Cada vez que leo acerca de ciertos temas de la psicología social acabo un tanto desasosegado, intranquilo, pues nos revelan algunos aspectos de la naturaleza humana que son desagradables y que preferiríamos, tal vez, no conocer. Pero los científicos, por nuestra curiosidad, tenemos algo de masoquismo y por eso insistimos en volver sobre ese espejo que tan feos nos muestra y diseñar experimentos para profundizar en nuestro escrutinio de ese horrendo reflejo.
Esta vez, la cosa va sobre política, terror, muerte e irracionalidad. Seguro que no es la primera vez que veis juntas estas cuatro palabras ;-)
El terror, la muerte y la política (I)
Publicado por
Fernando Blanco
30 diciembre, 2007
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Etiquetas:
emociones,
política,
psicología social
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¿Para esto sirve la memoria? (III): Meshes para hacer cosas
Ya era hora de retomar el blog, que os tenía muy abandonados. Continúo con mi repaso a la propuesta de Arthur M. Glenberg de la memoria "corporeizada" en su artículo "Para qué sirve la memoria"* (ver entradas anteriores aquí y aquí). En esta entrada vamos a hablar por fin acerca de la memoria, desde un punto de vista funcional y a través del concepto de mesh.
Publicado por
Fernando Blanco
26 diciembre, 2007
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Etiquetas:
embodied cognition,
memoria,
psicología cognitiva
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Buen truco
¿Existirá la telepatía? ¿Podemos adivinar cosas? O aún más sorprendente. ¿Puede nuestro ordenador adivinar nuestro pensamiento? ¿Es nuestro ordenador o alguien usando nuestro ordenador?
Para ver si estas cosas pueden ser ciertas os propongo un pequeño experimento. O debería decir tal vez un juego de magia. Sólo seguid las instrucciones del powerpoint que os enlazo y dejaros llevar por la ilusión. Podéis encontrarlo aquí.
¿Qué tal os ha ido? ¿Cómo habrá podido pasar algo así? Si no te sale tampoco desesperes.
Las ciudades
El truco que habéis probado lo podemos tener en cuenta a la hora de planificar cómo debe de ser una ciudad. Hace poco, estuve de viaje y estando por el casco antiguo creía saber donde estaba (en qué calle me encontraba). Sin embargo, una amiga nuestra que vive allí me sacó pronto de mi error. Y es que había 3 calles iguales que estaban unas cerca de las otras. Qué fácil confundirse así, ¿no?
Hace poco comentaba con una amiga algo parecido. Ella decía que “en estos sitios en que es todo igual siempre se acababa perdiendo”. Pero ¿qué tiene que ver el perderse en una ciudad con el truco que acabamos de probar?
Efecto Von Restorff
Pues tienen en común el efecto Von Restorff. El efecto Von Restorff afirma que “los elementos no similares o incongruentes de un conjunto se recuerdan mejor que los elementos similares”.
¿Vemos por dónde van los tiros? No eran poderes sobrenaturales lo que hemos usado para adivinar la carta del comienzo como todos ya sabéis. Lo que pasó es que aparecieron varias cartas muy similares, lo cual dificulta su memorización gracias a este efecto. Luego se te dice que tu carta ya no está, pero lo que realmente se ha hecho es “cambiar todas las cartas”. Normal que ya no esté.
Lo mismo ocurre en una ciudad. Si todas las calles son iguales o bastante parecidas nos será más difícil orientarnos, que si tenemos puntos claros de referencia. Por eso la psicología ambiental recomienda poner en las ciudades estatuas o símbolos distintivos que permitan una mejor orientación de las personas.
El truco se produce en parte también porque prestamos atención a aquello que es importante para nosotros, y no al resto, con lo que solamente prestamos atención a la carta elegida y no a las demás cartas. Con lo cual, acabamos muchos sin darnos cuenta de que nos han cambiado el resto de cartas.
Esto es todo por hoy. Desearos a tod@s unas felices fiestas y de paso un próspero año 2008.
Saludos
Para ver si estas cosas pueden ser ciertas os propongo un pequeño experimento. O debería decir tal vez un juego de magia. Sólo seguid las instrucciones del powerpoint que os enlazo y dejaros llevar por la ilusión. Podéis encontrarlo aquí.
¿Qué tal os ha ido? ¿Cómo habrá podido pasar algo así? Si no te sale tampoco desesperes.
Las ciudades
El truco que habéis probado lo podemos tener en cuenta a la hora de planificar cómo debe de ser una ciudad. Hace poco, estuve de viaje y estando por el casco antiguo creía saber donde estaba (en qué calle me encontraba). Sin embargo, una amiga nuestra que vive allí me sacó pronto de mi error. Y es que había 3 calles iguales que estaban unas cerca de las otras. Qué fácil confundirse así, ¿no?
Hace poco comentaba con una amiga algo parecido. Ella decía que “en estos sitios en que es todo igual siempre se acababa perdiendo”. Pero ¿qué tiene que ver el perderse en una ciudad con el truco que acabamos de probar?
Efecto Von Restorff
Pues tienen en común el efecto Von Restorff. El efecto Von Restorff afirma que “los elementos no similares o incongruentes de un conjunto se recuerdan mejor que los elementos similares”.
¿Vemos por dónde van los tiros? No eran poderes sobrenaturales lo que hemos usado para adivinar la carta del comienzo como todos ya sabéis. Lo que pasó es que aparecieron varias cartas muy similares, lo cual dificulta su memorización gracias a este efecto. Luego se te dice que tu carta ya no está, pero lo que realmente se ha hecho es “cambiar todas las cartas”. Normal que ya no esté.
Lo mismo ocurre en una ciudad. Si todas las calles son iguales o bastante parecidas nos será más difícil orientarnos, que si tenemos puntos claros de referencia. Por eso la psicología ambiental recomienda poner en las ciudades estatuas o símbolos distintivos que permitan una mejor orientación de las personas.
El truco se produce en parte también porque prestamos atención a aquello que es importante para nosotros, y no al resto, con lo que solamente prestamos atención a la carta elegida y no a las demás cartas. Con lo cual, acabamos muchos sin darnos cuenta de que nos han cambiado el resto de cartas.
Esto es todo por hoy. Desearos a tod@s unas felices fiestas y de paso un próspero año 2008.
Saludos
10 Razones para que investigadores españoles en el extranjero no vuelvan
Un poco pesimista es el texto que sigue, pero me temo que no se le puede objetar gran cosa a sus argumentos, al menos en ciertas áreas de investigación, y creo que a todos nos interesa. Javier Sáez Castresana, director de la Unidad de Biología de Tumores cerebrales de la Universidad de Navarra, describe una desoladora, y ya bien conocida por todos, imagen del panorama laboral del científico español. Bueno, yo creo que por mucha razón que lleve el Dr. Sáez Castresana, que la lleva, la mayoría de nosotros estamos ya curados de espanto. Pasamos temporadas un poco más bajos de ánimo, pero... ¡qué narices! ¿Alguien conoce un trabajo más emocionante que éste? Siempre dije que los científicos somos los últimos románticos que quedan... ¡Disfrutadlo mientras podáis! :-)
El texto original está en Forum Libertas con fecha 16/11/2007, y me entero del asunto vía Ciencia para impacientes.
El texto original está en Forum Libertas con fecha 16/11/2007, y me entero del asunto vía Ciencia para impacientes.
El juego
Vuelve la época de hacer regalos. Los Reyes Magos, Santa y otros personajes vuelven al acecho por estas fechas. Y es que en esta temporada es habitual hacer regalos a los niños. Pero a veces, Santa puede necesitar un poco de ayuda al escoger qué traer. ¿Qué juguete comprar? Si Santa quiere traer regalos adecuados para los niños, tal vez le interesen algunas pautas para escoger uno.
Introducción
Muchas veces se puede tener la tentación de pensar que el jugar de un niño no es algo importante. Es importante el colegio, la academia, los estudios…pero ¿jugar? Eso puede parecernos secundario…
Nada más lejos de la realidad. Jugar es para un niño algo muy importante. Un niño juega para divertirse, sin ningún otro fin. Sin embargo, jugar tiene un gran fin que el niño no conoce: el desarrollo de sus capacidades. Es como si un niño “necesitara desarrollar una serie de capacidades”, y como si esa diversión por jugar existiera precisamente para eso, para fomentar que el niño haga lo que tiene que hacer para desarrollarse. O sea que jugar no sólo es divertido, sino que además es muy importante en el desarrollo del niño.
Los juguetes, como herramientas que permiten al niño disfrutar del juego, son muy importantes en este sentido. Así, es necesario escoger un juguete adecuado. ¿Cómo podemos saber qué juguete puede ser el adecuado? ¿A dónde podemos acudir para informarnos?
¿Cómo informarnos?
Desde el día 11 de diciembre hasta el día 5 de enero (ambos inclusive), en los hipermercados de Grupo Eroski podremos encontrar algo de información. Y es que en los hipermercados de Grupo Eroski, habrá a disposición de los clientes asesores pedagógicos que darán un servicio gratuito de información y asesoramiento personalizado sobre “la elección de juguetes”. Este servicio, lo vienen realizando desde hace algunos años, pero este año tiene algunas novedades. La diferencia fundamental con otros años para el usuario del servicio, es que el asesoramiento será no solamente de juguetes tradicionales, sino también sobre videojuegos y teléfonos móviles. Así que quien quiera informarse lo podrá hacer en los hipermercados del grupo, en las secciones de juguetes o videojuegos.
Podemos encontrar también esta guía en internet. Los juguetes que aparecen en ella, además de cumplir con la normativa, han sido estudiados desde el punto de vista pedagógico. Una herramienta, esta guía, que nos puede ser sin duda de utilidad.
Alguna cosa más
Algunas cosas que nos pueden ayudar a escoger los juguetes las podemos comentar de forma breve:
1) El juguete ha de ser divertido. No podemos comprar algo que el niño no quiera, porque sea pedagógico. El juego es una actividad que el niño realiza porque se divierte. El “motor” del juego es la diversión. Para el niño este es el único fin.
2) El juguete ha de ser seguro. Debe cumplir la normativa. El sello que lo garantiza tiene las letras CE. Además hemos de asegurarnos si el niño tiene menos de 3 años, que el juguete no tenga piezas sueltas que sean pequeñas y se las pueda tragar. Hemos de comprobar también que el juguete venga con normas de seguridad completas y claras, sobre todo si es un juguete eléctrico.
3) Que sea un juguete resistente.
4) No comprar pocos ni demasiados juguetes. Que los niños tengan juguetes es importante, pero un exceso puede provocar cierto desinterés.
5) Debido a que los diferentes juegos estimulan funciones diferentes, tendremos que ofrecerle una cierta variedad. El hecho de que le guste un cierto tipo de juguete, que no nos lleve a hacerle 3 regalos similares.
6) Los juguetes son para chicos y chicas por igual. Aunque los fabricantes y la publicidad vayan dirigidos hacia un sexo u otro, la actividad de jugar es una actividad espontánea, y así hay que entenderla. Así que no hay problema en que los niños jueguen con juguetes de niñas y las niñas con los de niños.
7) Es algo a tener en cuenta, la posibilidad que ofrezca el juego de jugar con los padres, para que los adultos lo compartan con sus hijos.
8) Es positivo que el juguete favorezca el juego con otros niños. ¿Es un juguete para jugar sólo o con otros niños?
9) La edad es algo también muy importante. Según la edad, la forma de jugar es diferente. Por ejemplo, de 0 a 2 años, el tipo de juego fundamental es el de ejercicio. Con este juego, el niño desarrolla sus capacidades sensoriales y motoras. Según crecen aparecen otros tipos de juego. Es necesario que el juego se adapte a la edad del niño, a su madurez y sus intereses. Sino, no sirve de nada. El niño no lo aprovecha, y pierde el interés por el juguete.
Observa
Como solemos hacer aquí, os propongo una pequeña experiencia. Observad a los niños cuando juegan. Si es pequeño veréis cómo practica un juego de ejercicio. Tira cosas, empuja un correpasillos… Según son más mayores empiezan con el juego simbólico. Comienzan a jugar con muñecos, juegan a médicos, dibujan sobre situaciones de la vida. Aparece también el juego de construcción (montar cosas) y los juegos de reglas (juegos complejos con reglas que hay que respetar). A partir de los 11 años el juego simbólico disminuye considerablemente. Veremos que los niños de más de 11 años juegan bastante menos a muñecos por ejemplo.
Todos los tipos de juego nos acompañan durante toda la vida, sin embargo los juegos de reglas son los que más se identifican con el adulto. Los videojuegos, por ejemplo, son todos juegos de reglas. Si os gusta el tema, atentos a “estas cosas”. Seguro que tenéis más de una oportunidad de verlo en el día a día.
Un par de cosas sobre los videojuegos
No voy a hablar tampoco en detalle sobre los videojuegos, pero sí que voy a romper una lanza a favor de los mismos. Un buen videojuego es tan educativo como un buen puzle. En su día nos supieron “vender muy bien” que unos juegos eran educativos y otros no. Pero esto realmente no es así. Y la peor parte se la llevan los videojuegos. Si bien es cierto que hay que usarlos de forma adecuada, un videojuego es algo muy educativo y que ayuda a los niños a estimular su capacidad.
Para más información ya sabéis donde podéis dirigiros. Espero que hagáis un buen regalo,…y que os gusten los que os toquen a vosotros :)
Nota: Algunas cosas dichas en este post hacen referencia al país de publicación (España), como lo referente a los puntos de información y lo referente al sello y normativa de seguridad. Es válido por lo tanto para este país lo dicho sobre el tema en el post. Disculpen las molestias.
Introducción
Muchas veces se puede tener la tentación de pensar que el jugar de un niño no es algo importante. Es importante el colegio, la academia, los estudios…pero ¿jugar? Eso puede parecernos secundario…
Nada más lejos de la realidad. Jugar es para un niño algo muy importante. Un niño juega para divertirse, sin ningún otro fin. Sin embargo, jugar tiene un gran fin que el niño no conoce: el desarrollo de sus capacidades. Es como si un niño “necesitara desarrollar una serie de capacidades”, y como si esa diversión por jugar existiera precisamente para eso, para fomentar que el niño haga lo que tiene que hacer para desarrollarse. O sea que jugar no sólo es divertido, sino que además es muy importante en el desarrollo del niño.
Los juguetes, como herramientas que permiten al niño disfrutar del juego, son muy importantes en este sentido. Así, es necesario escoger un juguete adecuado. ¿Cómo podemos saber qué juguete puede ser el adecuado? ¿A dónde podemos acudir para informarnos?
¿Cómo informarnos?
Desde el día 11 de diciembre hasta el día 5 de enero (ambos inclusive), en los hipermercados de Grupo Eroski podremos encontrar algo de información. Y es que en los hipermercados de Grupo Eroski, habrá a disposición de los clientes asesores pedagógicos que darán un servicio gratuito de información y asesoramiento personalizado sobre “la elección de juguetes”. Este servicio, lo vienen realizando desde hace algunos años, pero este año tiene algunas novedades. La diferencia fundamental con otros años para el usuario del servicio, es que el asesoramiento será no solamente de juguetes tradicionales, sino también sobre videojuegos y teléfonos móviles. Así que quien quiera informarse lo podrá hacer en los hipermercados del grupo, en las secciones de juguetes o videojuegos.
Podemos encontrar también esta guía en internet. Los juguetes que aparecen en ella, además de cumplir con la normativa, han sido estudiados desde el punto de vista pedagógico. Una herramienta, esta guía, que nos puede ser sin duda de utilidad.
Alguna cosa más
Algunas cosas que nos pueden ayudar a escoger los juguetes las podemos comentar de forma breve:
1) El juguete ha de ser divertido. No podemos comprar algo que el niño no quiera, porque sea pedagógico. El juego es una actividad que el niño realiza porque se divierte. El “motor” del juego es la diversión. Para el niño este es el único fin.
2) El juguete ha de ser seguro. Debe cumplir la normativa. El sello que lo garantiza tiene las letras CE. Además hemos de asegurarnos si el niño tiene menos de 3 años, que el juguete no tenga piezas sueltas que sean pequeñas y se las pueda tragar. Hemos de comprobar también que el juguete venga con normas de seguridad completas y claras, sobre todo si es un juguete eléctrico.
3) Que sea un juguete resistente.
4) No comprar pocos ni demasiados juguetes. Que los niños tengan juguetes es importante, pero un exceso puede provocar cierto desinterés.
5) Debido a que los diferentes juegos estimulan funciones diferentes, tendremos que ofrecerle una cierta variedad. El hecho de que le guste un cierto tipo de juguete, que no nos lleve a hacerle 3 regalos similares.
6) Los juguetes son para chicos y chicas por igual. Aunque los fabricantes y la publicidad vayan dirigidos hacia un sexo u otro, la actividad de jugar es una actividad espontánea, y así hay que entenderla. Así que no hay problema en que los niños jueguen con juguetes de niñas y las niñas con los de niños.
7) Es algo a tener en cuenta, la posibilidad que ofrezca el juego de jugar con los padres, para que los adultos lo compartan con sus hijos.
8) Es positivo que el juguete favorezca el juego con otros niños. ¿Es un juguete para jugar sólo o con otros niños?
9) La edad es algo también muy importante. Según la edad, la forma de jugar es diferente. Por ejemplo, de 0 a 2 años, el tipo de juego fundamental es el de ejercicio. Con este juego, el niño desarrolla sus capacidades sensoriales y motoras. Según crecen aparecen otros tipos de juego. Es necesario que el juego se adapte a la edad del niño, a su madurez y sus intereses. Sino, no sirve de nada. El niño no lo aprovecha, y pierde el interés por el juguete.
Observa
Como solemos hacer aquí, os propongo una pequeña experiencia. Observad a los niños cuando juegan. Si es pequeño veréis cómo practica un juego de ejercicio. Tira cosas, empuja un correpasillos… Según son más mayores empiezan con el juego simbólico. Comienzan a jugar con muñecos, juegan a médicos, dibujan sobre situaciones de la vida. Aparece también el juego de construcción (montar cosas) y los juegos de reglas (juegos complejos con reglas que hay que respetar). A partir de los 11 años el juego simbólico disminuye considerablemente. Veremos que los niños de más de 11 años juegan bastante menos a muñecos por ejemplo.
Todos los tipos de juego nos acompañan durante toda la vida, sin embargo los juegos de reglas son los que más se identifican con el adulto. Los videojuegos, por ejemplo, son todos juegos de reglas. Si os gusta el tema, atentos a “estas cosas”. Seguro que tenéis más de una oportunidad de verlo en el día a día.
Un par de cosas sobre los videojuegos
No voy a hablar tampoco en detalle sobre los videojuegos, pero sí que voy a romper una lanza a favor de los mismos. Un buen videojuego es tan educativo como un buen puzle. En su día nos supieron “vender muy bien” que unos juegos eran educativos y otros no. Pero esto realmente no es así. Y la peor parte se la llevan los videojuegos. Si bien es cierto que hay que usarlos de forma adecuada, un videojuego es algo muy educativo y que ayuda a los niños a estimular su capacidad.
Para más información ya sabéis donde podéis dirigiros. Espero que hagáis un buen regalo,…y que os gusten los que os toquen a vosotros :)
Nota: Algunas cosas dichas en este post hacen referencia al país de publicación (España), como lo referente a los puntos de información y lo referente al sello y normativa de seguridad. Es válido por lo tanto para este país lo dicho sobre el tema en el post. Disculpen las molestias.
Publicado por
Héctor
06 diciembre, 2007
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Etiquetas:
Psicología evolutiva,
relaciones humanas
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Hay que ver Clever
Este post es básicamente para recomendaros que veáis Clever. Es un programa de ciencia que echan los domingos a las seis de la tarde en tele 5.
