Cristaloterapia: curar con piedras...supuestamente

Nos juntamos para escribir esta entrada Wis (física), Carlos (biología y geología), Sophie (medicina) y Héctor (psicología) para hacer una breve crítica de la terapia con piedras.

¿Curan las piedras? Eso es lo que creen algunas personas al menos, que hay piedras que son capaces de curar. De hecho hay toda una disciplina que se encarga de estudiar cómo las piedras son capaces supuestamente de curar depresiones, problemas médicos o simples recaídas en el estado de ánimo.

Sin ganas de vivir

No es noticia, no sale en los telediarios, así que simplemente no ocurre a nuestros ojos. Sin embargo algo que no vemos, que no oímos, no quiere decir que no exista. Hablo del suicidio.

Semana de la Ciencia 2010


Ya no queda nada para la semana de la ciencia. Como todos los años se organizan actividades en las principales ciudades de España. Para conocer las actividades que se organizan en tu ciudad, puedes consultar la siguiente dirección. Aprovechando esta entrada-recordatorio, os enlazo también este diagrama humorístico que he encontrado en la red. Es para partirse. Lo podéis ver aquí. Lo he encontrado a través de microsiervos. Un saludo y desearos que encontréis cosas interesantes en vuestras ciudades…

OVNI en la ciudad de Nueva York


¿Sabéis qué? ¡Han aparecido platillos volantes en Nueva York! Al menos esa conclusión deberíamos sacar si hiciésemos caso de los testimonios que multitud de personas han dado sobre avistamientos en la ciudad.

Manifiesto Por Una Universidad Libre De Pseudociencia

Hay en la red una iniciativa de recogida de firmas contra los cursos pseudocientíficos en las universidades. Reproduzco aquí el manifiesto. Pinchando abajo puede uno firmar.

Inocentes hasta decir basta

El título de esta entrada dice casi todo lo que se pretende decir en el texto. Que las personas son inocentes hasta límites que difícilmente se puede llegar a sospechar. Y es que en este mundo hay gente dispuesta a creer en muchas cosas que a priori no son verdad e incluso que son difícilmente creíbles. Pero presentadas de la forma adecuada se puede convencer.

Vídeo corto que merece la pena ver

Edito la entrada para añadir la primera parte. Perdonad las molestias.



El secreto de John Travolta

Un secreto a voces. Sí amigos, estoy hablando del nuevo estudio que se acaba de publicar en Biology Letters. Y es que este estudio se ha hecho popular, han hablado del mismo en cantidad de medios incluyendo entre otros la prensa digital. El artículo lo podemos encontrar aquí, aunque es de pago, así que si no estáis suscritos a la revista olvidaros de leerlo. Eso sí, podéis leer el resumen.

Haz el amor y no la guerra

¿Eres una persona joven? ¿Sales de fiesta por la noche? Si has respondido que sí tal vez te interese lo que voy a contarte. Y es que salir de fiesta por la noche puede ser peligroso.

¿Beber cerveza contra el alzheimer?

Quien piense que la cerveza sirve como ansiolítico de fin de semana pero nada más, tal vez le interese leer esta entrada. Y es que la cerveza podría tener propiedades nada despreciables.

Lost: motivación intrínseca y curiosidad

Quería dedicar un par de líneas de este blog a hacer una reflexión personal. Y es que me ha llamado la atención algo que ha pasado no hace mucho. Más bien la forma de reaccionar de mucha gente hacia algo que ha pasado no hace mucho. O más bien que no ha pasado.

Estrés laboral y psicología de las organizaciones

¿Son los psicólogos de las empresas los patitos feos de la psicología? No es ningún secreto, entre los psicólogos al menos, que la especialidad de psicología de la empresa, de las organizaciones, psicología I/O o como quiera llamársele, es vista por psicólogos de otras especialidades en muchos casos como la peor especialidad.

Homosexualidad y suicidio

Un breve apunte y una pequeña reflexión sobre la homosexualidad. Hace pocos días, muchos periódicos se han hecho eco de un estudio realizado por la doctora de la Universidad de San Francisco Caitlin Ryan.

