no sólo biológica sino también cultural, social, etc..."
Hombre eso es un error.
"Por ejemplo, hay un estudio donde preguntan a hombres y mujeres qué les parece peor, si la infidelidad puramente sexual o puramente sentimental; como hay diferencias, de ahí concluyen (según Bulles) nada menos que debe haber un diseño diferente para la “mente” de hombres y mujeres a ese respecto."
El estudio que comentáis supongo que es uno de los de David M. Buss, ¿no? De hecho ya se han hecho más estudios poniendo en duda tales afirmaciones, como un estudio de Lishner y colaboradores en 2008. Podemos leerlo aquí.
Precisamente dicho estudio pone a pruba aspectos que guardan relación con los fallos del otro, o sea que dentro de la propia psicología evolucionista se hace crítica y se desmonta lo que está mal hecho con nuevos estudios que ponen a prueba los fallos de anteriores.
Me parece que las feromonas no tienen tanta importancia en los seres humanos porque no usamos tanto el olfato como otras especies.
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