El experimento de Skinner sobre superstición en palomas: una explicación alternativa

Es enormemente conocido el experimento de Skinner sobre “superstición” en palomas. Éste consistía en la presentación, cada 12-15 segundos, de una dosis de comida independientemente de la conducta de los animales. Skinner observó que, tras cierto número de ensayos, las palomas mostraban una serie de conductas repetitivas, que él atribuyó al desarrollo de una superstición. Es decir, la comida habría reforzado alguna conducta emitida aleatoriamente por la paloma en algún momento, de manera que la paloma habría “aprendido” que dicha conducta era la causante del suministro de comida. O, expresado de un modo empírico a la manera de Skinner, debido al emparejamiento entre una respuesta aleatoria y el suministro de comida, se habría incrementado la probabilidad de aparición de dicha respuesta. Este mecanismo fue el origen de un modelo sobre la conducta supersticiosa en seres humanos, y este experimento fue replicado otras veces con sujetos humanos.

Comportamiento humano y seguridad vial

Magia y cerebro (II)

Y seguimos con la segunda parte de la entrada anterior, también sobre ilusionismo y cerebro de la mano de Brainy...

De acuerdo con la evidencia, no existe terapia para cambiar la orientación sexual

En 2007, la Asociación Americana de Psicología (APA; que es para que os hagáis una idea la autoridad en el campo de la psicología aplicada) creó una comisión a la que encargó un estudio acerca de la efectividad de los tratamientos disponibles para cambiar la orientación sexual. Recientemente las conclusiones definitivas del estudio se han hecho públicas: no hay evidencia suficiente, ni en calidad ni en cantidad, para afirmar que la orientación sexual pueda cambiarse por medio de ninguna terapia conocida.
Se ha lanzado un aviso en toda regla a los terapeutas para que, en lugar de esforzarse por cambiar la orientación sexual de sus clientes, encuentren la forma de hacer que éstos se acostumbren a su condición y sean felices con ella. Y también se ha alertado contra los peligros de todo tipo de tratamiento que considere a la homosexualidad como un trastorno o una enfermedad mental. Esta última manifestación por parte de la APA habrá sido bien acogida por al menos una parte del colectivo de homosexuales y transexuales.

Psicología clínica: sigue el culebrón

Para todos aquellos que os preguntéis cómo va todo el tema de la psicología clínica y si finalmente se va a hacer algo además del PIR para que los psicólogos puedan trabajar como clínicos, según las últimas noticias que me llegan del Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos a través del número 44 (agosto-octubre 2009) de la revista Infocop, la cosa sigue sin resolverse. Aunque ya parece que está cerca una solución al problema.




Por lo visto según Infocop, han propuesto un Máster en psicología clínica la Conferencia de Decanos de Facultades de Psicología y la Organización Colegial de Psicólogos. El Máster estaría integrado por 120 créditos. Este Máster se supone que capacitaría tanto legal como técnicamente al psicólogo para ejercer como clínico.
Parece que esto del Máster ha tenido bastante aceptación y ha sido respaldado por lo visto por todos los grupos políticos en el Congreso de los Diputados. Sin embargo la cosa va lenta y queda que la Comisión de Recursos Humanos del Sistema Nacional de Salud lo trate en su orden del día. Aunque parece que se están retrasando…veremos en qué acaba la película.

Fuente de la imagen Wikipedia

Las urracas se miran en el espejo


La urraca, cuyo curioso nombre científico es Pica pica, es un ave de la familia de los Córvidos, siendo una de las más comunes en toda Europa, aunque también podemos encontrarla en Asia, el Norte de África y la Costa Oeste de Norteamérica. La subespecie que habita en la Península Ibérica es la Pica pica mauritanica.
Esta amplia distribución se debe en parte a su poca especialización alimenticia y su dieta omnívora basada en insectos (larvas y adultos de Coleóptera y Lepidóptera), pequeños mamíferos y roedores, lombrices de tierra (Lumbricus sp.), frutos y semillas, ya sean cultivados o silvestres (cereales, leguminosas, frutos secos, bayas, manzanas e higos), carroña, restos de alimentos en los desechos humanos, huevos, polluelos… y cualquier cosa que logren encontrar. No tienen muchos remilgos. Algunas de las costumbres alimenticias de la urraca, especialmente robar en los nidos de otras aves, incluyendo los de perdices, la hacen altamente impopular entre los cazadores haciendo que sea fuertemente perseguida en muchas zonas cinegéticas.