El tiempo voló: me lo debo de haber pasado bien

Artículo escrito por Leyre Castro, profesora de la Universidad de Iowa, sobre la percepción del tiempo (anteriores entregas aquí y aquí).


ResearchBlogging.orgUn último apunte, por mi parte, sobre los sesgos a la hora de estimar el paso del tiempo.
En el primer post de esta serie, Héctor mencionó que "cuando lo estamos pasando bien, por ejemplo, o distraídos con algo que nos gusta, el tiempo vuela literalmente".
Cuando esto ocurre, la experiencia es muchas veces positiva, pero parece que lo realmente necesario es que estemos muy atentos e inmersos en la tarea, sea charlar con los amigos, arreglar un grifo o aprender a manejar el nuevo iPad. Independientemente del valor hedónico o de la complejidad de la experiencia, cuando estamos realmente concentrados en ella, el tiempo se percibe que pasa más rápido (Chaston y Kingstone, 2004).
Pero, sí, es verdad que cuando disfrutamos, el tiempo vuela. Lo interesante es que lo contrario también parece ser cierto: cuando el tiempo pasa muy rápido, inferimos que es porque nos lo hemos pasado bien.
Esto es lo que descubrieron Sackett y sus colaboradores (2010) al estudiar qué sucede cuando a la gente se le hace creer que el tiempo ha transcurrido más rápido, o más lento, de lo que ha transcurrido en realidad.

¿Es más amable la gente con los guapos?

¿Se porta la gente mejor con quienes son guapos? Hace tiempo hablamos por aquí sobre la importancia de la belleza y del buen aspecto a la hora de conseguir buena predisposición por parte de terceros para ayudarnos.

Percepción del tiempo (II)

La siguiente entrada ha sido escrita por Leyre Castro, una profesora de la Universidad de Iowa que amablemente nos ha ofrecido su contribución, al hilo del post que inició Héctor sobre la percepción del tiempo.


ResearchBlogging.orgPercibimos colores, sonidos y sabores gracias a los sentidos de la vista, el oído y el gusto. Pero no poseemos un sentido específico que nos permita percibir el tiempo. Por tanto, parece que debemos estimar el tiempo a partir de la percepción de otras cosas. La idea más extendida es que no percibimos el tiempo en sí, sino cambios o sucesos que ocurren en un determinado tiempo. Sin hechos externos, estimar el tiempo se convierte en una tarea complicada. Que se lo pregunten si no a Jean Paul Mairetet.

1966. Sur de Francia. Una cueva a 70 metros de profundidad. Mairetet, de 24 años, pasa 6 meses, asumimos que voluntariamente, en tal entorno. Eso sí, la cueva es "espaciosa", y Mairetet dispone de "cama, comida y luz eléctrica". No se trata de una extravagancia francesa, sino de un estudio sobre ritmos circadianos y regulación fisiológica en condiciones de aislamiento. El investigador Paul Fraisse decidió que era una buena oportunidad para también indagar en cómo se percibe el tiempo en tales condiciones. Malamente, fue su conclusión. Por ejemplo, la duración media del tiempo pasado entre el despertar y la comida, Mairetet la estimó en 4 horas, 40 minutos cuando la duración media real fue 10 horas, 26 minutos.

Jugando a ser Patrick Jane otra vez

Sí, y de paso haciendo una reflexión de lo que es el estudio del comportamiento. El comportamiento humano es en cierto modo impredecible. No somos todos iguales, y por lo tanto no resulta fácil predecir de forma exacta lo que una persona hará. Sin embargo, eso no quiere decir que no podamos jugar con probabilidades, y conocer lo que es probable que una persona haga. Es más, conocer algunos aspectos que pueden ser comunes a multitud de personas.

Percepción del tiempo

El otro día estuve dándole vueltas a algo que seguro os resulta familiar. Os lo cuento en unas pocas palabras…

Piensa, piensa, piensa en mí...

Piensa, piensa. Piensa en lo primero que te venga a la cabeza, pero no me lo digas. Ummm, ummm, ummm. ¿Alguna vez habéis jugado a algo parecido? Escribiendo esto me siento como “El Mentalista”, jejeje. Voy a empezar esta entrada con un juego divertido, uno que podéis hacer aquí durante la lectura de esta entrada, y que os servirá además para tiraros el rollo con algún ligue simulando ser como Patrick Jane. Si lo queréis probar por vosotros mismos, id en busca de bolígrafo y papel. Luego, después de leer la entrada por completo, será demasiado tarde para probar.