No es un programa sesudo en el que se den explicaciones muy detalladas sobre ciencia. Es más bien un programa de entretenimiento en el que se hacen pequeñas experiencias y se da una pequeña explicación sobre ellas. Tal y como se haría en un museo de ciencia. Además se hace un concurso entre dos equipos de 2 concursantes cada uno, en el cual los participantes tienen que intentar dar con las respuestas correctas sobre los experimentos. Se plantea un dilema, los equipos responden lo que piensan que va a pasar y se hace el experimento a ver que sucede. Si os entretiene ver cosas sobre ciencia, es un programa interesante.
Yo la verdad es que lo vengo viendo desde que empezó, y la razón principal de que lo recomiende aquí, es que en cada programa ponen uno o dos experimentos relacionados con la psicología. Así que si os gusta la ciencia recreativa y sobre todo la psicología recreativa, en este programa encontraréis seguramente cosas que os interesen. No sé que pondrán a partir de ahora, pero en los 4 o 5 programas que llevan han puesto unas cuantas cosas sobre psicología.
Por ejemplo este domingo, usando un cuarto similar al del aula polivalente de la UD (con un espejo gracias al cual los psicólogos pueden observar sin ser vistos), hicieron el experimento de los bostezos contagiosos. Meten en esta "sala de espera" a un señor cuya única misión es bostezar, y 6 de cada 10 de los que están en la sala bostezan también. Otra prueba que hicieron el domingo es la del efecto Ringelmann.
En otros programas aparecieron más experimentos. En uno, mediante el uso de feromonas consiguieron que un montón de mujeres se quedaran junto a uno de 3 trillizos idénticos que estaban encerrados en cabinas. Hicieron la típica prueba de echarle feromonas a un trillizo de los 3 idénticos, y pidieron a un grupo de mujeres que se pusieran con quien se encontrasen más a gusto. La mayoría (menos 3) se pusieron con el que estaba rociado con feromonas.
También mostraron algunas ilusiones ópticas como las que hemos visto aquí y alguna cosa más. Así que a quien le interese, ya sabe. Domingo a las seis de la tarde en tele 5.
No es un programa sesudo en el que se den explicaciones muy detalladas sobre ciencia. Es más bien un programa de entretenimiento en el que se hacen pequeñas experiencias y se da una pequeña explicación sobre ellas. Tal y como se haría en un museo de ciencia. Además se hace un concurso entre dos equipos de 2 concursantes cada uno, en el cual los participantes tienen que intentar dar con las respuestas correctas sobre los experimentos. Se plantea un dilema, los equipos responden lo que piensan que va a pasar y se hace el experimento a ver que sucede. Si os entretiene ver cosas sobre ciencia, es un programa interesante.
Yo la verdad es que lo vengo viendo desde que empezó, y la razón principal de que lo recomiende aquí, es que en cada programa ponen uno o dos experimentos relacionados con la psicología. Así que si os gusta la ciencia recreativa y sobre todo la psicología recreativa, en este programa encontraréis seguramente cosas que os interesen. No sé que pondrán a partir de ahora, pero en los 4 o 5 programas que llevan han puesto unas cuantas cosas sobre psicología.
Por ejemplo este domingo, usando un cuarto similar al del aula polivalente de la UD (con un espejo gracias al cual los psicólogos pueden observar sin ser vistos), hicieron el experimento de los bostezos contagiosos. Meten en esta "sala de espera" a un señor cuya única misión es bostezar, y 6 de cada 10 de los que están en la sala bostezan también. Otra prueba que hicieron el domingo es la del efecto Ringelmann.
En otros programas aparecieron más experimentos. En uno, mediante el uso de feromonas consiguieron que un montón de mujeres se quedaran junto a uno de 3 trillizos idénticos que estaban encerrados en cabinas. Hicieron la típica prueba de echarle feromonas a un trillizo de los 3 idénticos, y pidieron a un grupo de mujeres que se pusieran con quien se encontrasen más a gusto. La mayoría (menos 3) se pusieron con el que estaba rociado con feromonas.
También mostraron algunas ilusiones ópticas como las que hemos visto aquí y alguna cosa más. Así que a quien le interese, ya sabe. Domingo a las seis de la tarde en tele 5.
¿Pocas luces?
¿Estáis pensando en comprar un coche? ¿Soléis poneros al volante de forma habitual? Entonces tal vez os interesen algunos aspectos relacionados con el tráfico y con la percepción que podrían incluso evitar muertes al volante.
El hecho de conducir, es como muchos otros un comportamiento aprendido. Es una habilidad en la que entran en juego diferentes capacidades cognitivas. Hay muchos aspectos en los que nos podemos centrar, pero en esta ocasión vamos a examinar algunos aspectos de la percepción. ¿Podría ser importante el estudio de la percepción en relación con el tráfico?
Es importante, o por lo menos eso parece. Y es que conocer algunas cosas sobre cómo procesamos la información visual puede venir muy bien. Por ejemplo, a la hora señalizar las carreteras. ¿Alguna vez habéis llegado a un cruce y había “demasiadas” señales? ¿Alguna vez encontrasteis señales verticales y pintadas en el suelo? Y no una, ni dos verticales, sino unas cuantas… Esto es algo que ¡no se debería hacer!. ¿Por qué? Porque es demasiada información como para actuar de forma rápida conforme a lo que nos indique la señal. Cuanto menor número de señales nos encontremos mejor.
De hecho creo que es algo que se intenta conseguir, reducir el número de señales en los puntos donde hay una sobre señalización injustificada.
Bueno, pero eso le corresponde a las autoridades públicas, pero ¿hay algo de lo que nos podamos enterar aquí que podamos hacer nosotros? Alguna cosa igual sí.
Es conocido que los objetos luminosos se suelen ver antes y mejor, ¿no? Sobre todo en sitios poco iluminados. Esa es la razón de que algunas señales sean luminosas y gran parte de la señalización de la carretera tenga elementos reflectantes. Y esa es la razón también de que ahora sea obligatorio llevar chalecos reflectantes al andar por la carretera.
Además es bien conocido que unos colores se ven mejor que otros, sobre todo en condiciones de poca iluminación. Por eso los chalecos reglamentarios son amarillo chillón. Una buena medida que podemos tomar es usar como dice la ley estos chalecos al andar por la carretera de noche (no subestimar su utilidad).
¿Podemos hacer algo más? Los conductores sí. Gran parte de los accidentes de tráfico se producen por no ver a otros coches o no ser visto. Sabiendo que unos colores se ven mejor que otros, si vamos a comprar un coche podemos comprarlo de un color que sea bien visible. Por ejemplo blanco. Aunque el color blanco es un color un poco sucio, creo que el seguro sale más barato. (No estoy seguro, pero creo que por tener menos probabilidad de tener un accidente, el color blanco facilita que el seguro sea más barato. Ante la duda siempre nos podemos informar antes de comprar el coche.)
Otra cosa que podemos hacer también y que es mucho más útil aún, es llevar las luces “de cruce” siempre encendidas, aunque no sea de noche. En muchos países de la UE es obligatorio llevar las luces encendidas todo el día. Aquí puede que pronto lo sea también. Las motos y algunos transportes públicos lo vienen haciendo desde hace tiempo. El problema de llevar las luces siempre encendidas es que se pueden consumir las baterías. Como alternativa se pueden usar las nuevas luces de bajo consumo. Pero lo que nunca deberíamos hacer, es esperar a encender las luces hasta el último momento, cuando anochece o cuando se reduce la visibilidad por lluvia u otras condiciones adversas. Por lo menos en estas condiciones hay que encender las luces de cruce siempre. Hemos de ver y ser vistos.
Parece ser que llevar las luces encendidas 24 horas podría salvar 200 vidas en España al año. En otros países europeos les ha ido bien con la medida. La pregunta es si en España, con todas las horas de sol que hay, sería una medida tan eficiente.
Un compañero ha iniciado una iniciativa ciudadana para concienciar a la gente de lo conveniente que es usar las luces de cruce para ser visto. Quien quiera más información puede entrar aquí. Es la página de este compañero que os menciono. En la misma explican todo con más detalle. Y quien quiera leer estudios que se han hecho sobre el tema puede hacerlo aquí. Y por último enlazar también este vídeo, que se encuentra también en la página que aparece arriba, y que ilustra bastante bien lo dicho.
Saludos y a conducir con cuidado ;)
El hecho de conducir, es como muchos otros un comportamiento aprendido. Es una habilidad en la que entran en juego diferentes capacidades cognitivas. Hay muchos aspectos en los que nos podemos centrar, pero en esta ocasión vamos a examinar algunos aspectos de la percepción. ¿Podría ser importante el estudio de la percepción en relación con el tráfico?
Es importante, o por lo menos eso parece. Y es que conocer algunas cosas sobre cómo procesamos la información visual puede venir muy bien. Por ejemplo, a la hora señalizar las carreteras. ¿Alguna vez habéis llegado a un cruce y había “demasiadas” señales? ¿Alguna vez encontrasteis señales verticales y pintadas en el suelo? Y no una, ni dos verticales, sino unas cuantas… Esto es algo que ¡no se debería hacer!. ¿Por qué? Porque es demasiada información como para actuar de forma rápida conforme a lo que nos indique la señal. Cuanto menor número de señales nos encontremos mejor.
De hecho creo que es algo que se intenta conseguir, reducir el número de señales en los puntos donde hay una sobre señalización injustificada.
Bueno, pero eso le corresponde a las autoridades públicas, pero ¿hay algo de lo que nos podamos enterar aquí que podamos hacer nosotros? Alguna cosa igual sí.
Es conocido que los objetos luminosos se suelen ver antes y mejor, ¿no? Sobre todo en sitios poco iluminados. Esa es la razón de que algunas señales sean luminosas y gran parte de la señalización de la carretera tenga elementos reflectantes. Y esa es la razón también de que ahora sea obligatorio llevar chalecos reflectantes al andar por la carretera.
Además es bien conocido que unos colores se ven mejor que otros, sobre todo en condiciones de poca iluminación. Por eso los chalecos reglamentarios son amarillo chillón. Una buena medida que podemos tomar es usar como dice la ley estos chalecos al andar por la carretera de noche (no subestimar su utilidad).
¿Podemos hacer algo más? Los conductores sí. Gran parte de los accidentes de tráfico se producen por no ver a otros coches o no ser visto. Sabiendo que unos colores se ven mejor que otros, si vamos a comprar un coche podemos comprarlo de un color que sea bien visible. Por ejemplo blanco. Aunque el color blanco es un color un poco sucio, creo que el seguro sale más barato. (No estoy seguro, pero creo que por tener menos probabilidad de tener un accidente, el color blanco facilita que el seguro sea más barato. Ante la duda siempre nos podemos informar antes de comprar el coche.)
Otra cosa que podemos hacer también y que es mucho más útil aún, es llevar las luces “de cruce” siempre encendidas, aunque no sea de noche. En muchos países de la UE es obligatorio llevar las luces encendidas todo el día. Aquí puede que pronto lo sea también. Las motos y algunos transportes públicos lo vienen haciendo desde hace tiempo. El problema de llevar las luces siempre encendidas es que se pueden consumir las baterías. Como alternativa se pueden usar las nuevas luces de bajo consumo. Pero lo que nunca deberíamos hacer, es esperar a encender las luces hasta el último momento, cuando anochece o cuando se reduce la visibilidad por lluvia u otras condiciones adversas. Por lo menos en estas condiciones hay que encender las luces de cruce siempre. Hemos de ver y ser vistos.
Parece ser que llevar las luces encendidas 24 horas podría salvar 200 vidas en España al año. En otros países europeos les ha ido bien con la medida. La pregunta es si en España, con todas las horas de sol que hay, sería una medida tan eficiente.
Un compañero ha iniciado una iniciativa ciudadana para concienciar a la gente de lo conveniente que es usar las luces de cruce para ser visto. Quien quiera más información puede entrar aquí. Es la página de este compañero que os menciono. En la misma explican todo con más detalle. Y quien quiera leer estudios que se han hecho sobre el tema puede hacerlo aquí. Y por último enlazar también este vídeo, que se encuentra también en la página que aparece arriba, y que ilustra bastante bien lo dicho.
Saludos y a conducir con cuidado ;)
Neutralizando al homúnculo
Los que estudiamos en algún momento de nuestra formación las teorías de la percepción humana sin duda hemos oído hablar de los famosos "homúnculos". De hecho, se ha mencionado esta palabra en algún artículo previo en este blog, pero nunca me había detenido a explicar qué es lo que entendemos por "teorías homunculares" y por qué debemos evitarlas a toda costa. Pues bien, ha llegado el momento de rellenar esta pequeña laguna. Hoy me toca hacer de abogado del diablo y desvariar un poquito. Lo haré lo mejor que pueda, aunque no será fácil.
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Fernando Blanco
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historia de la psicología,
percepción,
psicología cognitiva
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La memoria de los pájaros
Artículo original de Miguel Ángel Vadillo y Helena Matute (Universidad de Deusto, Bilbao), escrito en el año 2003.
Los pájaros, exceptuando los que están en jaulas, como los peces, exceptuando los que están en peceras, viven en un mundo inmenso. ¿Cómo podrían sobrevivir sin recordar dónde han estado ya antes, dónde encontrar comida, o qué tipo de peligros les conviene evitar? ¿Se limitan a ir de un sitio a otro al azar, guiados quizás por sus instintos, y a picotear todo aquello que tenga aspecto comestible? ¿Cómo podríamos averiguarlo? Quizá podríamos observar a una serie de pájaros en su medio natural, colocarles una anillas para saber cuáles vuelven a un mismo lugar y con qué frecuencia lo hacen. Pero, ¿sería esto un indicador de que vuelven porque recuerdan el sitio o precisamente un indicador de que vuelven porque ya no recuerdan haber estado allí antes?
Los pájaros, exceptuando los que están en jaulas, como los peces, exceptuando los que están en peceras, viven en un mundo inmenso. ¿Cómo podrían sobrevivir sin recordar dónde han estado ya antes, dónde encontrar comida, o qué tipo de peligros les conviene evitar? ¿Se limitan a ir de un sitio a otro al azar, guiados quizás por sus instintos, y a picotear todo aquello que tenga aspecto comestible? ¿Cómo podríamos averiguarlo? Quizá podríamos observar a una serie de pájaros en su medio natural, colocarles una anillas para saber cuáles vuelven a un mismo lugar y con qué frecuencia lo hacen. Pero, ¿sería esto un indicador de que vuelven porque recuerdan el sitio o precisamente un indicador de que vuelven porque ya no recuerdan haber estado allí antes?
Publicado por
Fernando Blanco
25 noviembre, 2007
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Animales,
Aprendizaje,
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La masa
“Era verano, y estábamos todos disfrutando de unas buenas vacaciones en un campamento en el norte de España. Uno de esos donde los adolescentes pasan el verano. Sí, uno de esos donde se organizan actividades y uno se lo pasa pirata.
El edificio donde residimos durante aquellos 15 días era un viejo caserón. Se parecía bastante a los que salen en las películas de terror. Dada esta circunstancia, a los monitores se les ocurrió organizar un pasaje del terror. Una buena idea, ¿no?
Se organizó un grupo, escogiendo unos chicos al azar, y esos serían los actores del caserón encantado. A los demás nos tocaba la difícil y agotadora tarea de disfrutarlo.
Una vez pasadas unas semanas, ya con todo preparado, llegó la noche de la gran velada. Nos organizaron en grupos pequeños y comenzó la vuelta por todo el caserón.
El caso, es que nada más empezar la atracción, te hacían esperar unos 5 minutos en la más absoluta oscuridad en un cuarto hecho de piedra que era un poco tétrico.
A uno, mientras estábamos allí a oscuras, no se le ocurrió otra cosa que gritar con todas sus fuerzas tras pasar medio minuto. Gritar como si estuviera muy asustado. ¿Os imagináis? Empezaron todos a gritar (sobre todo se oían voces de chicas), y de los cinco minutos que estuvimos allí se pasaron unos 3 minutos gritando :)
El caso es que lo que fue un grito para asustar a la gente de nuestro alrededor, resultó ser un grito que duró 3 minutos…”
Y ¿a qué viene este cuento? Pues viene muy bien para hablar sobre las masas. ¿Qué son las masas? Son agrupaciones de personas con gran número de individuos. Y es que las personas en masa nos comportamos de forma ligeramente diferente. ¿Cómo de diferente? Cuando formamos parte de un “gran grupo” las cosas cambian ligeramente para muchos. Y es que el comportamiento de una masa es en cierta medida arriesgado. La masa pierde el miedo a las consecuencias negativas de sus acciones en gran parte, lo cual es algo muy peligroso. Los individuos están dentro de un “gran grupo”, así que en cierto sentido se encuentran en el anonimato. A esto le añadimos una cierta impulsividad que aparece favorecida en los integrantes de una masa y tenemos una mezcla explosiva. También se da un cierto contagio emocional en los integrantes de la muchedumbre. Por eso es importante no asustar a una masa. No sé donde fue, pero a alguien se le ocurrió gastar una broma pesada gritando en alto la palabra “bomba” en un lugar lleno de gente. La gente empezó a asustarse y hubo quien murió por la broma. ¿Os imagináis lo que tiene que ser eso? Todo el mundo corriendo para salvar su vida…¿O pensáis que alguien se va a acercar a ver si la amenaza es cierta?
En las masas, suelen verse también comportamientos de imitación. El comportamiento de los demás en la masa es imitado, y es además una fuente de información importante.
Aquí podemos ver un vídeo interesante sobre el tema.
Y por cierto, acordándome de este post que escribió Fernando, sobre un tema también de psicología social, he encontrado este vídeo sobre una experiencia en la calle que puede ser interesante para ilustrar lo dicho por él. Este es el vídeo. Afortunadamente no tardan mucho en ayudar a la chica. Aunque también podemos ver quienes pasan de largo…
Bueno, esto es todo para este post. Lo dicho aquí lo podréis observar en alguna ocasión seguramente en el futuro. Al contrario que en otros post, en este por razones evidentes NO PROBÉIS, sólo OBSERVAR cuando ocurra de forma espontánea.
Saludos
El edificio donde residimos durante aquellos 15 días era un viejo caserón. Se parecía bastante a los que salen en las películas de terror. Dada esta circunstancia, a los monitores se les ocurrió organizar un pasaje del terror. Una buena idea, ¿no?
Se organizó un grupo, escogiendo unos chicos al azar, y esos serían los actores del caserón encantado. A los demás nos tocaba la difícil y agotadora tarea de disfrutarlo.
Una vez pasadas unas semanas, ya con todo preparado, llegó la noche de la gran velada. Nos organizaron en grupos pequeños y comenzó la vuelta por todo el caserón.
El caso, es que nada más empezar la atracción, te hacían esperar unos 5 minutos en la más absoluta oscuridad en un cuarto hecho de piedra que era un poco tétrico.
A uno, mientras estábamos allí a oscuras, no se le ocurrió otra cosa que gritar con todas sus fuerzas tras pasar medio minuto. Gritar como si estuviera muy asustado. ¿Os imagináis? Empezaron todos a gritar (sobre todo se oían voces de chicas), y de los cinco minutos que estuvimos allí se pasaron unos 3 minutos gritando :)
El caso es que lo que fue un grito para asustar a la gente de nuestro alrededor, resultó ser un grito que duró 3 minutos…”
Y ¿a qué viene este cuento? Pues viene muy bien para hablar sobre las masas. ¿Qué son las masas? Son agrupaciones de personas con gran número de individuos. Y es que las personas en masa nos comportamos de forma ligeramente diferente. ¿Cómo de diferente? Cuando formamos parte de un “gran grupo” las cosas cambian ligeramente para muchos. Y es que el comportamiento de una masa es en cierta medida arriesgado. La masa pierde el miedo a las consecuencias negativas de sus acciones en gran parte, lo cual es algo muy peligroso. Los individuos están dentro de un “gran grupo”, así que en cierto sentido se encuentran en el anonimato. A esto le añadimos una cierta impulsividad que aparece favorecida en los integrantes de una masa y tenemos una mezcla explosiva. También se da un cierto contagio emocional en los integrantes de la muchedumbre. Por eso es importante no asustar a una masa. No sé donde fue, pero a alguien se le ocurrió gastar una broma pesada gritando en alto la palabra “bomba” en un lugar lleno de gente. La gente empezó a asustarse y hubo quien murió por la broma. ¿Os imagináis lo que tiene que ser eso? Todo el mundo corriendo para salvar su vida…¿O pensáis que alguien se va a acercar a ver si la amenaza es cierta?
