A Málaga me voy

El lunes mismo tomo el avión, caramba.
Que conste que no me voy de vacaciones como podría pensar algún maligno, sino a hacer una estancia en la Universidad de Málaga, junto con los doctores Fco. José López y Pedro Cobos, y espero que sea productiva, aunque eso va a depender principalmente de mí. También estarán por allí nuestro amigo David Luque, a quien aprovecho para enviar un saludo ahora, y otros investigadores de no menor valía (¡toma ya!).
Es la primera vez que planeo una estancia para investigar fuera de casa. Pimpollo soy, pues, aunque supongo que a todos nos toca más pronto que tarde, y hay que aprovechar estas oportunidades mientras uno todavía es joven y se puede comer el mundo, que dirían los WASP.
Desde luego, no me voy precisamente lejos ni por mucho tiempo (solamente el mes de julio, me dará tiempo a poca cosa). Puestos a salir fuera, Málaga era una opción cercana y poco amenazante, un buen primer paso para probar cómo van las cosas sin perder la confianza.
Además creo que la colaboración con el equipo de Málaga puede tener sus frutos pronto. Es también una oportunidad para ver cómo se hacen las cosas en otro sitio, con otros enfoques teóricos... Pensad que no he salido de mi pequeño laboratorio desde 4º de carrera o por ahí. Y aunque estoy contento con mi actual equipo (que no deja de renovarse), yo soy una especie de paleto, de Paco Martínez-Soria de la Psicología Experimental :-S Me falta mundo.

Por todas estas razones estoy contento estos días, y expectante. Creo que me va a gustar la experiencia.

Ah, espero poder actualizar la página durante este mes, aunque de todas formas tengo un par de posts en la recámara preparados para ser subidos próximamente. Con ello quiero decir que no se me despisten, ¿de acuerdo?

Y como colofón, sólo me queda decir:

Que bonitos ojos tienes
Debajo de esas dos cejas
Debajo de esas dos cejas
Que bonitos ojos tienes

Ellos me quieren mirar
Pero si tu no los dejas
Pero si tu no los dejas
Ni siquiera parpadear

Malagueña salerosa
Besar tus labios quisiera
Besar tus labios quisiera
Malagueña salerosa
Y decirte niña hermosa

Que eres lin........da y hechicera,
Que eres linda y hechicera
Como el candor de una rosa

Si por pobre me desprecias
Yo te concedo razón
Yo te concedo razón
Si por pobre me desprecias

Yo no te ofrezco riquezas
Te ofrezco mi corazón
Te ofrezco mi corazón
A cambio de mi pobreza

Malagueña salerosa
Besar tus labios quisiera
Besar tus labios quisiera
Malagueña salerosa
Y decirte niña hermosa

Que eres lin........da y hechicera,
Que eres linda y hechicera
Como el candor de una rosa
Y decirte niña hermosa

(Chingón: Malagueña Salerosa)

Nos vemos.

Sobre retornos e investigaciones extrañas

Primero, una aclaración de índole personal: Efectivamente, sigo vivo. Me han estado ocurriendo muchas cosas últimamente, algunas buenas y otras no tanto. Además he tenido continuos problemas con mis ordenadores. Todavía me queda por pegarle una formateada al que uso en casa.
Siento mucho no haber podido actualizar en todo este tiempo. Y de momento me temo que las contribuciones van a ser algo más breves de lo acostumbrado y también menos elaboradas. Eso sí, intentaré ir recuperando el ritmo cuanto antes.


Al grano. Está claro que hay investigaciones científicas con más utilidad que otras. La utilidad práctica o la facilidad de aplicación de un descubrimiento científico no siempre es lo que determina su importancia. Yo mismo soy un defensor a ultranza de la ciencia básica, del conocimiento independiente de su uso práctico aplicado por los seres humanos. Como dijo el físico Richard Feynman*:
“La Ciencia, como el sexo, tiene potenciales consecuencias prácticas. Pero no es por eso por lo que lo hacemos”.
Y me adhiero a esta máxima con convicción. Una actitud que, a veces, no es comprendida por la mayoría de las personas, que sólo abordan la cuestión desde un punto de vista práctico. Lo cual a mí me parece una pena.

Pero también hay quien va un paso más allá y nos sorprende con investigaciones cuyo planteamiento aparente que sólo podemos calificar de delirantes. Deberíais pasar por este enlace de Wikipedia que recopila los más sonados triunfadores en los famosos premios Ig Nobel. Se trata de un galardón que premia a las investigaciones en un principio ridículas o incluso surrealistas, o sin ninguna utilidad ni teórica ni aplicada. Estudios que, en definitiva, nos sorprenden y nos provocan una carcajada.

En la Psicología, un poco marginadilla en el ámbito científico, tampoco nos libramos de nuestra cuota de investigaciones extrañas, sorprendentes, e inverosímiles. Es más, opino que quien estudia el comportamiento de una persona tiene un campo abonado para este tipo de ideas bizarras, comparado con el geólogo que estudia un pedrusco encima de una mesa del laboratorio.
Me asusto bastante, por ejemplo, cuando leo el título de la investigación premiada en 1993:
John Mack, de la Harvard Medical School, y David Jacobs, de Temple University, visionarios mentales, "por su impresionante resultado de que la gente que cree haber sido secuestrada por los extraterrestres, probablemente lo fue, y especialmente por su importante conclusión: el motivo de las abducciones es la producción de niños".
Tiemblo.

Habrá quien se escandalice al saber que proyectos como estos son financiados, y con mucho dinero. Yo hago otra lectura. También estas investigaciones “extrañas” y sorprendentes nos pueden hacer pensar, como dice el mencionado enlace de Wikipedia. Vamos a hablarlo a continuación, a ver si os convenzo.
Podemos ver, por ejemplo, a los japoneses Watanabe et al., que enseñaron a unas palomas a diferenciar cuadros de Picasso de cuadros de Monet. ¡Ya es más de lo que pueden decir algunas personas! Cualquiera diría que es un empeño bastante idiota el de estos señores. Sin embargo, yo lo veo de otro modo: el entrenamiento en discriminación acaba dotando a las palomas de algo que podríamos llamar conceptos. Pensadlo bien: le enseñamos a la paloma un cuadro de Picasso que no ha visto anteriormente. Entonces ella clasifica el estímulo en una categoría. No es lo mismo un “cuadro-de-Picasso” que un “No-cuadro-de-Picasso”. Y lo que nos parecía una tontería acaba poniéndose interesante.

Pues esa era mi reflexión. Ahora vuelvo al curro. Hasta pronto.

PD: En otro post os cuento más investigaciones bizarras en el mundo de la psicología, que las hay a montones.

*Editado el 4 de Junio: Corrijo, a sugerencia de Oskar Pineño, la atribución de la mencionada cita. Parece que fue ocurrencia del físico Richard Feynman, y no del biólogo D. T. Armstrong.