El "tacto háptico-dinámico": No tengo poderes paranormales

 ¿Creéis que seríais capaces de percibir la forma de un objeto sin verlo ni tocarlo?

Es 1990 y acabo de entrar en el laboratorio del profesor Michael Turvey*. Me siento junto a un panel vertical que oculta mi mano derecha. Con esa mano, invisible para mí, sostengo el extremo de una varilla de madera. Me dicen que en el otro extremo de la varilla hay pegada una figura geométrica (un cono, una semiesfera, un paralelepípedo, una pirámide o un cilindro), como si la varilla fuera un asa o un mango. Se me permite mover la muñeca para agitar la varilla en cualquier dirección, pero sin soltarla ni tocarla con ninguna otra parte del cuerpo. Ahora el experimentador me pide que adivine la forma de esa figura que estoy sujetando a través de la varilla y que no estoy autorizado a ver ni tocar. Estoy a punto de replicar que es imposible saberlo, pero finalmente decido dejarme llevar por la intuición: "Es un cono". El experimentador toma nota de mi respuesta, al tiempo que alguien reemplaza el objeto por otro aparentemente similar y el proceso se inicia de nuevo. Después de una serie de ensayos como éste, me quedo de piedra cuando el experimento termina y compruebo que mis intuiciones han sido extraordinariamente acertadas. Ahí están los objetos que no podía ver ni tocar (solamente sujetar), tal y como los había imaginado: Un cono, una semiesfera, una pirámide cuadrangular... Un escalofrío me sacude levemente. Nunca lo había sospechado hasta ahora, pero ¿y si resulta que tengo un don especial? Una tasa de acierto tan sobresaliente no puede ser efecto del azar.

Efectivamente, no lo es. Aquí termina la dramatización. No, ningún participante de este curioso estudio (Burton, Turvey y Solomon, 1990) tenía poderes paranormales. De hecho, la explicación para este fenómeno tan portentoso e intrigante no puede ser más mundanal y cotidiana. Os invito a leer este post para entender cómo es posible este aparente milagro.

Vitalismo y supersticiones



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Si preguntamos a un niño acerca de cómo cree que funciona el mundo a su alrededor, es probable que nos llevemos algunas divertidas sorpresas. Por ejemplo, podemos descubrir que, para el pequeño, cuando llueve es "porque las nubes lo quieren", o que la luna "aparece cada noche para observar la ciudad". Este tipo de aserciones fantásticas y que a menudo mueven a la sonrisa consisten en la atribución de características típicas de los seres vivos e inteligentes (como por ejemplo tener voluntad propia, o sentimientos) a entidades inanimadas (como las nubes, o la luna). Los antropólogos han convenido llamar a este tipo de creencias "vitalismo" o "animismo" (cuidado, en español la primera palabra tiene un significado más amplio que la segunda).
Cuando son pequeños, los niños desconocen o no pueden comprender aún cuáles son los mecanismos que producen los la lluvia o el movimiento de los astros, y muchos fenómenos naturales y físicos de orden cotidiano. Por esa razón inventan explicaciones que a los adultos nos parecen fantasiosas. Se trata de un estadio normal en el proceso de maduración infantil: conforme se van acostumbrando a estos fenómenos naturales y adquieren capacidades y conocimientos, los niños tienden a abandonar la tendencia al animismo en favor de explicaciones de más consistencia científica (aquí procede citar el trabajo de Piaget, 1929, sobre el desarrollo intelectual). Para ser más claro, los niños, al llegar a cierto punto de desarrollo, establecen distintas categorías de entidades reales (seres vivos, artefactos inventados por el hombre, entidades inertes naturales...) y reservan el atributo de intencionalidad sólo para algunos seres vivos, concretamente para las personas (y tal vez para algunos animales y artefactos especiales, como una mascota o un robot). Esto supone abandonar la forma primitiva de vitalismo en pro de otra actitud más matizada.