En las masas, suelen verse también comportamientos de imitación. El comportamiento de los demás en la masa es imitado, y es además una fuente de información importante.
Aquí podemos ver un vídeo interesante sobre el tema.
Y por cierto, acordándome de este post que escribió Fernando, sobre un tema también de psicología social, he encontrado este vídeo sobre una experiencia en la calle que puede ser interesante para ilustrar lo dicho por él. Este es el vídeo. Afortunadamente no tardan mucho en ayudar a la chica. Aunque también podemos ver quienes pasan de largo…
Bueno, esto es todo para este post. Lo dicho aquí lo podréis observar en alguna ocasión seguramente en el futuro. Al contrario que en otros post, en este por razones evidentes NO PROBÉIS, sólo OBSERVAR cuando ocurra de forma espontánea.
Saludos
Videncia o evidencia
A riesgo de repetirme, como parece ser que el tema de los adivinos es un tema que interesa, he pensado en escribir este post. Algunas de las cosas se han dicho en comentarios del post anterior y otras son nuevas. Espero que os resulte un post entretenido.
Introducción
Parece ser que hay profesionales que aseguran tener la facultad de adivinar el futuro. Es más, aseguran que podrán decirnos cosas sobre nosotros mismos, para que podamos conocernos mejor. Y además lo consiguen solamente con una sesión de…¿media hora?
¿Sorprendente verdad? ¿Y cómo consiguen tales proezas? Pues mirando las líneas de tú mano, mediante una baraja de cartas o mirando la posición de los planetas entre otras. Dependiendo de la disciplina mágica en la que estén curtidos. ¿Podrán realmente hacer algo así? Aquí van algunas reflexiones para compartir sobre este tema que da tanto que hablar. Reflexiones que reflejan mi punto de vista, y a través de las cuales iré intentando buscar explicaciones alternativas a estos “fenómenos mágicos”.
Ilusionismo y poderes mentales
En el post anterior sobre el asunto pudimos ver cómo mediante las técnicas que usan los ilusionistas, se pueden reproducir al menos en apariencia, cosas que hacen quienes afirman poseer “poderes mentales”. De hecho hay una rama del ilusionismo que se dedica a eso. Los ilusionistas la llaman “mentalismo” (no confundir con el significado de esta misma palabra fuera del ámbito del ilusionismo).
No esperamos ver que alguien realmente consiga mover con la mente un objeto, o que adivine “algo” sobre nosotros. Así que el hecho de tener la experiencia de que una persona pueda hacer este tipo de cosas es impresionante. Si uno está acostumbrado a ver las cosas de las que son capaces los prestidigitadores, tal vez nos resulte algo más normal.
Pero fuera de un escenario, alguien que no está familiarizado con los trucos de magia y que sea medianamente crédulo, puede quedar impresionado con un par de trucos sencillos. No olvidemos que “la experiencia es altamente persuasiva”. Si veo que alguien puede “adivinar realmente”, estaré más dispuesto a creer que su habilidad es cierta, que si solamente me lo cuenta.
Cuando estos “trucos” se usan para entretener al personal es algo estupendo. El “pero” viene cuando quien conoce estos métodos, los utiliza en su propio beneficio para hacer creer a otros que lo que están viendo es algo real. Así que aunque lo que presenciemos sea algo que parece real, aprendamos a desconfiar de “los poderes mentales que tienen otros” :)
Estadística
La estadística también puede ser un factor clave. Hay algunas cosas que nos pueden parecer poco probables, pero que realmente no lo son tanto. No sé si será cierto, porque no hice la prueba de comprobarlo, pero como ejemplo servirá. Y es que leí en algún sitio que los hombres, al ser más activos de jóvenes, es muy probable que tengan alguna cicatriz en una de sus dos rodillas por culpa de alguna caída. Así un adivino puede empezar diciendo…”usted tiene una cicatriz en la rodilla, veo que por alguna caída”, y acabar relacionando este hecho con la predicción.
Otro ejemplo que he leído del uso de la estadística, tiene que ver con alguien que salió por la tele por lo visto diciendo a los telespectadores que se concentrasen en “fundir una bombilla en su casa”. Si lo conseguían les pedía que llamasen a la tele. El caso es que se recibieron muchas llamadas de gente que supuestamente había conseguido fundir la bombilla con sus “poderes mentales”.
Pero teniendo en cuenta la cantidad de gente que está viendo el programa, estadísticamente…¿no es normal que se fundan algunas bombillas? :)
Sin irnos a casos tan extremos, podemos apreciar cómo un adivino se sirve de la estadística de forma más frecuente. Por ejemplo, si voy a hacerle una predicción a una persona que vive en Madrid, podré decirle algo así: veo una mujer de piedra sobre un carro, una plaza…sí claro “¡La Cibeles!”. Seguro que si no vives en Madrid tienes menos probabilidades de pasar por allí.
Incluso pueden trabajar con probabilidades asociadas a una edad. El otro día por ejemplo, salió por la tele un profesional echando las cartas. Y la persona que llamaba preguntó por su hija que tendría unos 18 años. Cuando le preguntó a ver si tenía novio, el profesional la contestó que “en alguna persona se había fijado su hija, y que si no lo tiene, está ahí tanteando”. ¡No! Una persona con 18 años que se ha fijado en un chico…¿alguna vez vieron algo parecido?
Y así, de muchas formas, la estadística puede ser un fiel aliado del adivino.
Efecto Barnum o efecto Forer
El efecto Barnum lo pudimos ver en el post anterior. Por lo visto afirmaciones relacionadas con la personalidad que son generales y vagas, y válidas para todo el mundo, al leerlas las asumimos como propias si creemos que van dirigidas a nosotros. Esto es el efecto Forer.
Este efecto puede explicar parte del proceso de la adivinación.
Si lo que nos dicen son cosas positivas de nosotros, estaremos más dispuestos a creérnoslas, al fin y al cabo a nadie le amarga un dulce.
Es importante también que pensemos que esas afirmaciones van dirigidas solamente a nosotros. No es lo mismo el horóscopo para todos los virgo, que una lectura personalizada. Estaremos más dispuestos a creernos lo que nos digan, si nos hacen una lectura personalizada.
A esto le podemos añadir predicciones ambiguas usando un poco de estadística y un poco de lectura fría.
Preguntas que no parecen preguntas
Afirmaciones con cierta musicalidad de pregunta, pero que no parecen serlo, son habituales también entre quienes aseguran leer el futuro. Así nos puede dar la impresión de que adivinan, pero realmente somos nosotros quienes se lo contamos.
Comunicación no verbal y la lectura fría
La comunicación no verbal podría ser usada también por aquellas personas que se dedican a adivinar cosas. En esta excelente página
que nos pasó Awen el Bardo, se puede conocer de forma rápida cómo consiguen los adivinos llevar a cabo la “lectura fría”, técnica usada también por los ilusionistas por cierto.
¿Qué queremos?
No olvidemos también, que es importante lo que la persona quiera. Si uno quiere creer en la astrología, le gusta el tema, es muy probable que le parezca algo excelente.
De hecho para persuadir a alguien, antes que buenos argumentos es mejor tener argumentos que agraden a la persona persuadida.
Y es que a veces lo que “queremos” va antes, y las razones después. Un ejemplo bastante ilustrativo puede ser un partido de fútbol. En numerosas ocasiones podremos ver cómo ante un penalti dudoso, la opinión de las personas depende del equipo al que pertenecen, más que de cualquier apreciación objetiva. Si somos forofos del “equipo de los astrólogos”, puede que incluso nos siente mal que pongan en duda algo tan importante para nosotros.
Buscando pruebas
Parece ser que cuando tenemos “nuestra propia teoría” sobre “lo que sea”, buscamos evidencias que la confirmen y no tanto fallos que la desmientan. Así que si creemos que el adivino “adivina”, buscaremos “aciertos” y no fallos. Además, después no recordaremos las cosas tal y como pasaron. Recordaremos aquellos detalles que confirmaban nuestra hipótesis. Y los que la contradecían, además de no haberles prestado atención, es muy posible que queden olvidados. Además como aparentemente no hay fallos debido a la ambigüedad de las afirmaciones, minimizamos aquello que puede hacernos pensar que estamos equivocados.
Seguramente la distorsión sea bastante mayor de lo que imaginamos. Al final si uno cree, seguramente saldrá diciendo que le adivinaron todo. Y si uno no cree “realmente”, lo más seguro es que salga pensando que todo tiene explicación natural.
Ambigüedad
Aunque esté en cierto sentido implícito al hablar del efecto Barnum, conviene destacar la ambigüedad como algo esencial. Buscando confirmación de las predicciones (algo con lo que relacionarlo) es fácil encontrar algún suceso de entre “todos los que nos ocurran” que pueda encajar bien con una afirmación ambigua. Es pura estadística y búsqueda de algo que encaje. Algo de “todo lo que nos ha pasado” seguro que encaja bien. Las afirmaciones ambiguas permiten encajar precisamente con muchas cosas diferentes, en las que “poder confirmar” la predicción.
Sobre el tarot (centrándonos un poco aquí)
La palabra tarot por lo visto debe de venir del egipcio y significa irónicamente algo así como “camino hacia la verdad”. Hay diferentes disciplinas de adivinación, pero hablaré un poco más sobre ésta. Las demás tienen explicación similar.
¿En que se basa el tarot? El tarot es realmente una teoría seudo científica sobre el inconsciente. Se supone que es el inconsciente del adivino es el que va a conseguir “adivinar”. Las cartas en teoría son un mero instrumento para este fin.
Se supone que el adivino debe barajar las cartas, cosa muy importante en el proceso de adivinación. Y al hacer esto las cartas “no se mueven al azar”. Por lo que comentan los partidarios del tarot, es “nuestro inconsciente” el que al mezclar el mazo ya está adivinando, colocando las cartas de forma inconsciente (es decir, que colocamos las cartas al barajar guiados por nuestro inconsciente: ahí empieza ya la adivinación).
Luego se tiran las cartas y en base a lo que salga y lo que añade nuestro inconsciente al interpretar, conseguiremos una buena adivinación, como los “grandes adivinos”.
Al hacer tiradas encontramos a Forer
A esta bonita teoría le podemos encontrar una explicación alternativa fácilmente con lo anteriormente explicado.
Sin meterme mucho, algunas cosas sobresalientes... Para empezar el significado de cada carta es una afirmación general ambigua, parecidas a las que se hacen en el “efecto Forer”. Las cartas tienen un significado, cada carta uno o dos diferentes. Los significados son afirmaciones ambiguas sobre nuestra personalidad o predicciones ambiguas. Así el adivino, después de hacer una tirada tiene ya unas cuantas cosas para decir, ¿no os parece? Y todas, frases que valdrían para la mayoría.
Hay diferentes tipos de tiradas usando las mismas cartas con los mismos significados. ¿En que se diferencia una tirada de otra? En la forma en que se ponen las cartas encima de la mesa. Por ejemplo, en un tipo de tirada concreta, se ponen 3 cartas en fila, luego debajo otras 3 y más abajo otras 3. O sea 3 filas de 3 cartas cada una. Tenemos 9 cartas con un significado cada una.
Además los lugares en que caen las cartas significan cosas. Así por ejemplo, el primer lugar puede corresponder al “amor”, y la carta que caiga allí nos dirá algo sobre el amor.
¿Saben cuales son las preocupaciones de tipo personal más frecuentes de las personas? Pues amor, trabajo y salud. “Casualmente” en la tirada de 9 cartas que acabo de describir, los 3 primeros lugares representarían amor, trabajo y salud. Ahí caen 3 cartas con un significado cada una, que son frases ambiguas y generales.
La cosa vendría a ser así. Si me cae el as de bastos (que significa comienzo de algo nuevo) en el lugar del amor, el adivino puede empezar: “Estás pensando en alguien (con media pregunta, y depende la reacción…), veo que empiezas a fijarte en alguien, de quien empiezas a sentir algo”.
Y así con nueve frasecitas. El resto se lo podemos dejar a las habilidades del adivino y lo bien que se le dé sacar información.
Críticas a los métodos de los adivinos
Para empezar, preguntar si no les parece una explicación más razonable la alternativa, que el hecho de suponer que realmente tienen “poderes mágicos” estos señores. O la habilidad por ejemplo en el caso del Tarot de interpretar los símbolos desde el subconsciente. Por si esto fuera poco, veamos algunas contradicciones y afirmaciones que se hacen por parte de adivinos.
Según los partidarios de esta disciplina, el tarot es una… “ciencia de la adivinación”. Es curiosa esta postura, porque adivinar es según el RAE:
“Predecir lo futuro o descubrir lo oculto, por medio de agüeros o sortilegios”
O sea que viene a ser predecir el futuro mediante la videncia; es decir, predecir hechos por sí mismos. Porque a uno le vienen a la cabeza o algo así. Eso no tiene nada que ver con la ciencia que se basa en la experimentación.
O sea que es una contradicción en sí misma. Por una parte los partidarios de este tipo de cosas rechazan hacer experimentos y por otra llaman a sus disciplinas “ciencias ocultas”. ¡Y tan ocultas!
Por si eso no fuera suficiente podemos encontrar en esta página la declaración de un señor que se dedicaba a hacer “lectura fría” en una línea telefónica de pago. Es especialmente interesante lo que cuenta este señor.
No solamente se le pueden encontrar explicaciones alternativas más que razonables, sino que además los “principios de la astrología “, entran en conflicto con algunos principios básicos de la física como podemos encontrar aquí.
Y para acabar citaros también este estupendo post sobre astrología donde dan muy buenas razones para decir que no a esta disciplina.
Conclusión
Quien propone un método nuevo para prestar un servicio a la sociedad, tiene la responsabilidad de demostrar que lo que ofrece funciona “realmente”. ¿Los adivinos lo hacen? No veo ningún interés por parte de los adivinos en hacer nada de esto. Pero no se duda al decir que el tarot o la astrología son ciencias, cuando precisamente la ciencia se basa en la evidencia.
Existen explicaciones alternativas muy ilustrativas de lo que hacen los adivinos sin tener que recurrir a la suposición de que realmente adivinan algo. Por si eso fuera poco, algunos supuestos de algunas “ciencias ocultas” contradicen principios elementales de la física.
¿Qué garantías hay de que realmente “adivinen”? La respuesta es ninguna. Es posible que no podamos demostrar que el tarot no funciona, pero tampoco podemos demostrar que el Yeti no existe. Ahora, ante la siguiente pregunta… ¿Qué garantías dan los adivinos? La respuesta es ninguna. ¿Qué explicación les parece más probable? Probablemente en la mayoría de los casos (seguramente todos), lo que ocurre entre el adivino y el cliente es producto de la imaginación del cliente, y puede que también de la del adivino (ya que es posible que el adivino se crea también que su método funciona aun sin ser así realmente).
Introducción
Parece ser que hay profesionales que aseguran tener la facultad de adivinar el futuro. Es más, aseguran que podrán decirnos cosas sobre nosotros mismos, para que podamos conocernos mejor. Y además lo consiguen solamente con una sesión de…¿media hora?
¿Sorprendente verdad? ¿Y cómo consiguen tales proezas? Pues mirando las líneas de tú mano, mediante una baraja de cartas o mirando la posición de los planetas entre otras. Dependiendo de la disciplina mágica en la que estén curtidos. ¿Podrán realmente hacer algo así? Aquí van algunas reflexiones para compartir sobre este tema que da tanto que hablar. Reflexiones que reflejan mi punto de vista, y a través de las cuales iré intentando buscar explicaciones alternativas a estos “fenómenos mágicos”.
Ilusionismo y poderes mentales
En el post anterior sobre el asunto pudimos ver cómo mediante las técnicas que usan los ilusionistas, se pueden reproducir al menos en apariencia, cosas que hacen quienes afirman poseer “poderes mentales”. De hecho hay una rama del ilusionismo que se dedica a eso. Los ilusionistas la llaman “mentalismo” (no confundir con el significado de esta misma palabra fuera del ámbito del ilusionismo).
No esperamos ver que alguien realmente consiga mover con la mente un objeto, o que adivine “algo” sobre nosotros. Así que el hecho de tener la experiencia de que una persona pueda hacer este tipo de cosas es impresionante. Si uno está acostumbrado a ver las cosas de las que son capaces los prestidigitadores, tal vez nos resulte algo más normal.
Pero fuera de un escenario, alguien que no está familiarizado con los trucos de magia y que sea medianamente crédulo, puede quedar impresionado con un par de trucos sencillos. No olvidemos que “la experiencia es altamente persuasiva”. Si veo que alguien puede “adivinar realmente”, estaré más dispuesto a creer que su habilidad es cierta, que si solamente me lo cuenta.
Cuando estos “trucos” se usan para entretener al personal es algo estupendo. El “pero” viene cuando quien conoce estos métodos, los utiliza en su propio beneficio para hacer creer a otros que lo que están viendo es algo real. Así que aunque lo que presenciemos sea algo que parece real, aprendamos a desconfiar de “los poderes mentales que tienen otros” :)
Estadística
La estadística también puede ser un factor clave. Hay algunas cosas que nos pueden parecer poco probables, pero que realmente no lo son tanto. No sé si será cierto, porque no hice la prueba de comprobarlo, pero como ejemplo servirá. Y es que leí en algún sitio que los hombres, al ser más activos de jóvenes, es muy probable que tengan alguna cicatriz en una de sus dos rodillas por culpa de alguna caída. Así un adivino puede empezar diciendo…”usted tiene una cicatriz en la rodilla, veo que por alguna caída”, y acabar relacionando este hecho con la predicción.
Otro ejemplo que he leído del uso de la estadística, tiene que ver con alguien que salió por la tele por lo visto diciendo a los telespectadores que se concentrasen en “fundir una bombilla en su casa”. Si lo conseguían les pedía que llamasen a la tele. El caso es que se recibieron muchas llamadas de gente que supuestamente había conseguido fundir la bombilla con sus “poderes mentales”.
Pero teniendo en cuenta la cantidad de gente que está viendo el programa, estadísticamente…¿no es normal que se fundan algunas bombillas? :)
Sin irnos a casos tan extremos, podemos apreciar cómo un adivino se sirve de la estadística de forma más frecuente. Por ejemplo, si voy a hacerle una predicción a una persona que vive en Madrid, podré decirle algo así: veo una mujer de piedra sobre un carro, una plaza…sí claro “¡La Cibeles!”. Seguro que si no vives en Madrid tienes menos probabilidades de pasar por allí.
Incluso pueden trabajar con probabilidades asociadas a una edad. El otro día por ejemplo, salió por la tele un profesional echando las cartas. Y la persona que llamaba preguntó por su hija que tendría unos 18 años. Cuando le preguntó a ver si tenía novio, el profesional la contestó que “en alguna persona se había fijado su hija, y que si no lo tiene, está ahí tanteando”. ¡No! Una persona con 18 años que se ha fijado en un chico…¿alguna vez vieron algo parecido?
Y así, de muchas formas, la estadística puede ser un fiel aliado del adivino.
Efecto Barnum o efecto Forer
El efecto Barnum lo pudimos ver en el post anterior. Por lo visto afirmaciones relacionadas con la personalidad que son generales y vagas, y válidas para todo el mundo, al leerlas las asumimos como propias si creemos que van dirigidas a nosotros. Esto es el efecto Forer.
Este efecto puede explicar parte del proceso de la adivinación.
Si lo que nos dicen son cosas positivas de nosotros, estaremos más dispuestos a creérnoslas, al fin y al cabo a nadie le amarga un dulce.
Es importante también que pensemos que esas afirmaciones van dirigidas solamente a nosotros. No es lo mismo el horóscopo para todos los virgo, que una lectura personalizada. Estaremos más dispuestos a creernos lo que nos digan, si nos hacen una lectura personalizada.
A esto le podemos añadir predicciones ambiguas usando un poco de estadística y un poco de lectura fría.
Preguntas que no parecen preguntas
Afirmaciones con cierta musicalidad de pregunta, pero que no parecen serlo, son habituales también entre quienes aseguran leer el futuro. Así nos puede dar la impresión de que adivinan, pero realmente somos nosotros quienes se lo contamos.
Comunicación no verbal y la lectura fría
La comunicación no verbal podría ser usada también por aquellas personas que se dedican a adivinar cosas. En esta excelente página
que nos pasó Awen el Bardo, se puede conocer de forma rápida cómo consiguen los adivinos llevar a cabo la “lectura fría”, técnica usada también por los ilusionistas por cierto.
¿Qué queremos?
No olvidemos también, que es importante lo que la persona quiera. Si uno quiere creer en la astrología, le gusta el tema, es muy probable que le parezca algo excelente.
De hecho para persuadir a alguien, antes que buenos argumentos es mejor tener argumentos que agraden a la persona persuadida.
Y es que a veces lo que “queremos” va antes, y las razones después. Un ejemplo bastante ilustrativo puede ser un partido de fútbol. En numerosas ocasiones podremos ver cómo ante un penalti dudoso, la opinión de las personas depende del equipo al que pertenecen, más que de cualquier apreciación objetiva. Si somos forofos del “equipo de los astrólogos”, puede que incluso nos siente mal que pongan en duda algo tan importante para nosotros.
Buscando pruebas
Parece ser que cuando tenemos “nuestra propia teoría” sobre “lo que sea”, buscamos evidencias que la confirmen y no tanto fallos que la desmientan. Así que si creemos que el adivino “adivina”, buscaremos “aciertos” y no fallos. Además, después no recordaremos las cosas tal y como pasaron. Recordaremos aquellos detalles que confirmaban nuestra hipótesis. Y los que la contradecían, además de no haberles prestado atención, es muy posible que queden olvidados. Además como aparentemente no hay fallos debido a la ambigüedad de las afirmaciones, minimizamos aquello que puede hacernos pensar que estamos equivocados.
Seguramente la distorsión sea bastante mayor de lo que imaginamos. Al final si uno cree, seguramente saldrá diciendo que le adivinaron todo. Y si uno no cree “realmente”, lo más seguro es que salga pensando que todo tiene explicación natural.
Ambigüedad
Aunque esté en cierto sentido implícito al hablar del efecto Barnum, conviene destacar la ambigüedad como algo esencial. Buscando confirmación de las predicciones (algo con lo que relacionarlo) es fácil encontrar algún suceso de entre “todos los que nos ocurran” que pueda encajar bien con una afirmación ambigua. Es pura estadística y búsqueda de algo que encaje. Algo de “todo lo que nos ha pasado” seguro que encaja bien. Las afirmaciones ambiguas permiten encajar precisamente con muchas cosas diferentes, en las que “poder confirmar” la predicción.
Sobre el tarot (centrándonos un poco aquí)
La palabra tarot por lo visto debe de venir del egipcio y significa irónicamente algo así como “camino hacia la verdad”. Hay diferentes disciplinas de adivinación, pero hablaré un poco más sobre ésta. Las demás tienen explicación similar.
¿En que se basa el tarot? El tarot es realmente una teoría seudo científica sobre el inconsciente. Se supone que es el inconsciente del adivino es el que va a conseguir “adivinar”. Las cartas en teoría son un mero instrumento para este fin.
Se supone que el adivino debe barajar las cartas, cosa muy importante en el proceso de adivinación. Y al hacer esto las cartas “no se mueven al azar”. Por lo que comentan los partidarios del tarot, es “nuestro inconsciente” el que al mezclar el mazo ya está adivinando, colocando las cartas de forma inconsciente (es decir, que colocamos las cartas al barajar guiados por nuestro inconsciente: ahí empieza ya la adivinación).
Luego se tiran las cartas y en base a lo que salga y lo que añade nuestro inconsciente al interpretar, conseguiremos una buena adivinación, como los “grandes adivinos”.
Al hacer tiradas encontramos a Forer
A esta bonita teoría le podemos encontrar una explicación alternativa fácilmente con lo anteriormente explicado.
Sin meterme mucho, algunas cosas sobresalientes... Para empezar el significado de cada carta es una afirmación general ambigua, parecidas a las que se hacen en el “efecto Forer”. Las cartas tienen un significado, cada carta uno o dos diferentes. Los significados son afirmaciones ambiguas sobre nuestra personalidad o predicciones ambiguas. Así el adivino, después de hacer una tirada tiene ya unas cuantas cosas para decir, ¿no os parece? Y todas, frases que valdrían para la mayoría.
Hay diferentes tipos de tiradas usando las mismas cartas con los mismos significados. ¿En que se diferencia una tirada de otra? En la forma en que se ponen las cartas encima de la mesa. Por ejemplo, en un tipo de tirada concreta, se ponen 3 cartas en fila, luego debajo otras 3 y más abajo otras 3. O sea 3 filas de 3 cartas cada una. Tenemos 9 cartas con un significado cada una.
Además los lugares en que caen las cartas significan cosas. Así por ejemplo, el primer lugar puede corresponder al “amor”, y la carta que caiga allí nos dirá algo sobre el amor.
¿Saben cuales son las preocupaciones de tipo personal más frecuentes de las personas? Pues amor, trabajo y salud. “Casualmente” en la tirada de 9 cartas que acabo de describir, los 3 primeros lugares representarían amor, trabajo y salud. Ahí caen 3 cartas con un significado cada una, que son frases ambiguas y generales.
La cosa vendría a ser así. Si me cae el as de bastos (que significa comienzo de algo nuevo) en el lugar del amor, el adivino puede empezar: “Estás pensando en alguien (con media pregunta, y depende la reacción…), veo que empiezas a fijarte en alguien, de quien empiezas a sentir algo”.
Y así con nueve frasecitas. El resto se lo podemos dejar a las habilidades del adivino y lo bien que se le dé sacar información.
Críticas a los métodos de los adivinos
Para empezar, preguntar si no les parece una explicación más razonable la alternativa, que el hecho de suponer que realmente tienen “poderes mágicos” estos señores. O la habilidad por ejemplo en el caso del Tarot de interpretar los símbolos desde el subconsciente. Por si esto fuera poco, veamos algunas contradicciones y afirmaciones que se hacen por parte de adivinos.
Según los partidarios de esta disciplina, el tarot es una… “ciencia de la adivinación”. Es curiosa esta postura, porque adivinar es según el RAE:
“Predecir lo futuro o descubrir lo oculto, por medio de agüeros o sortilegios”
O sea que viene a ser predecir el futuro mediante la videncia; es decir, predecir hechos por sí mismos. Porque a uno le vienen a la cabeza o algo así. Eso no tiene nada que ver con la ciencia que se basa en la experimentación.
O sea que es una contradicción en sí misma. Por una parte los partidarios de este tipo de cosas rechazan hacer experimentos y por otra llaman a sus disciplinas “ciencias ocultas”. ¡Y tan ocultas!
Por si eso no fuera suficiente podemos encontrar en esta página la declaración de un señor que se dedicaba a hacer “lectura fría” en una línea telefónica de pago. Es especialmente interesante lo que cuenta este señor.
No solamente se le pueden encontrar explicaciones alternativas más que razonables, sino que además los “principios de la astrología “, entran en conflicto con algunos principios básicos de la física como podemos encontrar aquí.
Y para acabar citaros también este estupendo post sobre astrología donde dan muy buenas razones para decir que no a esta disciplina.
Conclusión
Quien propone un método nuevo para prestar un servicio a la sociedad, tiene la responsabilidad de demostrar que lo que ofrece funciona “realmente”. ¿Los adivinos lo hacen? No veo ningún interés por parte de los adivinos en hacer nada de esto. Pero no se duda al decir que el tarot o la astrología son ciencias, cuando precisamente la ciencia se basa en la evidencia.
Existen explicaciones alternativas muy ilustrativas de lo que hacen los adivinos sin tener que recurrir a la suposición de que realmente adivinan algo. Por si eso fuera poco, algunos supuestos de algunas “ciencias ocultas” contradicen principios elementales de la física.
¿Qué garantías hay de que realmente “adivinen”? La respuesta es ninguna. Es posible que no podamos demostrar que el tarot no funciona, pero tampoco podemos demostrar que el Yeti no existe. Ahora, ante la siguiente pregunta… ¿Qué garantías dan los adivinos? La respuesta es ninguna. ¿Qué explicación les parece más probable? Probablemente en la mayoría de los casos (seguramente todos), lo que ocurre entre el adivino y el cliente es producto de la imaginación del cliente, y puede que también de la del adivino (ya que es posible que el adivino se crea también que su método funciona aun sin ser así realmente).
Efecto Barnum y otras historias para no dormir
¿Alguna vez habéis leído vuestro horóscopo? A veces parece que acierta, ¿verdad? ¿Funcionará o no funcionará? ¿De verdad se pueden hacer predicciones en la vida usando la astrología?
Yo no os voy a contestar a esta pregunta, pero lo que sí voy a hacer es daros una explicación alternativa. A veces es cierto que puede parecer que el horóscopo “acierta”. Pero nos puede parecer que acierta por otro motivo. Por el efecto Barnum.
¿Qué es el efecto Barnum? Al leer ciertas frases que describen aspectos de la personalidad que son comunes a cualquier persona, es muy posible que los tomemos como propios. Así, estas frases causarán el efecto en mucha gente de asumirlas como propias con facilidad y dar la apariencia de que quien las dijo acertó de lleno al hablar sobre nosotros. Esto es el efecto Barnum. En este vídeo
se hace una demostración excelente de este efecto.
Podéis probar a hacer vosotr@s algo parecido. Haced uso de vuestra imaginación.
La astrología no es lo único que tiene explicaciones alternativas a las que nos ofrecen quienes sacan dinero de aplicar estos métodos pseudo científicos. El mismo autor de este vídeo nos habla de cómo algunos fenómenos de nuestro tiempo como “el poder mental de algunas personas” pueden encontrar explicación en el ilusionismo y la prestidigitación. Aquí tenemos un vídeo muy ilustrativo sobre el tema.
Y es que eso es lo que tiene la ciencia. Que es un buen método para acercarse mejor a la realidad, para poder así buscar explicaciones y utilidad de nuestro conocimiento. Muchas veces se pone en duda que el experimento sea importante para la ciencia. ¿Por qué no usar nuestro conocimiento que nos legó el abuelo de este señor y ya está? Esto es lo que proponen muchos a la vez que proclaman su disciplina como una ciencia. Estos dos vídeos (es uno en 2 partes) nos van ayudar a comprender la importancia que tienen los experimentos en ciencia. Aquí está la parte primera y aquí la segunda.
La conclusión que podemos sacar es muy clara. Nos pueden engañar intencionadamente con ánimo de lucro, con fantasías y cosas que nos prometen y no son ciertas. Además de los engaños intencionados que quieran hacernos para sacarnos el dinero, puede incluso que quien nos proponga una solución a nuestros problemas se crea lo que está haciendo. Y esto, puede que sea así en parte, por no ser conocimiento científico.
Una persona por ejemplo que echa las cartas, poca gente le va a decir abiertamente que se equivoca. Y los que lo dicen, se puede creer que es porque “tienen manía a estas cosas”. Pero los demás, los que están dispuestos creerlo y van a que les echen las cartas, no suelen decirle al que las echa que se ha equivocado. Reflexionan, y esas verdades aplicables a un montón de cosas de su vida, les buscan una correspondencia. Buscan una relación entre lo que les acaban de decir (recordemos barnum), y algo que encaje de lo que hay en su vida. Siempre es fácil encontrar algo. Y si no lo encuentran, bueno…un fallo lo tiene cualquiera. Pero la mayoría de las afirmaciones seguro que encuentran algo con lo que poder relacionarlo. Y como la persona que echa las cartas dé con algo clave, puede que el cliente se emocione. Al final la sensación para el que echa las cartas puede ser la de que su método “funciona de verdad” sin que esto sea realmente así.
O sea que tanto cliente, como la persona que administra el método no científico, pueden ser engañadas y estar jugando a un juego muy peligroso en el que incluso puede haber cosas que perder. La ciencia también se equivoca, pero a través del experimento se consigue un conocimiento más objetivo y se pueden evitar muchas de estas historias para no dormir.
Yo no os voy a contestar a esta pregunta, pero lo que sí voy a hacer es daros una explicación alternativa. A veces es cierto que puede parecer que el horóscopo “acierta”. Pero nos puede parecer que acierta por otro motivo. Por el efecto Barnum.
¿Qué es el efecto Barnum? Al leer ciertas frases que describen aspectos de la personalidad que son comunes a cualquier persona, es muy posible que los tomemos como propios. Así, estas frases causarán el efecto en mucha gente de asumirlas como propias con facilidad y dar la apariencia de que quien las dijo acertó de lleno al hablar sobre nosotros. Esto es el efecto Barnum. En este vídeo
se hace una demostración excelente de este efecto.
Podéis probar a hacer vosotr@s algo parecido. Haced uso de vuestra imaginación.
La astrología no es lo único que tiene explicaciones alternativas a las que nos ofrecen quienes sacan dinero de aplicar estos métodos pseudo científicos. El mismo autor de este vídeo nos habla de cómo algunos fenómenos de nuestro tiempo como “el poder mental de algunas personas” pueden encontrar explicación en el ilusionismo y la prestidigitación. Aquí tenemos un vídeo muy ilustrativo sobre el tema.
Y es que eso es lo que tiene la ciencia. Que es un buen método para acercarse mejor a la realidad, para poder así buscar explicaciones y utilidad de nuestro conocimiento. Muchas veces se pone en duda que el experimento sea importante para la ciencia. ¿Por qué no usar nuestro conocimiento que nos legó el abuelo de este señor y ya está? Esto es lo que proponen muchos a la vez que proclaman su disciplina como una ciencia. Estos dos vídeos (es uno en 2 partes) nos van ayudar a comprender la importancia que tienen los experimentos en ciencia. Aquí está la parte primera y aquí la segunda.
La conclusión que podemos sacar es muy clara. Nos pueden engañar intencionadamente con ánimo de lucro, con fantasías y cosas que nos prometen y no son ciertas. Además de los engaños intencionados que quieran hacernos para sacarnos el dinero, puede incluso que quien nos proponga una solución a nuestros problemas se crea lo que está haciendo. Y esto, puede que sea así en parte, por no ser conocimiento científico.
Una persona por ejemplo que echa las cartas, poca gente le va a decir abiertamente que se equivoca. Y los que lo dicen, se puede creer que es porque “tienen manía a estas cosas”. Pero los demás, los que están dispuestos creerlo y van a que les echen las cartas, no suelen decirle al que las echa que se ha equivocado. Reflexionan, y esas verdades aplicables a un montón de cosas de su vida, les buscan una correspondencia. Buscan una relación entre lo que les acaban de decir (recordemos barnum), y algo que encaje de lo que hay en su vida. Siempre es fácil encontrar algo. Y si no lo encuentran, bueno…un fallo lo tiene cualquiera. Pero la mayoría de las afirmaciones seguro que encuentran algo con lo que poder relacionarlo. Y como la persona que echa las cartas dé con algo clave, puede que el cliente se emocione. Al final la sensación para el que echa las cartas puede ser la de que su método “funciona de verdad” sin que esto sea realmente así.
O sea que tanto cliente, como la persona que administra el método no científico, pueden ser engañadas y estar jugando a un juego muy peligroso en el que incluso puede haber cosas que perder. La ciencia también se equivoca, pero a través del experimento se consigue un conocimiento más objetivo y se pueden evitar muchas de estas historias para no dormir.
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Héctor
16 noviembre, 2007
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ciencia,
escepticismo,
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Roles y la prisión de Stanford
¿Actuamos siempre igual o somos víctimas de las circunstancias? En la búsqueda del conocimiento sobre cómo las circunstancias nos afectan, se hizo una experimento muy llamativo. Tanto que se hizo una película del mismo. Un experimento que es toda una leyenda dentro de las facultades de psicología...
<---Segunda parte del texto --->
Bueno, mientras esperamos en vilo el siguiente post de Fernando, que promete ser muy interesante, voy a poner aquí un comentario sobre un experimento que estuvo rodeado de gran polémica en su día.
Me estoy refiriendo al experimento que llevaron a cabo en la prisión de Stanford. Se hizo en una cárcel "de mentira" que había debajo de la universidad.
Era un experimento para estudiar la influencia de los "roles" en el comportamiento. Un rol es un "papel social", por explicarlo de forma que se entienda bien. Es decir, que un padre, tiene el papel social de padre. Un marido/mujer tiene el papel de marido/mujer. Y en nuestra sociedad, eso significa cumplir con unos requisitos del guión. Por ejemplo, ser fiel con nuestr@ mujer/marido.
Según los diferentes papeles que desempeñemos en las diferentes situaciones, los demás esperarán que cumplamos en parte ese rol socialmente establecido. Así, nuestr@ mujer/marido esperará que seamos fieles con ella/él. En otras culturas, tal vez no lo esperen porque los roles son diferentes.
La cosa no es tan sencilla, tiene bastantes matices. Pero la idea general es esta.
Los investigadores que diseñaron este experimento querían ver hasta que punto los roles tienen influencia en nuestro comportamiento. Y a ellos les llamaba la atención los roles que se daban en las prisiones (guardas y prisioneros).
Así que lo que hicieron fue montar una prisión ficticia. Cogieron estudiantes de la universidad voluntarios para la actividad y tras estudiar que fueran personas clínicamente sanas, asignaron al azar la mitad al grupo de los presos y a la otra mitad al grupo de los guardias.
Los resultados y más detalles sobre el experimento aparecen bastante bien explicados en este video sobre el Experimento de la prisión de Stanford.
Lo cierto es que más que ser una prueba, es una historia para contar, ya que por razones morales no se ha vuelto a repetir. Así que no podemos saber hasta donde llega la influencia real de los roles. Pero lo cierto es que es bastante llamativo este experimento, y da que pensar.
<---Segunda parte del texto --->
Bueno, mientras esperamos en vilo el siguiente post de Fernando, que promete ser muy interesante, voy a poner aquí un comentario sobre un experimento que estuvo rodeado de gran polémica en su día.
Me estoy refiriendo al experimento que llevaron a cabo en la prisión de Stanford. Se hizo en una cárcel "de mentira" que había debajo de la universidad.
Era un experimento para estudiar la influencia de los "roles" en el comportamiento. Un rol es un "papel social", por explicarlo de forma que se entienda bien. Es decir, que un padre, tiene el papel social de padre. Un marido/mujer tiene el papel de marido/mujer. Y en nuestra sociedad, eso significa cumplir con unos requisitos del guión. Por ejemplo, ser fiel con nuestr@ mujer/marido.
Según los diferentes papeles que desempeñemos en las diferentes situaciones, los demás esperarán que cumplamos en parte ese rol socialmente establecido. Así, nuestr@ mujer/marido esperará que seamos fieles con ella/él. En otras culturas, tal vez no lo esperen porque los roles son diferentes.
La cosa no es tan sencilla, tiene bastantes matices. Pero la idea general es esta.
Los investigadores que diseñaron este experimento querían ver hasta que punto los roles tienen influencia en nuestro comportamiento. Y a ellos les llamaba la atención los roles que se daban en las prisiones (guardas y prisioneros).
Así que lo que hicieron fue montar una prisión ficticia. Cogieron estudiantes de la universidad voluntarios para la actividad y tras estudiar que fueran personas clínicamente sanas, asignaron al azar la mitad al grupo de los presos y a la otra mitad al grupo de los guardias.
Los resultados y más detalles sobre el experimento aparecen bastante bien explicados en este video sobre el Experimento de la prisión de Stanford.
Lo cierto es que más que ser una prueba, es una historia para contar, ya que por razones morales no se ha vuelto a repetir. Así que no podemos saber hasta donde llega la influencia real de los roles. Pero lo cierto es que es bastante llamativo este experimento, y da que pensar.
Publicado por
Héctor
11 noviembre, 2007
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personalidad,
psicología social
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¿Para esto sirve la memoria? (II): Por qué los leopardos pueden tener lunares
Continúo (más bien inicio) el repaso por las ideas de A. M. Glenberg* acerca de la función de la memoria y su carácter corporeizado, profundamente ligado a las características del cuerpo físico que la produce y que interacciona con el entorno. En realidad, el alcance de la tesis de Glenberg va más allá del campo de la memoria, sale disparada como un cohete y golpea duramente en el núcleo más inexpugnable de la psicología, donde todavía quedan incluso algunos filósofos de salón debatiendo sin descanso: el asunto de la naturaleza de las representaciones mentales. O sea, qué tenemos en la cabeza exactamente cuando pronunciamos la palabra "sofá", y en qué se diferencia de lo que pensamos cuando decimos "sillón".
Publicado por
Fernando Blanco
09 noviembre, 2007
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embodied cognition,
memoria,
psicología cognitiva
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Semana de la ciencia
Estos días la ciencia está de celebración en diferentes ciudades españolas. Y es que vuelve un año más la "semana de la ciencia".
Podemos informarnos por internet para saber si se celebra en nuestra ciudad y dónde se celebra.
Aquí podemos encontrar un artículo sobre el tema. Se han puesto carpas en las diferentes ciudades o se han habilitado lugares, que hoy se parecen bastante a lo que es un "Museo de ciencia".
En algunas ciudades, empresas tecnológicas enseñan lo que hacen a través de experimentos sencillos. En otras como en Madrid, grandes entidades abren sus puertas para que podamos ver el trabajo que realizan. ¡No os lo perdáis! Enteraros de si se organiza algo en vuestra ciudad y acercaros a echar un vistazo :)
Me pregunto si habrá algo relacionado con la psicología en algún sitio para poder curiosear un poco. Recuerdo que Helena quería organizar algo para ir los del laboratorio y colocar un stand. A ver si un año os animáis Helena y compañía :)
Este año se han sumado a la celebración por lo visto bastantes ciudades. Se celebra en Madrid , Barcelona y las tres capitales vascas entre otras muchas.
En Bilbao han puesto una carpa hasta el día 10 al lado del Arriaga, por si tienes tiempo y ganas Fernando :)
Saludos
Podemos informarnos por internet para saber si se celebra en nuestra ciudad y dónde se celebra.
Aquí podemos encontrar un artículo sobre el tema. Se han puesto carpas en las diferentes ciudades o se han habilitado lugares, que hoy se parecen bastante a lo que es un "Museo de ciencia".
En algunas ciudades, empresas tecnológicas enseñan lo que hacen a través de experimentos sencillos. En otras como en Madrid, grandes entidades abren sus puertas para que podamos ver el trabajo que realizan. ¡No os lo perdáis! Enteraros de si se organiza algo en vuestra ciudad y acercaros a echar un vistazo :)
Me pregunto si habrá algo relacionado con la psicología en algún sitio para poder curiosear un poco. Recuerdo que Helena quería organizar algo para ir los del laboratorio y colocar un stand. A ver si un año os animáis Helena y compañía :)
Este año se han sumado a la celebración por lo visto bastantes ciudades. Se celebra en Madrid , Barcelona y las tres capitales vascas entre otras muchas.
En Bilbao han puesto una carpa hasta el día 10 al lado del Arriaga, por si tienes tiempo y ganas Fernando :)
Saludos
El observador
Hace poco nos contaba Fernando en psicoteca cómo estamos preparados para ver caras en seguida.
La cosa no acaba con las caras.
Lo cierto es que lo que se perciba tiene mucho que ver con el observador. Nuestro cerebro se encarga de procesar la información que recibe de los receptores y darles un sentido. Esto quiere decir que aquello de lo que somos conscientes es una construcción que pretende representar la realidad, sin ser ella misma.
Nuestra percepción se ve influida por el procesamiento que hacemos, debido en parte a nuestra experiencia previa.
Esto queda patente en algunas ilusiones vistas por aquí, como la de la ambulancia. O esta casa que se parece bastante a las que nos quieren endosar a los jóvenes :).
Pero sin duda una ilusión que merece la pena ver es esta que me he encontrado. Esta bailarina giratoria, no gira hacia ninguna dirección concreta. La dirección hacia la que gira depende del observador. De cómo procesa nuestro cerebro la información.
Cuesta cambiar la forma de verla, pero siguiendo las instrucciones que aparecen en este blog podemos verla girar hacia un sentido u otro dependiendo de “nosotros mismos”.
Al principio, la veremos girar en un sentido o en otro. Dicho sentido nos costará cambiarlo, sin embargo podemos lograrlo. ¿Cómo? Aprovechando los momentos de ambigüedad de la figura durante el giro. ¡Suerte y paciencia!
La cosa no acaba con las caras.
Lo cierto es que lo que se perciba tiene mucho que ver con el observador. Nuestro cerebro se encarga de procesar la información que recibe de los receptores y darles un sentido. Esto quiere decir que aquello de lo que somos conscientes es una construcción que pretende representar la realidad, sin ser ella misma.
Nuestra percepción se ve influida por el procesamiento que hacemos, debido en parte a nuestra experiencia previa.
Esto queda patente en algunas ilusiones vistas por aquí, como la de la ambulancia. O esta casa que se parece bastante a las que nos quieren endosar a los jóvenes :).
Pero sin duda una ilusión que merece la pena ver es esta que me he encontrado. Esta bailarina giratoria, no gira hacia ninguna dirección concreta. La dirección hacia la que gira depende del observador. De cómo procesa nuestro cerebro la información.
Cuesta cambiar la forma de verla, pero siguiendo las instrucciones que aparecen en este blog podemos verla girar hacia un sentido u otro dependiendo de “nosotros mismos”.
Al principio, la veremos girar en un sentido o en otro. Dicho sentido nos costará cambiarlo, sin embargo podemos lograrlo. ¿Cómo? Aprovechando los momentos de ambigüedad de la figura durante el giro. ¡Suerte y paciencia!
Comparaciones
En muchas ocasiones comparar puede ser útil. Sin embargo a veces puede hacer que lo bueno, no parezca tan bueno...
Comparar es algo muy natural. ¿Quién no lo ha hecho alguna vez? Lo cierto es que nos gusta comparar. Quien lo hace mejor, quien llega el primero, como de grande es mi coche más que el de mi vecino…
Comparar tiene cierto sentido. No es lo mismo sacar un ocho en un examen si el resto de la clase suspendió, que si el resto sacó sobresaliente.
Y es que compararnos con los demás nos puede dar información. En este caso por ejemplo, sobre nuestro rendimiento y las circunstancias. La nota en sí tiene un cierto valor que se ve influenciado por la comparación de los demás. Así evaluamos las circunstancias, nuestro rendimiento y la nota en función de la situación.
La interpretación que se hace en un caso y en otro es bien distinta.
CONTRASTE PERCEPTIVO
Lo cierto es que el hecho de hacer una comparación puede influir incluso nuestra percepción. En el CD DE PSICOLOGÍA RECREATIVA del laboratorio de la Universidad de Deusto, podemos ver este efecto perceptivo.
Dentro del CD hay que entrar en “la ración era enana”. Así se llama este apartado que muestra como al comparar un objeto con otro en determinadas condiciones puede incluso sufrir una modificación nuestra percepción del tamaño.
HAZ LA PRUEBA CON EL GUSTO
Lo mismo ocurre con otros sentidos como es el gusto. Los contrastes pueden modificar nuestra percepción.
Consigue un tarro de crema de cacao, un yogur azucarado y uno natural. Come una cucharada de yogur natural y luego una de azucarado. ¿Sabe dulce el yogur azucarado?
Ahora come una cucharada de crema de cacao. Justo después come una cucharada de yogur azucarado. ¿Sigue pareciéndote igual de dulce?
PRUEBA CON EL TACTO
Puedes hacer la siguiente prueba con 3 recipientes. En uno pon agua caliente, en otro agua con hielos y en el tercero agua a temperatura ambiente. Mete la mano en el agua caliente y luego en el agua a temperatura ambiente. ¿Parece que está fría?
Ahora mete la mano en el recipiente de agua con hielos y justo después vuelve a meterla en el recipiente con agua a temperatura ambiente. ¿Parece ahora tan fría como antes?
Y A VECES EN NUESTRA VIDA
Y también comparamos en nuestra vida diaria. Me estoy acordando de un programa de la tele. Al final del programa se da una situación, en donde los concursantes están siempre entre dos premios.
Con números. Un concursante puede estar entre llevarse 60000 € o no llevarse nada. Este es un posible desenlace de dicho programa.
Otro posible desenlace es estar a punto de llevarse 60000 € o 600000 €. Son dos desenlaces perfectamente posibles.
Pues bien, aunque la persona se lleve 60000 € seguramente no tendrá la misma reacción cuando estuvo a punto de llevarse los 600000 que cuando estuvo a punto de quedarse sin nada. Y es que los 60000 son mejores o peores depende de con qué se comparen.
LOS VENDEDORES
Dicen que los vendedores usan la comparación en sus ventas. Yo lo cierto es que no encontré a nadie que lo hiciera. He oído historias, pero no he tenido contacto directo.
Un profesor de publicidad nos puso un ejemplo. Nos dijo que un vendedor podría enseñar malos productos y caros para más tarde enseñar un producto algo mejor y más barato. Tal vez se utilice, pero ya digo que no lo he encontrado…
Lo que sí he visto que suelen usar bastante es la comparación implícita. Es decir, que te enseñan un producto que no tiene gran calidad, pero sí parece tenerla por tener ciertas características comunes con otros artículos de mejor calidad. Así al pensar en la calidad y precio de estos productos hacemos una comparación que nos sugerirá el vendedor, con productos conocidos.
UNA REFLEXIÓN FILOSÓFICA SOBRE LA COMPARACIÓN
En muchas ocasiones comparar puede ser útil. Sin embargo en otras no sirve para mucho, y puede hacer que lo que tenemos, aun siendo bueno nos parezca malo. Depende de con qué lo comparemos, de nosotros mismos y la importancia que le demos. Un mensaje de optimismo: apreciemos las cosas que tenemos :)
Editado por Gilgamesh 02-11 a las 23:33.
He corregido unas cuantas erratas y un trozo de código desmandado que se le habían colado al autor.
Comparar es algo muy natural. ¿Quién no lo ha hecho alguna vez? Lo cierto es que nos gusta comparar. Quien lo hace mejor, quien llega el primero, como de grande es mi coche más que el de mi vecino…
Comparar tiene cierto sentido. No es lo mismo sacar un ocho en un examen si el resto de la clase suspendió, que si el resto sacó sobresaliente.
Y es que compararnos con los demás nos puede dar información. En este caso por ejemplo, sobre nuestro rendimiento y las circunstancias. La nota en sí tiene un cierto valor que se ve influenciado por la comparación de los demás. Así evaluamos las circunstancias, nuestro rendimiento y la nota en función de la situación.
La interpretación que se hace en un caso y en otro es bien distinta.
CONTRASTE PERCEPTIVO
Lo cierto es que el hecho de hacer una comparación puede influir incluso nuestra percepción. En el CD DE PSICOLOGÍA RECREATIVA del laboratorio de la Universidad de Deusto, podemos ver este efecto perceptivo.
Dentro del CD hay que entrar en “la ración era enana”. Así se llama este apartado que muestra como al comparar un objeto con otro en determinadas condiciones puede incluso sufrir una modificación nuestra percepción del tamaño.
HAZ LA PRUEBA CON EL GUSTO
Lo mismo ocurre con otros sentidos como es el gusto. Los contrastes pueden modificar nuestra percepción.
Consigue un tarro de crema de cacao, un yogur azucarado y uno natural. Come una cucharada de yogur natural y luego una de azucarado. ¿Sabe dulce el yogur azucarado?
Ahora come una cucharada de crema de cacao. Justo después come una cucharada de yogur azucarado. ¿Sigue pareciéndote igual de dulce?
PRUEBA CON EL TACTO
Puedes hacer la siguiente prueba con 3 recipientes. En uno pon agua caliente, en otro agua con hielos y en el tercero agua a temperatura ambiente. Mete la mano en el agua caliente y luego en el agua a temperatura ambiente. ¿Parece que está fría?
Ahora mete la mano en el recipiente de agua con hielos y justo después vuelve a meterla en el recipiente con agua a temperatura ambiente. ¿Parece ahora tan fría como antes?
Y A VECES EN NUESTRA VIDA
Y también comparamos en nuestra vida diaria. Me estoy acordando de un programa de la tele. Al final del programa se da una situación, en donde los concursantes están siempre entre dos premios.
Con números. Un concursante puede estar entre llevarse 60000 € o no llevarse nada. Este es un posible desenlace de dicho programa.
Otro posible desenlace es estar a punto de llevarse 60000 € o 600000 €. Son dos desenlaces perfectamente posibles.
Pues bien, aunque la persona se lleve 60000 € seguramente no tendrá la misma reacción cuando estuvo a punto de llevarse los 600000 que cuando estuvo a punto de quedarse sin nada. Y es que los 60000 son mejores o peores depende de con qué se comparen.
LOS VENDEDORES
Dicen que los vendedores usan la comparación en sus ventas. Yo lo cierto es que no encontré a nadie que lo hiciera. He oído historias, pero no he tenido contacto directo.
Un profesor de publicidad nos puso un ejemplo. Nos dijo que un vendedor podría enseñar malos productos y caros para más tarde enseñar un producto algo mejor y más barato. Tal vez se utilice, pero ya digo que no lo he encontrado…
Lo que sí he visto que suelen usar bastante es la comparación implícita. Es decir, que te enseñan un producto que no tiene gran calidad, pero sí parece tenerla por tener ciertas características comunes con otros artículos de mejor calidad. Así al pensar en la calidad y precio de estos productos hacemos una comparación que nos sugerirá el vendedor, con productos conocidos.
UNA REFLEXIÓN FILOSÓFICA SOBRE LA COMPARACIÓN
En muchas ocasiones comparar puede ser útil. Sin embargo en otras no sirve para mucho, y puede hacer que lo que tenemos, aun siendo bueno nos parezca malo. Depende de con qué lo comparemos, de nosotros mismos y la importancia que le demos. Un mensaje de optimismo: apreciemos las cosas que tenemos :)
Editado por Gilgamesh 02-11 a las 23:33.
He corregido unas cuantas erratas y un trozo de código desmandado que se le habían colado al autor.
Publicado por
Héctor
02 noviembre, 2007
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¿Para esto sirve la memoria? (I)
Recientemente escribí un post acerca de la perspectiva "corporeizada" de la cognición, que espero que al menos sirviera para que alguien se interesara por el tema tanto como yo. En dicho artículo mencioné reiteradamente el trabajo de Arthur M. Glenberg (por cierto, qué fotos pone este hombre en su web, tiene una pinta de simpático…) en Behavioral and Brain Sciences, con el sugestivo título de "What memory is for" ["Para qué sirve la memoria"]*. Como vi que mi post se alargaba y alargaba y quedaban tantas cosas por decir, me he decidido a volver sobre el tema, pero centrándome esta vez en resumir algo más detalladamente la propuesta de aquel artículo que tanto me llamó la atención. Vamos a saber, por lo tanto, para qué cree Mr. Glenberg que sirve la memoria (y otras cosas), y nos va a llevar un par de posts como mínimo. Con calma.
Publicado por
Fernando Blanco
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El testigo que no hizo nada y el efecto “yo no lo haría”
De nuevo me dispongo a tratar en Psicoteca un tema de actualidad, cosa que no suelo hacer a menudo. Me entristece observar con qué recurrencia el más deleznable racismo sobrevuela las portadas de diarios y los blogs, como ocurrió en el caso del reciente post “Watson contra Watson”. Y si es desagradable ver cómo las tentaciones racistas contaminan las palabras y las opiniones de un brillante científico, peor todavía es cuando esa misma xenofobia se alía con la testosterona y la estulticia para derivar en un acto violento. Hace sólo unos días y tan cerca como en Barcelona, en un tren de cercanías, un animal se entretuvo en maltratar salvajemente a una niña que viajaba en el mismo vagón, por el mero hecho de ser extranjera y estar cerca. Desde que el suceso se hizo público, una grabación en vídeo de la agresión se ha repetido con una saña morbosa cada media hora, en todos los telediarios y en Internet. Y en este tiempo no han parado de oírse voces y comentarios y “yopiensodequés” respecto al asunto, revelando en nuestros periodistas, políticos y tertulianos opiniones a veces menos racionales de lo que nos gustaría.
Watson contra Watson
Estos días ha habido bastante revuelo mediático acerca de unas desagradables declaraciones racistas del premio Nobel James Watson. Prácticamente todos los medios han dedicado al menos un pequeño titular al respecto, y la reacción en la blogosfera ha sido todavía más imponente (Ejemplos: El Pez, BioMaxi). Digamos que yo llego bastante tarde.
Lo que ha sucedido es que el gran genetista, co-descubridor junto con Francis Crick (y la estudiante, injustamente olvidada, Rosalind Franklin) de la estructura del ADN que tan familiar se nos ha hecho ahora, ha abierto la boca para decir, con aplomo, que los “negros son menos inteligentes que los blancos”, y que “cualquiera que haya tenido que trabajar con un negro puede atestiguarlo”. Hay quien defiende al Dr. Watson argumentando que los supuestos exabruptos proceden de una entrevista periodística, y que a saber si donde él dijo equis el entrevistador añadió ceta de su propia cosecha, pero por mi parte no se me hace nada evidente cómo podría haber ocurrido algo así. El racismo de las declaraciones de Watson es inexcusable. Y lo peor no es el prejuicio racista, sino el intento de vestirlo de rigurosidad científica, que por otra parte no cuela. Parece que el dislate ya ha tenido sus consecuencias y el insigne genetista ha sido degradado de sus funciones administrativas en una importante institución de Nueva York, el Centro de Estudios Cold Spring Harbor (lo cual no debe extrañarnos: seguramente lo contrataron por su imagen, la de todo un premio Nobel, y ahora que esa imagen está dañada no quieren verlo relacionado con el centro). Por otro lado, me parece una verdadera pena que, para una de las pocas veces en que los medios generalistas hablan de los científicos, tenga que ser para tratar este poco edificante asunto.
Pero el motivo de mi post es otro bien distinto. Al leer las deposiciones orales del anciano James Watson, no he podido dejar de acordarme del "otro" Watson, John Broadus, el psicólogo. J. B. Watson, considerado hoy el padre del conductismo y en su día un auténtico imán para las mujeres, se hizo famoso con un experimento de condicionamiento emocional que llevó a cabo con su alumna Rosalie Rayner. Me refiero al ya célebre experimento de "Albertito" (1920), que para nuestros estándares éticos actuales es una auténtica barbaridad. Básicamente, lo que mostraron Watson y Rayner es que podían inducir en un bebé, mediante condicionamiento clásico, una fobia adquirida a cualquier objeto que ellos desearan. Hoy nos parece una salvajada, pero en su momento la lectura era bien distinta, y me parece que coloca a J. B. Watson (el psicólogo) en el polo opuesto al que ahora ocupa el genetista James Watson. Me explico a continuación.
Durante principios del S. XX se vivió en Norteamérica una exaltación positivista del descubrimiento científico, que quería aplicarse a diversos ámbitos de la vida. Particularmente, el desarrollo de la biología estaba extendiendo la creencia en que gran parte de las características de los seres humanos son heredadas: la inteligencia, la estatura, la fuerza, la belleza. La Nature, lo innato, triunfa sobre la Nurture, lo aprendido. Las ideas del inglés Francis Galton (primo de Charles Darwin) derivaron en lo que se llamó la eugenesia, que caló fuerte en gran parte de los países occidentales (en Europa y en EE.UU.). La eugenesia consiste en la mejora de la raza humana mediante la selección de los mejores ejemplares, al estilo (guardando las distancias) de la selección darwiniana que opera en el mundo natural. Así se crearon instituciones para recluir, expulsar o esterilizar a los ejemplares "más débiles": inmigrantes de países no anglosajones o nórdicos, "débiles mentales", enfermos. La inversión educativa siguió un elitista sistema, de manera que se concentró en los estudiantes que provenían de una estirpe educada, evitando hacer el gasto en los hijos de las personas sin educación o con retrasos mentales. El razonamiento era el siguiente: si la inteligencia se hereda, entonces es mejor invertir en los estudiantes hijos de abogados o médicos notables, en vez de en los hijos de padres poco inteligentes, o pobres, o de una raza "inferior".
Tal era el panorama durante buena parte del S. XX en EE.UU. Entonces aparece J. B. Watson (el psicólogo) y, tras fundar intelectualmente el conductismo, sorprende con declaraciones como la siguiente:
Es decir, no importa tu linaje genético. Cualquier persona, sean cuales fueren las capacidades intelectuales de sus progenitores, puede llegar a lo más alto (o, como contrapartida, lo más bajo) si recibe la atención adecuada en forma de una educación muy particular basada en el condicionamiento. Mediante las nuevas técnicas de modificación de conducta, tanto el niño blanco como el negro pueden llegar a amar los libros, o aborrecerlos (aquí me acuerdo, también, de aquella fascinante novela, "Un mundo feliz").
Lo que estoy planteando es que, en la escala Nature/Nurture, de lo fundamentalmente hereditario a lo fundamentalmente aprendido, tenemos un Watson en cada polo. El biólogo, poniendo el acento en la genética. El psicólogo, relegando la herencia a favor del aprendizaje y la tabula rasa. No sostengo que ninguno de los dos tenga razón al 100%, pero me parece un apunte interesante para tomar consciencia de ese péndulo histórico que va de un extremo a otro. ¿Dónde lo tenemos hoy?
NOTA: Adelanto la publicación de este post para que no pierda la actualidad.
Imagen alojada en la Wikipedia
Lo que ha sucedido es que el gran genetista, co-descubridor junto con Francis Crick (y la estudiante, injustamente olvidada, Rosalind Franklin) de la estructura del ADN que tan familiar se nos ha hecho ahora, ha abierto la boca para decir, con aplomo, que los “negros son menos inteligentes que los blancos”, y que “cualquiera que haya tenido que trabajar con un negro puede atestiguarlo”. Hay quien defiende al Dr. Watson argumentando que los supuestos exabruptos proceden de una entrevista periodística, y que a saber si donde él dijo equis el entrevistador añadió ceta de su propia cosecha, pero por mi parte no se me hace nada evidente cómo podría haber ocurrido algo así. El racismo de las declaraciones de Watson es inexcusable. Y lo peor no es el prejuicio racista, sino el intento de vestirlo de rigurosidad científica, que por otra parte no cuela. Parece que el dislate ya ha tenido sus consecuencias y el insigne genetista ha sido degradado de sus funciones administrativas en una importante institución de Nueva York, el Centro de Estudios Cold Spring Harbor (lo cual no debe extrañarnos: seguramente lo contrataron por su imagen, la de todo un premio Nobel, y ahora que esa imagen está dañada no quieren verlo relacionado con el centro). Por otro lado, me parece una verdadera pena que, para una de las pocas veces en que los medios generalistas hablan de los científicos, tenga que ser para tratar este poco edificante asunto.
Pero el motivo de mi post es otro bien distinto. Al leer las deposiciones orales del anciano James Watson, no he podido dejar de acordarme del "otro" Watson, John Broadus, el psicólogo. J. B. Watson, considerado hoy el padre del conductismo y en su día un auténtico imán para las mujeres, se hizo famoso con un experimento de condicionamiento emocional que llevó a cabo con su alumna Rosalie Rayner. Me refiero al ya célebre experimento de "Albertito" (1920), que para nuestros estándares éticos actuales es una auténtica barbaridad. Básicamente, lo que mostraron Watson y Rayner es que podían inducir en un bebé, mediante condicionamiento clásico, una fobia adquirida a cualquier objeto que ellos desearan. Hoy nos parece una salvajada, pero en su momento la lectura era bien distinta, y me parece que coloca a J. B. Watson (el psicólogo) en el polo opuesto al que ahora ocupa el genetista James Watson. Me explico a continuación.
Durante principios del S. XX se vivió en Norteamérica una exaltación positivista del descubrimiento científico, que quería aplicarse a diversos ámbitos de la vida. Particularmente, el desarrollo de la biología estaba extendiendo la creencia en que gran parte de las características de los seres humanos son heredadas: la inteligencia, la estatura, la fuerza, la belleza. La Nature, lo innato, triunfa sobre la Nurture, lo aprendido. Las ideas del inglés Francis Galton (primo de Charles Darwin) derivaron en lo que se llamó la eugenesia, que caló fuerte en gran parte de los países occidentales (en Europa y en EE.UU.). La eugenesia consiste en la mejora de la raza humana mediante la selección de los mejores ejemplares, al estilo (guardando las distancias) de la selección darwiniana que opera en el mundo natural. Así se crearon instituciones para recluir, expulsar o esterilizar a los ejemplares "más débiles": inmigrantes de países no anglosajones o nórdicos, "débiles mentales", enfermos. La inversión educativa siguió un elitista sistema, de manera que se concentró en los estudiantes que provenían de una estirpe educada, evitando hacer el gasto en los hijos de las personas sin educación o con retrasos mentales. El razonamiento era el siguiente: si la inteligencia se hereda, entonces es mejor invertir en los estudiantes hijos de abogados o médicos notables, en vez de en los hijos de padres poco inteligentes, o pobres, o de una raza "inferior".
Tal era el panorama durante buena parte del S. XX en EE.UU. Entonces aparece J. B. Watson (el psicólogo) y, tras fundar intelectualmente el conductismo, sorprende con declaraciones como la siguiente:
"Dadme una docena de niños sanos, bien formados, para que los eduque, y yo me comprometo a elegir uno de ellos al azar y adiestrarlo para que se convierta en un especialista de cualquier tipo que yo pueda escoger -médico, abogado, artista, hombre de negocios e incluso mendigo o ladrón-, prescindiendo de su talento, inclinaciones, tendencias, aptitudes, vocaciones y raza de sus antepasados".
Es decir, no importa tu linaje genético. Cualquier persona, sean cuales fueren las capacidades intelectuales de sus progenitores, puede llegar a lo más alto (o, como contrapartida, lo más bajo) si recibe la atención adecuada en forma de una educación muy particular basada en el condicionamiento. Mediante las nuevas técnicas de modificación de conducta, tanto el niño blanco como el negro pueden llegar a amar los libros, o aborrecerlos (aquí me acuerdo, también, de aquella fascinante novela, "Un mundo feliz").
Lo que estoy planteando es que, en la escala Nature/Nurture, de lo fundamentalmente hereditario a lo fundamentalmente aprendido, tenemos un Watson en cada polo. El biólogo, poniendo el acento en la genética. El psicólogo, relegando la herencia a favor del aprendizaje y la tabula rasa. No sostengo que ninguno de los dos tenga razón al 100%, pero me parece un apunte interesante para tomar consciencia de ese péndulo histórico que va de un extremo a otro. ¿Dónde lo tenemos hoy?
NOTA: Adelanto la publicación de este post para que no pierda la actualidad.
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Publicado por
Fernando Blanco
23 octubre, 2007
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Etiquetas:
ciencia,
conductismo,
historia de la psicología
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PERCEPCIÓN DEL SONIDO
¿Para qué sirven nuestros dos oídos? ¿Por qué tenemos dos? ¿Alguien lo sabe? ¿Qué ventaja tiene tener dos?
La respuesta tal vez nos venga al pensar en el murciélago. Un animal que es capaz de moverse en el espacio mediante el sonido. Y es que el sonido nos da información espacial, sobre donde están las cosas.
EXPERIENCIA
Siéntate y cierra los ojos en un lugar con muchos sonidos. ¿Eres capaz de saber de donde proceden los diferentes sonidos con los ojos cerrados?
Y SEGUIMOS…
Sí efectivamente. Como habrás podido comprobar podemos saber en cierta medida, dónde se encuentra “algo” por el sonido. ¿Pueden hacerlo las personas sordas de un oído?
Sí también pueden. Pero tienen dificultades si el sonido no tiene mucha duración. ¿Por qué? Porque necesitan mover ligeramente el oído y tomar dos referencias.
Es el hecho de la diferencia producida entre el efecto del sonido en un oído y en el otro lo que nos permite conocer la situación espacial. Nuestro cerebro “calcula donde deben estar las cosas” por la diferencia de sonido entre nuestros dos oídos, y así lo percibimos.
Un sordo de un oído debe oír una vez, girar un poco la cabeza y escuchar de nuevo.
Así en base a estas dos tomas, nuestro cerebro es capaz de la percepción espacial a través del sonido también.
APLICACIONES
Esto da pie a mejorar la forma de oír a través de diferentes aparatos. Todos conocemos el sistema “mono” de altavoces. Es simplemente sonido a través de un altavoz. Algo más sofisticado sería hablar de sonido stereo. El sonido stereo consiste en grabar el sonido por dos canales independientes. Así al escucharlo, generará en nosotros cierta sensación espacial, ya que hay una pequeña diferencia entre lo que oímos por un oído y por el otro. El stereo se identifica fácilmente por las dos marcas que tiene en vez de una sola en su conector MINI JACK.
Un sistema mucho más sofisticado es la HOLOFONÍA.
Es una ilusión auditiva. Si oímos sonido tal y como si las cosas estuviesen ahí, nuestro cerebro creará una ilusión espacial. Identificará esos sonidos en el espacio y así los percibiremos. ¡Como si estuviesen ahí mismo! Puede que este sea el futuro de los aparatos domésticos que usan auriculares. Desde luego ya me gustaría poder oír mis canciones favoritas con este sistema.
Para conseguir el sonido se usa un muñeco que tiene los micros de grabación a la misma altura donde están nuestros oídos.
Aquí pongo un mismo sonido con las tres técnicas. Juzgar por vosotros mismos cual os gusta más. Para escucharlas hay que usar auriculares y cerrar los ojos mientras lo oímos, ya que el sentido de la vista puede influir en la percepción de los sonidos. Así que ojos cerrados y auriculares. A este sonido se le llama sonido de la caja de cerillas.
VERSIÓN MONO
VERSIÓN STEREO
VERSIÓN HOLOFÓNICA
Y ya puestos os voy a poner también esta página en la que encontraréis fácilmente la espectacular ILUSIÓN DE LA PELUQUERÍA. ¡Es sorprendente! Sobre todo cuando parece que nos ponen una bolsa de plástico cubriendo nuestra cabeza…
Y dedicado a todo el mundo, pero especialmente para los chicos, este maravilloso SUSURRO DE MUJER…
ACTUALIZACIÓN
En el link de holofonía se encuentra este link que voy a poner. Pero como está dentro e igual mucha gente no lo pincha pongo el link directo AQUÍ. Lo pongo porque es importante para quien quiera conocer más concretamente la percepción del espacio a través del sonido. Así entrará más gente a mirarlo supongo...:)
La respuesta tal vez nos venga al pensar en el murciélago. Un animal que es capaz de moverse en el espacio mediante el sonido. Y es que el sonido nos da información espacial, sobre donde están las cosas.
EXPERIENCIA
Siéntate y cierra los ojos en un lugar con muchos sonidos. ¿Eres capaz de saber de donde proceden los diferentes sonidos con los ojos cerrados?
Y SEGUIMOS…
Sí efectivamente. Como habrás podido comprobar podemos saber en cierta medida, dónde se encuentra “algo” por el sonido. ¿Pueden hacerlo las personas sordas de un oído?
Sí también pueden. Pero tienen dificultades si el sonido no tiene mucha duración. ¿Por qué? Porque necesitan mover ligeramente el oído y tomar dos referencias.
Es el hecho de la diferencia producida entre el efecto del sonido en un oído y en el otro lo que nos permite conocer la situación espacial. Nuestro cerebro “calcula donde deben estar las cosas” por la diferencia de sonido entre nuestros dos oídos, y así lo percibimos.
Un sordo de un oído debe oír una vez, girar un poco la cabeza y escuchar de nuevo.
Así en base a estas dos tomas, nuestro cerebro es capaz de la percepción espacial a través del sonido también.
APLICACIONES
Esto da pie a mejorar la forma de oír a través de diferentes aparatos. Todos conocemos el sistema “mono” de altavoces. Es simplemente sonido a través de un altavoz. Algo más sofisticado sería hablar de sonido stereo. El sonido stereo consiste en grabar el sonido por dos canales independientes. Así al escucharlo, generará en nosotros cierta sensación espacial, ya que hay una pequeña diferencia entre lo que oímos por un oído y por el otro. El stereo se identifica fácilmente por las dos marcas que tiene en vez de una sola en su conector MINI JACK.
Un sistema mucho más sofisticado es la HOLOFONÍA.
Es una ilusión auditiva. Si oímos sonido tal y como si las cosas estuviesen ahí, nuestro cerebro creará una ilusión espacial. Identificará esos sonidos en el espacio y así los percibiremos. ¡Como si estuviesen ahí mismo! Puede que este sea el futuro de los aparatos domésticos que usan auriculares. Desde luego ya me gustaría poder oír mis canciones favoritas con este sistema.
Para conseguir el sonido se usa un muñeco que tiene los micros de grabación a la misma altura donde están nuestros oídos.
Aquí pongo un mismo sonido con las tres técnicas. Juzgar por vosotros mismos cual os gusta más. Para escucharlas hay que usar auriculares y cerrar los ojos mientras lo oímos, ya que el sentido de la vista puede influir en la percepción de los sonidos. Así que ojos cerrados y auriculares. A este sonido se le llama sonido de la caja de cerillas.
VERSIÓN MONO
VERSIÓN STEREO
VERSIÓN HOLOFÓNICA
Y ya puestos os voy a poner también esta página en la que encontraréis fácilmente la espectacular ILUSIÓN DE LA PELUQUERÍA. ¡Es sorprendente! Sobre todo cuando parece que nos ponen una bolsa de plástico cubriendo nuestra cabeza…
Y dedicado a todo el mundo, pero especialmente para los chicos, este maravilloso SUSURRO DE MUJER…
ACTUALIZACIÓN
En el link de holofonía se encuentra este link que voy a poner. Pero como está dentro e igual mucha gente no lo pincha pongo el link directo AQUÍ. Lo pongo porque es importante para quien quiera conocer más concretamente la percepción del espacio a través del sonido. Así entrará más gente a mirarlo supongo...:)
El mágico número siete
Siete colores en el arco-iris, siete enanitos intentando ligar con Blancanieves, siete maravillas entre las que no se incluyó a la Alhambra, las siete llaves del guardián al que cantaban Helloween... El número siete tuvo también su protagonismo, desde el punto de vista ya histórico, en la psicología cognitiva, gracias a uno de los artículos con el título más evocador y sexy que he tenido el gusto de leer: “The magical number seven, plus or minus two: Some limits on our capacity for processing information” [El mágico número siete, más o menos dos: Algunos límites en nuestra capacidad de procesar la información], de George A. Miller (1956; no confundir con el otro George Miller). Pero la cosa va más allá de la anécdota con el número siete y su “mágico” influjo en la cognición, pues este artículo supuso uno de los hitos principales en el nacimiento de la psicología cognitiva como disciplina y en la instauración de la fructífera metáfora del cerebro como un ordenador.
Publicado por
Fernando Blanco
19 octubre, 2007
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memoria,
psicología cognitiva
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La revolución “corporeizada”
Empezamos bien, inventando “palabros” o recurriendo a traducciones un tanto carpetovetónicas como la del título del post, pero no se me ocurre nada mejor, y creo que no hay más remedio que recurrir a terminologías un poco extrañas cuando uno se introduce en un campo de estudio relativamente novedoso y no tiene mucho conocimiento aún.
Han pasado ya algunos meses desde que leí el influyente artículo de A. M. Glenberg “What memory is for” [“Para qué sirve la memoria”], que en realidad ha cumplido ya la friolera de diez años (desde su publicación en Behavioral and Brain Sciences en 1997). A través de dicho trabajo, empecé a tomar contacto con una nueva (para mi bisoño punto de vista) forma de abordar el estudio de la mente humana, con un énfasis muy especial en su dimensión corporal y ambiental, y bien enmarcada en la selección natural y la evolución biológica (¡bravo!). Hoy podríamos llamar a esta perspectiva “embodied cognition” (¿cognición “corporeizada”?), y de ahí ese palabro extraño en el título del post. Aquel paper gozó del no tan usual honor de suscitar toda una avalancha de comentarios, críticas y otras reacciones de numerosos personalidades en la psicología cognitiva (recuerdo especialmente un comment del gran Manuel De Vega). Hasta tal punto que estos comentarios acabaron ocupando en la revista una cantidad de páginas muy superior a la del artículo original que los provocó. Entonces, así es como se me presentó, cuando la conocí, la perspectiva de la embodied cognition, envuelta en la polémica. Debo decir que las respuestas de Glenberg a aquellas críticas me parecieron juiciosas y bien argumentadas… ¡al menos tanto como las propias críticas cuando las leí en primer lugar! Pero eso es lo más divertido.
Desde aquel día he estado leyendo frecuentemente acerca del asunto, y puedo decir que, finalmente, el revuelo inicial ha acabado calmándose en gran medida, y la embodied cognition se ha convertido en un campo con cierta estabilidad (link al laboratorio de Embodied cognition de Glenberg), fértil en investigaciones e imaginativo en sus propuestas, si bien el sano escepticismo sigue muy presente en la comunidad científica. En este post me gustaría contaros algunas cosas muy básicas sobre el tema, sólo como introducción, y mencionaré un par de experimentos que me parecen reveladores.
Han pasado ya algunos meses desde que leí el influyente artículo de A. M. Glenberg “What memory is for” [“Para qué sirve la memoria”], que en realidad ha cumplido ya la friolera de diez años (desde su publicación en Behavioral and Brain Sciences en 1997). A través de dicho trabajo, empecé a tomar contacto con una nueva (para mi bisoño punto de vista) forma de abordar el estudio de la mente humana, con un énfasis muy especial en su dimensión corporal y ambiental, y bien enmarcada en la selección natural y la evolución biológica (¡bravo!). Hoy podríamos llamar a esta perspectiva “embodied cognition” (¿cognición “corporeizada”?), y de ahí ese palabro extraño en el título del post. Aquel paper gozó del no tan usual honor de suscitar toda una avalancha de comentarios, críticas y otras reacciones de numerosos personalidades en la psicología cognitiva (recuerdo especialmente un comment del gran Manuel De Vega). Hasta tal punto que estos comentarios acabaron ocupando en la revista una cantidad de páginas muy superior a la del artículo original que los provocó. Entonces, así es como se me presentó, cuando la conocí, la perspectiva de la embodied cognition, envuelta en la polémica. Debo decir que las respuestas de Glenberg a aquellas críticas me parecieron juiciosas y bien argumentadas… ¡al menos tanto como las propias críticas cuando las leí en primer lugar! Pero eso es lo más divertido.
Desde aquel día he estado leyendo frecuentemente acerca del asunto, y puedo decir que, finalmente, el revuelo inicial ha acabado calmándose en gran medida, y la embodied cognition se ha convertido en un campo con cierta estabilidad (link al laboratorio de Embodied cognition de Glenberg), fértil en investigaciones e imaginativo en sus propuestas, si bien el sano escepticismo sigue muy presente en la comunidad científica. En este post me gustaría contaros algunas cosas muy básicas sobre el tema, sólo como introducción, y mencionaré un par de experimentos que me parecen reveladores.
Publicado por
Fernando Blanco
12 octubre, 2007
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embodied cognition,
memoria,
psicología cognitiva
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SABER DE TU OPINIÓN
Hola. Soy Héctor. Abro este post sobre la charla de hoy día 10 de octubre en la Universidad. Lo pongo para que quien quiera pueda dejar su opinión sobre la misma, ¿que os ha parecido lo que os he contado...? Lo cierto, es que entre una cosa y otra no ha dado tiempo a mucho, y tampoco ha ayudado que entrase la tuna a cantar de repente xD
Pues eso, que si se pasa alguien de los presentes, podéis dejarme vuestro comentario con lo que queráis decir.
Y para todos os pongo el enlace del Museo de la Ciencia. Está en los enlaces de este mismo blog, pero os lo pongo aquí para haceroslo más fácil, ya que hemos estado hablando hoy de esto.
Espero que os animéis a pasaros por aquí a menudo y por el museo de la ciencia. Saludos...
Héctor
Pues eso, que si se pasa alguien de los presentes, podéis dejarme vuestro comentario con lo que queráis decir.
Y para todos os pongo el enlace del Museo de la Ciencia. Está en los enlaces de este mismo blog, pero os lo pongo aquí para haceroslo más fácil, ya que hemos estado hablando hoy de esto.
Espero que os animéis a pasaros por aquí a menudo y por el museo de la ciencia. Saludos...
Héctor
APRENDIZAJE OPERANTE
Este es “golfo”. Me estoy refiriendo al perro de la foto. Es el perro de un amigo. Hace poco estuvimos en la playa y observé como mi amigo le había enseñado a su perro a sentarse y a levantar la pata. Justo después le dio una galleta. Esto hizo que se me ocurriera este post.
Un animal, si le recompensamos al realizar una conducta, es probable que la repita. Edward Thorndike formuló lo que se llama la LEY DEL EFECTO.
Viene a decir eso precisamente. Que si a una conducta le siguen consecuencias reforzantes, esa conducta tendrá más probabilidad de repetirse. Sin embargo, si a una conducta le siguen consecuencias aversivas, la conducta tendrá menos posibilidades de volverse a repetir.
Este principio sirve para adiestrar a los animales. Lo podemos ver muy bien en este VIDEO.
Y para quien tenga curiosidad, hay vídeos sobre la caja de Skinner que los psicólogos usan en los procedimientos experimentales: AQUÍ Y AQUÍ.
EXPERIENCIA
Puedes probar tú también con tu mascota. Intenta imitar a la chica del vídeo que adiestra a su perro. ¿Qué resultados obtienes?
También puedes observar cómo se comportan nuestras mascotas. Cómo son capaces de aprender por ellos mismos este tipo de actos…
ALGO MÁS SOBRE APRENDIZAJE INSTRUMENTAL
No sólo los animales cambian su forma de actuar en función de las consecuencias. Las personas también. AQUÍ hay un video muy interesante sobre el aprendizaje y la conducta. Y también tenemos este otro AQUÍ.
Ambos se complementan muy bien. Contienen alguna imprecisión por ser videos antiguos. Pero prácticamente, la totalidad de los videos es correcta. Merece la pena verlos.
ALGUNAS COSAS SOBRE LAS QUE REFLEXIONAR
Imagínate el efecto que pueden tener las siguientes acciones en las siguientes situaciones.
Por ejemplo, unos padres que tienen un hijo adolescente al que no dejan salir por estar castigado. Su hijo se enfada, se pone un poco agresivo y grita. Los padres, viendo que se puede romper el ambiente familiar, al final deciden dejarle salir.
O en una situación de pareja. Imagina que tu pareja se enfada contigo mucho y para disculparte haces algo que agrade mucho a esta persona.
Da que pensar, eh?
SOBRE EL SISTEMA ECONÓMICO
Podemos observar este principio en acción en el funcionamiento de nuestro sistema económico. Hay varias razones para que vayamos a trabajar. Pero una muy importante es que nos pagan. ¿Se te ocurre por qué los comerciales trabajan a comisión?
LAS MÁQUINAS TRAGAPERRAS
Otro ejemplo clásico suele ser el de las máquinas tragaperras. Es curiosa su similitud con la palanca que usan las ratas en “la caja de Skinner”. Es como si fuese una adaptación calcada de la misma en humanos. Sólo que esta máquina está en un bar.
Lo cierto es que es un problema para las personas que tienen dificultades para dejar de jugar.
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Héctor
08 octubre, 2007
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Animales,
Aprendizaje,
conductismo
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NUEVO VIDEO DE NATIONAL GEOGRAPHIC
En los informativos de la tele están anunciando un nuevo vídeo de National Geographic. Para todos los que tengáis el canal, lo van a emitir el día 21 de octubre a las nueve de la noche. Debe de ser un documental novedoso sobre el cuerpo humano que usa mini cámaras para grabar dentro del organismo e imágenes virtuales. Además, como novedad incluirán conocimientos sobre el cerebro y la importancia de éste para la vida mental y el comportamiento. Los que tengáis el canal ¡que lo disfrutéis!
ILUSIÓN HORIZONTAL-VERTICAL
A veces las cosas no son lo que parecen. Un ejemplo de ello es una ilusión muy simple llamada ilusión horizontal-vertical. Consta solamente de dos líneas, una vertical y otra horizontal. La podemos encontrar AQUÍ. Como se puede apreciar la línea vertical parece más grande que la línea horizontal, sin embargo son iguales.
EXPERIENCIA
Haz la prueba. Fabrícate la tuya en un folio y observa la impresión que te da. ¿Parece más larga la línea vertical? Sin embargo, "sabes que son iguales". Las has dibujado tú mismo...
LOS VASOS
Este efecto se acentúa aun más, si la línea horizontal además de ser horizontal, es una línea curva formando una circunferencia. Y es que muchos de nosotros no calculamos adecuadamente la longitud de las circunferencias. Podemos hacer una sencilla comprobación comparando la altura de un vaso con la longitud de su borde superior.
Haz la prueba. Coge un folio y rodea la circunferencia de los bordes superiores de un vaso (o una jarra como la de la foto). Haz una marca y comprueba como al estirar el papel y compararlo con la altura del vaso, su longitud es mayor de lo que parecía al principio.
EXPERIENCIA
Haz la prueba. Fabrícate la tuya en un folio y observa la impresión que te da. ¿Parece más larga la línea vertical? Sin embargo, "sabes que son iguales". Las has dibujado tú mismo...
LOS VASOS
Este efecto se acentúa aun más, si la línea horizontal además de ser horizontal, es una línea curva formando una circunferencia. Y es que muchos de nosotros no calculamos adecuadamente la longitud de las circunferencias. Podemos hacer una sencilla comprobación comparando la altura de un vaso con la longitud de su borde superior.
Haz la prueba. Coge un folio y rodea la circunferencia de los bordes superiores de un vaso (o una jarra como la de la foto). Haz una marca y comprueba como al estirar el papel y compararlo con la altura del vaso, su longitud es mayor de lo que parecía al principio.
EFECTO ESTROBO
¿Qué es eso del efecto estrobo? Es algo que conocemos todos. Es la ilusión que hace que el cine sea posible. Como la conocemos bastante bien voy a contar algunas curiosidades y mostrar algunas cosas sobre la ilusión de movimiento estroboscópico o fenómeno FI. Pero antes una experiencia clásica...
EXPERIENCIA
Coge un libro y pinta un punto en la primera hoja en el margen inferior. En la hoja dos pinta un punto igual, pero que esté "casi en el mismo sitio" que el primer punto, pero un poco desplazado. Y así vete pintando puntos en las diferentes hojas hasta unas 20. Siempre un punto ha de estar más o menos en el mismo sitio que el anterior, pero un poco desplazado.
Puedes hacer que el punto se desplace un poco siempre hacia el mismo sitio, por ejemplo hacia la derecha. Si pasas las hojas del libro de forma rápida el punto parece desplazarse hacia la derecha, como si se moviese. Esta es una experiencia clásica que seguramente ya conoces.
Aquí puedes ver una similar. Es como la del libro, pero sólo con dos dibujos. Están hechos en dos hojas diferentes y al pasar de una a otra, el muñeco dibujado parece mover el brazo.
ILUSIÓN DE LAS DOS HOJAS
RUEDAS DE COCHE
¿Alguna vez os habéis dado cuenta de que las ruedas de los coches hacen un efecto extraño al girar? Al principio, si el coche va despacio no se observa nada raro.
Pero según aumenta la velocidad se ven cosas curiosas. Por ejemplo, a veces la rueda parece girar al revés. Otras veces gira en sentido natural pero muy despacio, y en ocasiones parece estar quieta. Sin embargo la rueda va a una gran velocidad. ¿Qué ocurre aquí?
La explicación está en la limitación de nuestra percepción. A la velocidad que va la rueda, sólo captamos la imagen del punto de partida, y justo después cuando "casi" ha dado una vuelta. Y la vez siguiente, un poco antes del punto de "casi" una vuelta. Así la captación de estas tomas consecutivas puede dar la sensación de que la rueda gira hacia atrás.
Lo mismo ocurre cuando nos parece que la rueda está quieta. Vemos la rueda, pero va tan rápido que cuando nuestros sentidos quieren coger otra toma de la rueda, ya ha dado toda una vuelta. Y si da una vuelta y poco, parecerá dar el giro en el sentido natural (al que se supone debe ir) pero más despacio.
A velocidades bajas no se aprecian estas ilusiones, ya que es preciso una velocidad más alta de la que pueden registrar nuestros sentidos.
Te animo a que observes este efecto óptico en los coches, por ejemplo cuando salen en los anuncios.
En el momento 00:40 de ESTE VIDEO se puede observar como la rueda parece que va en el sentido contrario y luego cambia al ir parando la velocidad. El resto del video no nos interesa, sólo esa parte.
EL AGUA Y LA LÁMPARA ESTROBOSCÓPICA
A diario vemos el agua caer de nuestro grifo. ¿Ocurrirá tal vez algo parecido a lo que ocurre en el cine en el chorro de agua? Pues la verdad es que algo tiene que ver.
Un chorro de agua no muy gordo, que en principio parece continuo al caer, no lo es realmente. Podemos observar cómo es de verdad usando una lámpara estroboscópica. Este tipo de lámparas son las típicas de flash que tienen en las discotecas.
La lámpara estroboscópica, con sus destellos blancos consigue "separar la realidad en fotos fijas" por decirlo de alguna forma. Así, si observamos un chorro de agua con esta lámpara, vemos gotas sueltas en vez de un chorro unido.
Esto se puede observar en el museo de la ciencia de Barcelona, si no me falla la memoria. Hay que tener cuidado en que los epilépticos no sean expuestos a este tipo de lámparas, ya que podrían sufrir un ataque. Por si acaso NO recomiendo hacer este ejercicio en casa.
FENÓMENO FI Y TV
En la TV tienen en cuenta este aspecto. De hecho el sistema de formación de la imagen es un sistema entrelazado donde líneas pares e impares de lectura aparecen entrelazadas para evitar el parpadeo de la imagen. De hecho si alguna vez se graba con varias cámaras, se han de sincronizar mediante el gen lock. Esto quiere decir que las diferentes cámaras con las que se graba en un plató de TV han de estar sincronizadas leyendo exactamente la misma línea de imagen. Esto se hace así para evitar el parpadeo al cambiar de una cámara a otra.
EFECTO ESTROBO EN ESTADO PURO
Para acabar os dejo con un VIDEO que me ha gustado bastante sobre el efecto estrobo. Que lo disfrutéis :)
EXPERIENCIA
Coge un libro y pinta un punto en la primera hoja en el margen inferior. En la hoja dos pinta un punto igual, pero que esté "casi en el mismo sitio" que el primer punto, pero un poco desplazado. Y así vete pintando puntos en las diferentes hojas hasta unas 20. Siempre un punto ha de estar más o menos en el mismo sitio que el anterior, pero un poco desplazado.
Puedes hacer que el punto se desplace un poco siempre hacia el mismo sitio, por ejemplo hacia la derecha. Si pasas las hojas del libro de forma rápida el punto parece desplazarse hacia la derecha, como si se moviese. Esta es una experiencia clásica que seguramente ya conoces.
Aquí puedes ver una similar. Es como la del libro, pero sólo con dos dibujos. Están hechos en dos hojas diferentes y al pasar de una a otra, el muñeco dibujado parece mover el brazo.
ILUSIÓN DE LAS DOS HOJAS
RUEDAS DE COCHE
¿Alguna vez os habéis dado cuenta de que las ruedas de los coches hacen un efecto extraño al girar? Al principio, si el coche va despacio no se observa nada raro.
Pero según aumenta la velocidad se ven cosas curiosas. Por ejemplo, a veces la rueda parece girar al revés. Otras veces gira en sentido natural pero muy despacio, y en ocasiones parece estar quieta. Sin embargo la rueda va a una gran velocidad. ¿Qué ocurre aquí?
La explicación está en la limitación de nuestra percepción. A la velocidad que va la rueda, sólo captamos la imagen del punto de partida, y justo después cuando "casi" ha dado una vuelta. Y la vez siguiente, un poco antes del punto de "casi" una vuelta. Así la captación de estas tomas consecutivas puede dar la sensación de que la rueda gira hacia atrás.
Lo mismo ocurre cuando nos parece que la rueda está quieta. Vemos la rueda, pero va tan rápido que cuando nuestros sentidos quieren coger otra toma de la rueda, ya ha dado toda una vuelta. Y si da una vuelta y poco, parecerá dar el giro en el sentido natural (al que se supone debe ir) pero más despacio.
A velocidades bajas no se aprecian estas ilusiones, ya que es preciso una velocidad más alta de la que pueden registrar nuestros sentidos.
Te animo a que observes este efecto óptico en los coches, por ejemplo cuando salen en los anuncios.
En el momento 00:40 de ESTE VIDEO se puede observar como la rueda parece que va en el sentido contrario y luego cambia al ir parando la velocidad. El resto del video no nos interesa, sólo esa parte.
EL AGUA Y LA LÁMPARA ESTROBOSCÓPICA
A diario vemos el agua caer de nuestro grifo. ¿Ocurrirá tal vez algo parecido a lo que ocurre en el cine en el chorro de agua? Pues la verdad es que algo tiene que ver.
Un chorro de agua no muy gordo, que en principio parece continuo al caer, no lo es realmente. Podemos observar cómo es de verdad usando una lámpara estroboscópica. Este tipo de lámparas son las típicas de flash que tienen en las discotecas.
La lámpara estroboscópica, con sus destellos blancos consigue "separar la realidad en fotos fijas" por decirlo de alguna forma. Así, si observamos un chorro de agua con esta lámpara, vemos gotas sueltas en vez de un chorro unido.
Esto se puede observar en el museo de la ciencia de Barcelona, si no me falla la memoria. Hay que tener cuidado en que los epilépticos no sean expuestos a este tipo de lámparas, ya que podrían sufrir un ataque. Por si acaso NO recomiendo hacer este ejercicio en casa.
FENÓMENO FI Y TV
En la TV tienen en cuenta este aspecto. De hecho el sistema de formación de la imagen es un sistema entrelazado donde líneas pares e impares de lectura aparecen entrelazadas para evitar el parpadeo de la imagen. De hecho si alguna vez se graba con varias cámaras, se han de sincronizar mediante el gen lock. Esto quiere decir que las diferentes cámaras con las que se graba en un plató de TV han de estar sincronizadas leyendo exactamente la misma línea de imagen. Esto se hace así para evitar el parpadeo al cambiar de una cámara a otra.
EFECTO ESTROBO EN ESTADO PURO
Para acabar os dejo con un VIDEO que me ha gustado bastante sobre el efecto estrobo. Que lo disfrutéis :)
Contrastación de hipótesis: Las tarjetas de Wason.
Esta vez voy a enredarme en un tema clásico de la Psicología del Razonamiento, que además es esencial para comprender el trabajo de los científicos y la necesidad de plantear experimentos bien elaborados de los que se puedan extraer conclusiones correctas.
Me refiero a la contrastación de hipótesis, de interés tanto para los psicólogos cognitivos como para los filósofos que lo habían abordado mucho antes, y en general para los abonados al famoso método científico. El tema enlaza con otro de los clásicos de la lógica, la inducción, que es de donde comenzaré mi explicación. En pocas palabras, la inducción es un proceso que nos permite generar hipótesis a partir de cierta información. Para Francis Bacon (1561-1626) el razonamiento científico está basado en inducciones, es decir, en producción de hipótesis generales a partir de datos particulares. Por ejemplo, yo podría observar un fenómeno que se repite regularmente, como que todos los pedazos de carbón que he recogido del suelo tienen color negro, y desde ahí establecer una ley general que recoge esa regularidad: "el carbón es un material oscuro". Dicha ley nos permitirá hacer predicciones en el futuro: "Todos los pedazos de carbón que recoja en cualquier momento del futuro tendrán color oscuro".
Pero como de costumbre las cosas no son tan sencillas. Sucede que las hipótesis que hemos inducido a partir de los datos originalmente observados podrían ser tanto correctas como incorrectas. Nada hay en el hecho de haber recogido algunos trozos de acrbón negro que establezca, necesariamente, que todos los trozos de carbón del mundo tengan que ser también negros. Al menos, no es una derivación formalmente correcta desde el punto de vista lógico.
Para no aburrirnos, probemos con otro ejemplo más social. Planteo la hipótesis de que el bueno de Juan está loco por María, y derivo de ella una consecuencia razonablemente necesaria.
Si es cierta la "hipótesis", entonces necesariamente se dará la "consecuencia". (Si Juan quiere a María, le dará un beso).
Observo que se da la "consecuencia". (Juan ha besado a María).
Luego la "hipótesis" tiene que ser correcta. (Por lo tanto, Juan quiere a María).
¿Correcto? Pues empezamos bien. Este razonamiento, quizá aparentemente impecable, constituye la famosa falacia de "afirmar el consecuente". El que haya tenido lugar un hecho no significa que la causa que lo ha producido tenga que ser necesariamente la que nosotros hemos pensado. Hay otras muchas causas alternativas (o hipótesis alternativas) que pueden llegar a la misma conclusión. O sea, que el razonamiento "Si la hipótesis A es correcta, la consecuencia B tiene que suceder" no se puede invertir para presentarlo en la dirección opuesta. De aquí se deriva una enseñanza interesante para los interesados en la ciencia: la mera recolección de datos confirmatorios de una hipótesis no demuestra que ésta sea correcta. Podría recoger miles de trozos de carbón del suelo y comprobar que todos son de color negro, pero seguiría sin haber demostrado con corrección lógica la ley general que dice que el carbón es negro. Juan podría besar a María muchas veces, pero siempre habría otras explicaciones alternativas para tanto besuqueo, además de que Juan quiere a María. A lo mejor lo hace por guardar las apariencias, o incluso con la mala intención de contagiarle un resfriado. La causa deriva necesariamente la consecuencia, pero la mera aparición de la consecuencia no implica la aparición de la causa.
Por eso necesitamos otro mecanismo que nos permita comprobar la verdad o falsedad de las hipótesis, y ese método de contrastación está basado en procesos de deducción.
El filósofo Karl Popper (1902-1997) sugirió que el razonamiento de los científicos no se basa tanto en la inducción (según afirmaba Bacon) como en el método hipotético-deductivo:
En un primer paso se establecen unas hipótesis, que pueden derivarse a partir de datos particulares mediante inducción, pero también mediante cualquier otro proceso en el que jueguen 1a intuición, la oportunidad (la famosa serendipia)... Después se deducen a partir de las hipótesis unas consecuencias necesarias. Si mi hipótesis de que "ninguna máquina hará que el hombre pueda volar " es correcta, entonces absolutamente ningún ingenio que yo examine será capaz de hacer volar al ser humano (es la consecuencia necesaria de la hipótesis). Tan sencillo como eso. Si la hipótesis es cierta, la consecuencia derivada de ella también debería ocurrir obligatoriamente.
Llega entonces el momento del contraste empírico. Aquí es donde la mayoría de la gente se lleva una sorpresa con respecto al método de trabajo de los científicos. Los científicos no se dedican a "confirmar" sus hipótesis mediante experimentos: se dedican a intentar "falsarlas", demostrar su falsedad. La razón proviene de la falacia antes descrita de "afirmar el consecuente": por muchos intentos fracasados de construir una máquina voladora que yo registrara, seguiría sin haber demostrado correctamente que ninguna máquina hará que el hombre pueda volar. No me importa cuántos casos confirmatorios de mi hipótesis haya detectado, porque en cuanto halle un solo caso que demuestre su falsedad (el globo de los hermanos Montgolfier), la hipótesis estará descartada. Un caso único en contra bastará, independientemente de cuántos casos a favor se hayan detectado. Igualmente, en otro de mis ejemplos, podré reunir toneladas de trozos de carbón negros, pero bastará un solo trozo de carbón de otro color que no sea negro para echar por tierra la hipótesis de que todos los trozos de carbón son negros.
Los lógicos llaman a este razonamiento modus tollens:
Si la "hipótesis" es correcta, entonces se dará la "consecuencia". (Si Juan quiere a María, le dará un beso).
Constato que NO se da la "consecuencia". (Juan NO ha besado a María).
Luego, por tanto, NO es correcta "hipótesis". (Por lo tanto, Juan NO quiere a María. Si la quisiera, como bien dice el primer enunciado, la habría besado).
Mientras no se haya detectado el caso crítico que falsaría una hipótesis (una máquina voladora, un trozo de carbón de color claro), ésta puede ser aceptada sólo provisionalmente. Siempre podemos pensar que ese caso que falsa la hipótesis existe, pero no se ha encontrado aún. Por eso en ciencia no hay conocimientos absolutos e irrefutables. Todo conocimiento es cuestionable por futuros avances y experimentos. Y he ahí precisamente la razón de que la ciencia pueda avanzar en vez de quedarse anclada en el pasado, como sucede con otros tipos de conocimiento más dogmático, como la religión o el psicoanálisis (siempre me tengo que meter con ellos). Es en estas últimas disciplinas donde hay verdades incuestionables que nunca se ponen a prueba empíricamente. Mientras tanto, la prueba empírica es un paso necesario para validar el conocimiento científico, siempre provisionalmente (ningún científico verdadero tiene argumentos "irrefutables"). ¿Y quién hablaba de “ciencia arrogante”?
Ahora viene la gran pregunta. Vale, los científicos utilizan un método hipotético-deductivo, lógicamente correcto, para contrastar sus hipótesis, pero, ¿seremos los individuos capaces de aplicar este procedimiento espontáneamente, sin entrenamiento previo? Dicho de otra manera, ¿advertiremos la falacia de afirmar el consecuente, aplicaremos el modus tollens? Veremos:
Uno de los experimentos clásicos que pretenden dar respuesta a estas cuestiones es "la tarea de las tarjetas" de Peter Wason (1996). De hecho, la misma tarea se ha empleado después para profundizar en cuestiones similares sobre procesos de razonamiento. En la tarea original, se le presentan al participante cuatro tarjetas de las que sólo es visible una cara. Cada tarjeta tiene una letra en una cara y un número en la otra. Entonces se instruye al sujeto acerca de una "regla" (la hipótesis que debe contrastar) que dice que si una tarjeta tiene una vocal en una cara, debe tener obligatoriamente un número par en la otra.
La tarea consiste en seleccionar la o las tarjetas a las que se debe dar la vuelta para comprobar si la regla es verdadera, es decir, para ver si se aplica correctamente a las 4 tarjetas.
¿Qué? ¿No os animáis a responder vosotros? ¿Cuáles escogeríais?
Las letras que he puesto bajo las tarjetas representan su notación lógica: P y Q son dos proposiciones (Letra Vocal y Número Par, respectivamente), y el símbolo ¬ indica sus contrarios (Letra Consonante y Número Impar).
Bueno, ¿Ya tenéis vuestra respuesta?
La mayoría de los participantes en el experimento (todos con estudios universitarios, no vayáis a creer) eligieron la tarjeta P (E), o bien la P y la Q (E y 4). ¿Coinciden con vosotros? ¿Sí?
Pues estáis equivocados, al menos parcialmente.
Vamos a traducir a su notación lógica la regla o hipótesis que tenían que contrastar los participantes, lo cual nos ayudará a guiar nuestros razonamientos:
P-->Q (Si P, entonces Q). Si una carta tiene una vocal, entonces debajo tiene que haber un número par.
Ahora podemos ver cómo hay ciertas informaciones que son irrelevantes. Si levanto la carta ¬P (K), por ejemplo, no obtengo ningún dato que me permita contrastar la hipótesis: ésta sólo dice que las vocales tienen que llevar un número par, pero no dice que las consonantes no puedan llevar cualquier número par o impar.
¿Qué pasa cuando levanto la tarjeta Q (4)? Si tiene una consonante, de nuevo no me aporta ninguna información (acabo de decir que las consonantes pueden, según nuestra hipótesis, llevar cualquier número par o impar); si tiene una vocal, estaré confirmando la hipótesis. Pero atención, recordemos aquella chapa que os he dado con Popper: un caso confirmador de una hipótesis no sirve para demostrar la verdad de la misma (no, porque estaríamos afirmando el consecuente, lo cual es una falacia lógica). Por tanto, tampoco tiene sentido darle la vuelta a Q (4).
La clave está en las cartas P (E) y ¬Q (7), que son las que hay que levantar según la lógica del falsacionismo. Si P (E), que es una vocal, contiene un número par Q, estaremos ante otro caso que corrobora la hipótesis; pero si contiene un número impar ¬Q, habremos obtenido el caso crítico que demuestra la falsedad de la hipótesis:
Si P, entonces Q
Levanto la tarjeta P.
Y debajo tiene que haber Q. (No hay otra opción si la hipótesis primera es correcta)
Por otro lado, si ¬Q, que es un número impar (7), contiene una consonante ¬P, la información será irrelevante, pero si contiene una vocal P habremos falsado correctamente la hipótesis:
Si P, entonces Q
Levanto la tarjeta ¬Q.
Por lo tanto, debajo tiene que haber ¬P, una letra consonante. (Si el número impar tiene en su reverso una letra vocal, entonces la hipótesis sería falsa).
Según la lógica, las cartas que había que destapar eran las que podían falsar la hipótesis, P (E) y ¬Q (7). Las demás sólo podían aportar información o bien irrelevante, o bien confirmadora de la hipótesis y por lo tanto no informativa en el sentido de Popper.
Sin embargo, como ya os he dicho antes, la mayoría de los sujetos en el experimento de Wason escogieron o bien sólo la tarjeta P (E), o bien la P y la Q (4). Esto nos lleva a pensar que quizá las personas tengan algún tipo de dificultad para contrastar hipótesis con perfección lógica (es el problema que tienen todos los psicólogos normativos, que quieren que todo salga con perfección lógica, jeje), pues caen inadvertidamente en la falacia de afirmar el consecuente. Parecen razonar: "si la vocal contiene un número par, y el número par contiene una vocal, entonces la hipótesis es correcta, todas las vocales contienen un número par". Y no se dieron cuenta de que la manera de demostrar la hipótesis era, precisamente (¡quién lo iba a decir!), levantar la carta con un número impar para intentar demostrar que la hipótesis es falsa.
Parece que ni el razonamiento estadístico ni el contraste de hipótesis se nos da demasiado bien a los humanos. Suerte que hay ordenadores.
(Adaptado del artículo original en "El Descanso de Gilgamesh")
Me refiero a la contrastación de hipótesis, de interés tanto para los psicólogos cognitivos como para los filósofos que lo habían abordado mucho antes, y en general para los abonados al famoso método científico. El tema enlaza con otro de los clásicos de la lógica, la inducción, que es de donde comenzaré mi explicación. En pocas palabras, la inducción es un proceso que nos permite generar hipótesis a partir de cierta información. Para Francis Bacon (1561-1626) el razonamiento científico está basado en inducciones, es decir, en producción de hipótesis generales a partir de datos particulares. Por ejemplo, yo podría observar un fenómeno que se repite regularmente, como que todos los pedazos de carbón que he recogido del suelo tienen color negro, y desde ahí establecer una ley general que recoge esa regularidad: "el carbón es un material oscuro". Dicha ley nos permitirá hacer predicciones en el futuro: "Todos los pedazos de carbón que recoja en cualquier momento del futuro tendrán color oscuro".
Pero como de costumbre las cosas no son tan sencillas. Sucede que las hipótesis que hemos inducido a partir de los datos originalmente observados podrían ser tanto correctas como incorrectas. Nada hay en el hecho de haber recogido algunos trozos de acrbón negro que establezca, necesariamente, que todos los trozos de carbón del mundo tengan que ser también negros. Al menos, no es una derivación formalmente correcta desde el punto de vista lógico.
Para no aburrirnos, probemos con otro ejemplo más social. Planteo la hipótesis de que el bueno de Juan está loco por María, y derivo de ella una consecuencia razonablemente necesaria.
Si es cierta la "hipótesis", entonces necesariamente se dará la "consecuencia". (Si Juan quiere a María, le dará un beso).
Observo que se da la "consecuencia". (Juan ha besado a María).
Luego la "hipótesis" tiene que ser correcta. (Por lo tanto, Juan quiere a María).
¿Correcto? Pues empezamos bien. Este razonamiento, quizá aparentemente impecable, constituye la famosa falacia de "afirmar el consecuente". El que haya tenido lugar un hecho no significa que la causa que lo ha producido tenga que ser necesariamente la que nosotros hemos pensado. Hay otras muchas causas alternativas (o hipótesis alternativas) que pueden llegar a la misma conclusión. O sea, que el razonamiento "Si la hipótesis A es correcta, la consecuencia B tiene que suceder" no se puede invertir para presentarlo en la dirección opuesta. De aquí se deriva una enseñanza interesante para los interesados en la ciencia: la mera recolección de datos confirmatorios de una hipótesis no demuestra que ésta sea correcta. Podría recoger miles de trozos de carbón del suelo y comprobar que todos son de color negro, pero seguiría sin haber demostrado con corrección lógica la ley general que dice que el carbón es negro. Juan podría besar a María muchas veces, pero siempre habría otras explicaciones alternativas para tanto besuqueo, además de que Juan quiere a María. A lo mejor lo hace por guardar las apariencias, o incluso con la mala intención de contagiarle un resfriado. La causa deriva necesariamente la consecuencia, pero la mera aparición de la consecuencia no implica la aparición de la causa.
Por eso necesitamos otro mecanismo que nos permita comprobar la verdad o falsedad de las hipótesis, y ese método de contrastación está basado en procesos de deducción.
El filósofo Karl Popper (1902-1997) sugirió que el razonamiento de los científicos no se basa tanto en la inducción (según afirmaba Bacon) como en el método hipotético-deductivo:
En un primer paso se establecen unas hipótesis, que pueden derivarse a partir de datos particulares mediante inducción, pero también mediante cualquier otro proceso en el que jueguen 1a intuición, la oportunidad (la famosa serendipia)... Después se deducen a partir de las hipótesis unas consecuencias necesarias. Si mi hipótesis de que "ninguna máquina hará que el hombre pueda volar " es correcta, entonces absolutamente ningún ingenio que yo examine será capaz de hacer volar al ser humano (es la consecuencia necesaria de la hipótesis). Tan sencillo como eso. Si la hipótesis es cierta, la consecuencia derivada de ella también debería ocurrir obligatoriamente.
Llega entonces el momento del contraste empírico. Aquí es donde la mayoría de la gente se lleva una sorpresa con respecto al método de trabajo de los científicos. Los científicos no se dedican a "confirmar" sus hipótesis mediante experimentos: se dedican a intentar "falsarlas", demostrar su falsedad. La razón proviene de la falacia antes descrita de "afirmar el consecuente": por muchos intentos fracasados de construir una máquina voladora que yo registrara, seguiría sin haber demostrado correctamente que ninguna máquina hará que el hombre pueda volar. No me importa cuántos casos confirmatorios de mi hipótesis haya detectado, porque en cuanto halle un solo caso que demuestre su falsedad (el globo de los hermanos Montgolfier), la hipótesis estará descartada. Un caso único en contra bastará, independientemente de cuántos casos a favor se hayan detectado. Igualmente, en otro de mis ejemplos, podré reunir toneladas de trozos de carbón negros, pero bastará un solo trozo de carbón de otro color que no sea negro para echar por tierra la hipótesis de que todos los trozos de carbón son negros.
Los lógicos llaman a este razonamiento modus tollens:
Si la "hipótesis" es correcta, entonces se dará la "consecuencia". (Si Juan quiere a María, le dará un beso).
Constato que NO se da la "consecuencia". (Juan NO ha besado a María).
Luego, por tanto, NO es correcta "hipótesis". (Por lo tanto, Juan NO quiere a María. Si la quisiera, como bien dice el primer enunciado, la habría besado).
Mientras no se haya detectado el caso crítico que falsaría una hipótesis (una máquina voladora, un trozo de carbón de color claro), ésta puede ser aceptada sólo provisionalmente. Siempre podemos pensar que ese caso que falsa la hipótesis existe, pero no se ha encontrado aún. Por eso en ciencia no hay conocimientos absolutos e irrefutables. Todo conocimiento es cuestionable por futuros avances y experimentos. Y he ahí precisamente la razón de que la ciencia pueda avanzar en vez de quedarse anclada en el pasado, como sucede con otros tipos de conocimiento más dogmático, como la religión o el psicoanálisis (siempre me tengo que meter con ellos). Es en estas últimas disciplinas donde hay verdades incuestionables que nunca se ponen a prueba empíricamente. Mientras tanto, la prueba empírica es un paso necesario para validar el conocimiento científico, siempre provisionalmente (ningún científico verdadero tiene argumentos "irrefutables"). ¿Y quién hablaba de “ciencia arrogante”?
Ahora viene la gran pregunta. Vale, los científicos utilizan un método hipotético-deductivo, lógicamente correcto, para contrastar sus hipótesis, pero, ¿seremos los individuos capaces de aplicar este procedimiento espontáneamente, sin entrenamiento previo? Dicho de otra manera, ¿advertiremos la falacia de afirmar el consecuente, aplicaremos el modus tollens? Veremos:
Uno de los experimentos clásicos que pretenden dar respuesta a estas cuestiones es "la tarea de las tarjetas" de Peter Wason (1996). De hecho, la misma tarea se ha empleado después para profundizar en cuestiones similares sobre procesos de razonamiento. En la tarea original, se le presentan al participante cuatro tarjetas de las que sólo es visible una cara. Cada tarjeta tiene una letra en una cara y un número en la otra. Entonces se instruye al sujeto acerca de una "regla" (la hipótesis que debe contrastar) que dice que si una tarjeta tiene una vocal en una cara, debe tener obligatoriamente un número par en la otra.
La tarea consiste en seleccionar la o las tarjetas a las que se debe dar la vuelta para comprobar si la regla es verdadera, es decir, para ver si se aplica correctamente a las 4 tarjetas.
¿Qué? ¿No os animáis a responder vosotros? ¿Cuáles escogeríais?
Las letras que he puesto bajo las tarjetas representan su notación lógica: P y Q son dos proposiciones (Letra Vocal y Número Par, respectivamente), y el símbolo ¬ indica sus contrarios (Letra Consonante y Número Impar).
Bueno, ¿Ya tenéis vuestra respuesta?
La mayoría de los participantes en el experimento (todos con estudios universitarios, no vayáis a creer) eligieron la tarjeta P (E), o bien la P y la Q (E y 4). ¿Coinciden con vosotros? ¿Sí?
Pues estáis equivocados, al menos parcialmente.
Vamos a traducir a su notación lógica la regla o hipótesis que tenían que contrastar los participantes, lo cual nos ayudará a guiar nuestros razonamientos:
P-->Q (Si P, entonces Q). Si una carta tiene una vocal, entonces debajo tiene que haber un número par.
Ahora podemos ver cómo hay ciertas informaciones que son irrelevantes. Si levanto la carta ¬P (K), por ejemplo, no obtengo ningún dato que me permita contrastar la hipótesis: ésta sólo dice que las vocales tienen que llevar un número par, pero no dice que las consonantes no puedan llevar cualquier número par o impar.
¿Qué pasa cuando levanto la tarjeta Q (4)? Si tiene una consonante, de nuevo no me aporta ninguna información (acabo de decir que las consonantes pueden, según nuestra hipótesis, llevar cualquier número par o impar); si tiene una vocal, estaré confirmando la hipótesis. Pero atención, recordemos aquella chapa que os he dado con Popper: un caso confirmador de una hipótesis no sirve para demostrar la verdad de la misma (no, porque estaríamos afirmando el consecuente, lo cual es una falacia lógica). Por tanto, tampoco tiene sentido darle la vuelta a Q (4).
La clave está en las cartas P (E) y ¬Q (7), que son las que hay que levantar según la lógica del falsacionismo. Si P (E), que es una vocal, contiene un número par Q, estaremos ante otro caso que corrobora la hipótesis; pero si contiene un número impar ¬Q, habremos obtenido el caso crítico que demuestra la falsedad de la hipótesis:
Si P, entonces Q
Levanto la tarjeta P.
Y debajo tiene que haber Q. (No hay otra opción si la hipótesis primera es correcta)
Por otro lado, si ¬Q, que es un número impar (7), contiene una consonante ¬P, la información será irrelevante, pero si contiene una vocal P habremos falsado correctamente la hipótesis:
Si P, entonces Q
Levanto la tarjeta ¬Q.
Por lo tanto, debajo tiene que haber ¬P, una letra consonante. (Si el número impar tiene en su reverso una letra vocal, entonces la hipótesis sería falsa).
Según la lógica, las cartas que había que destapar eran las que podían falsar la hipótesis, P (E) y ¬Q (7). Las demás sólo podían aportar información o bien irrelevante, o bien confirmadora de la hipótesis y por lo tanto no informativa en el sentido de Popper.
Sin embargo, como ya os he dicho antes, la mayoría de los sujetos en el experimento de Wason escogieron o bien sólo la tarjeta P (E), o bien la P y la Q (4). Esto nos lleva a pensar que quizá las personas tengan algún tipo de dificultad para contrastar hipótesis con perfección lógica (es el problema que tienen todos los psicólogos normativos, que quieren que todo salga con perfección lógica, jeje), pues caen inadvertidamente en la falacia de afirmar el consecuente. Parecen razonar: "si la vocal contiene un número par, y el número par contiene una vocal, entonces la hipótesis es correcta, todas las vocales contienen un número par". Y no se dieron cuenta de que la manera de demostrar la hipótesis era, precisamente (¡quién lo iba a decir!), levantar la carta con un número impar para intentar demostrar que la hipótesis es falsa.
Parece que ni el razonamiento estadístico ni el contraste de hipótesis se nos da demasiado bien a los humanos. Suerte que hay ordenadores.
(Adaptado del artículo original en "El Descanso de Gilgamesh")
Publicado por
Fernando Blanco
22 septiembre, 2007
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Etiquetas:
psicología cognitiva,
razonamiento
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